Un bazuca de 60.000 millones

El BCE mantiene los tipos de interés en el 0,05% y bombea dinero todos los meses a la eurozona

OLGA GRAU

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La reunión del 22 de enero del 2015 del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) será recordada como la del manguerazo de Mario Draghi a la europea. El hombre que maneja la política monetaria de la eurozona ganó la partida a los halcones alemanes y anunció ese día el esperado inicio de un programa de compra de activos públicos y privados por valor de 60.000 millones mensuales con una duración de 19 meses prorrogables y un volumen que podría superar los 1,14 billones de euros. Una medida más propia de la filosofía de la Reserva Federal, que de la ortodoxia europea.

De los 60.000 millones de compras mensuales que realiza el BCE desde el pasado 9 de marzo, cerca de 50.000 se destinan a deuda pública europea con vencimientos de 2 a 30 años. De estos, una parte corresponden a instituciones europeas y el resto (unos 42.000 millones), a deuda de cada estado miembro, en función de su peso en el capital del BCE.

A España le corresponde una cuota del 12,5% y esto representa un tope de 5.300 millones en deuda pública al mes. Eso sin contar la posible compra de títulos privados (deuda de empresas y cédulas hipotecarias), no sometida a un reparto territorial. Los 100.700 millones en total que corresponden a España equivalen a bombear en la economía el equivalente al 9,5% del PIB español.

El objetivo último de la institución es estimular el crédito y el consumo para elevar la inflación que está en niveles muy bajos y de paso alimentar la inversión y un mayor crecimiento de la economía europea, que sigue presentando señales de muy frágil recuperación.

El bombeo de capital del BCE no es la única medida que ha puesto en marcha la institución, si no más bien la última tras el fracaso de las políticas monetarias previas para estimular la recuperación. Antes, rebajó los tipos de interés de la eurozona 10 puntos básicos, hasta el 0,05%, en septiembre del 2014. Ese mismo día, también impuso a la banca un tipo de interés negativo, de manera que penalizó a las entidades que llevan su dinero al BCE para incentivar que lo presten a empresas y familias.

Pero la realidad, es que después de seis meses de plan Draghi, el resultado es decepcionante. El BCE rebajó ayer las previsiones de crecimiento y de inflación para la eurozona. Y aunque se mostró abierto a tomar más medidas, la artillería pesada ya está el campo de batalla y solo cabría la opción de elevar el volumen de compras.