REDUCCIÓN DE LA OFERTA EN EL TRANSPORTE PÚBLICO

Barcelona inicia hoy la era de recortes del servicio de metro y autobús

Autobús de barrio 120, el miércoles, en el Poble Sec.

Autobús de barrio 120, el miércoles, en el Poble Sec.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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Cuando el usuario se encuentra con un aumento de las tarifas, la costumbre de ligar causa y efecto le lleva a deducir que esa prestación mejorará gracias a su mayor aportación a la causa. Pues bien, se ha demostrado que esta máxima no vale en tiempos de crisis en los que la administración se acoge al espíritu de supervivencia. De esta manera, el transporte público de Barcelona empezará a vivir hoy su era de los recortes al tiempo que la T-10, el título más utilizado, ha aumentado un 12% y el billete sencillo, un 38%.

El recorte afecta tanto al bus como al metro. En cuanto al suburbano, Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya cierra a partir de esta noche sus líneas urbanas (L-6, L-7 y L-8), que en el 2007 empezaron a funcionar las madrugadas de sábado a domingo tras una decisión del Govern. Según los datos de la propia compañía, durante estos años, entre las dos y las cinco de la mañana, la ocupación media ha sido del 6,6%, generando un déficit de explotación de 311.000 euros. No sucederá así con el servicio nocturno del metro que gestiona Transportes Metropolitanos de Barcelona que, a pesar de la amenaza que luego se convirtió en medalla autoimpuesta por ayuntamiento y Generalitat, seguirá abierto durante todo el fin de semana.

VEHÍCULOS VACÍOS / En cuanto al servicio de superficie, TMB quita hoy de la circulación las líneas 31, 35, 105 y 158 alegando lo desiertos que están los vehículos que cubren estos trazados. La razón: coinciden con el recorrido que hacen otras líneas o incluso con el que hace el metro. También sufren el recorte -TMB pretende ahorrar con todas las medidas de austeridad unos 56 millones de euros- los autobuses 58 y 75, ambos con parada final en la avenida del Tibidabo, que se quedarán en las cocheras sábado y domingo. El 91, entre Rambla y la Bordeta, no circulará domingos y festivos a pesar de la fuerte oposición de los vecinos de este batallador barrio de Sants, que han denunciado ante los responsables del distrito que esta decisión les deja «incomunicados del todo».

El bus de barrio sufrirá la tijera los domingos. Todas las líneas, excepto la 111 y la 116, se quedarán aparcadas, tal y como ya sucedía entre 1998, cuando empezaron a desplegarse estos trazados cortos, y el 2006, cuando se decidió ampliar el servicio a todo el fin de semana. «Vuelta al espíritu original», rezaba la nota explicativa de TMB, que explicaba que la necesidad de financiación de estos buses oscila «entre los 1,32 y los 10,85 euros por vajero».

Al margen de los ajustes del transporte público, los usuarios de la línea L-7 de FGC se encontrarán el lunes con que el metro se corta en dos a la altura de Plaça Molina por las obras de mejora en la estación de Gràcia. Durante tres meses, los viajeros que suban desde plaza de Catalunya podrán usar un bus alternativo entre plaza de Catalunya y plaza de Molina y seguir el viaje en tren.

EL BICING MANTIENE PRESTACIONES / El único transporte público que mantiene las prestaciones a pesar del aumento de la tarifa es el Bicing, que desde el 1 de enero tiene una cuota de 44 euros, un 25% más que el año anterior. La razón de este aumento, argumentó Sònia Recasens, teniente de alcalde encargada de asuntos económicos, es la necesidad de equilibrar la aportación que hacen abonado y Administración, ya que el usuario solo corría con el 21% del montante (ahora es del 25%), mientras que en bus y el metro, con los nuevos precios, la cantidad que se espera que salga del bolsillo del ciudadana llegará al 47,2% del coste.