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Cuidar las palabras para poder dialogar

Imagen televisiva de la emisión en directo de una tertulia. 

Imagen televisiva de la emisión en directo de una tertulia.  / JOAN CORTADELLAS

Muchos políticos, sindicalistas, tertulianos y directores de medios informativos, cuando se les pone un micro en la boca, con todos mis respetos, se "desmadran" y no tienen medida en sus apreciaciones y sus discursos, provocando con sus palabras, carentes de objetividad, más desunión, más crispación. Y lo que es peor, alientan confrontaciones inncesarias en un Estado democrático. E incluso ponen o indican situaciones que no son ciertas pero pueden provocar tensiones y miedos.

Como las declaraciones, interesadas y faltas de coherencia, de un dirigente sindical de la policía local del Ayuntamiento de Barcelona, que ha indicado que desde que está como alcaldesa Ada Colau, la inestabilidad y peligrosidad en la calle está aumentando. Cosa que tanto él, como la gran mayoría de los barceloneses saben. Pero los intereses que embargaban sus palabras y el aliento que el medio informativo le hacia y de algunos de los tertulianos presentes por sus ideologias contrarias a la alcaldesa, han puesto la duda y con ello provoca el miedo o la sensación de no estar protegidos. Flaco favor le ha hecho a sus compañeros, pues esa es su misión, y mal ha utilizado sus palabras si lo que pretendía era avisar de que hay que mejorar algunas cuestiones en la policía local. 

Pero no son las únicas. El político, el sindicalista, el tertuliano y los medios de comunicación deben medir sus palabras, pues estas pueden hacer daño y lo que es peor, provocar lo contrario de lo que en realidad pretendemos decir y hacer llegar. Cuidemos las palabras, con eso podremos dialogar más y convenceremos mucho más.    

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