Ágora

¿Vuelta al cole o ‘Regreso al futuro’?

Suprimir la tecnología (dígase pantallas, dígase inteligencia artificial, dígase...) de las aulas va en contra del futuro que, nos guste o no, seguirá siendo digital

Todas las claves del curso escolar 2023-2024 en Catalunya

Alumnos de secundaria, manejándose en clase con ordenadores.

Alumnos de secundaria, manejándose en clase con ordenadores.

M. Mar S. Izuel

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La saga cinematográfica ‘Back to the future’ (‘Regreso al futuro’ en nuestro país), producida por Steven Spielberg y que lanzó al estrellato a un jovencísimo Michael J. Fox, marcó la adolescencia de unos cuantos de nosotros. La película de comedia y ciencia ficción de finales de los 80 relataba las aventuras de Marty McFly, un adolescente rebelde e impulsivo que de manera accidental viajaba al pasado, época en la que se conocieron sus padres. Más allá del despertar de emociones personales que el éxito cinematográfico me sugiere, se me impone como un buen título para etiquetar el inicio de un curso escolar nuevo pero que viene con polarizaciones recurrentes debajo del brazo.

Da la sensación de que nos hemos aficionado al ‘eterno retorno’ (¡si Nietzsche levantara la cabeza!) educativo y vamos afianzando un discurso reaccionario que no beneficia en nada a quienes nos dedicamos, por vocación y servicio, a trabajar con el futuro en nuestras manos: los educadores. El pedagogo y filósofo Jordi Adell, entre otros, lleva tiempo previniéndonos de los mantras que en más de una ocasión son los que tristemente respiran bajo muchos de los titulares de nuestra actualidad escolar: “Cualquier tiempo pasado fue mejor”, “el nivel educativo baja”, “adiós a la cultura del esfuerzo”, “fuera la tecnología de las aulas”... No sé si accidentalmente, como en la película citada, pero lo cierto es que también a nosotros pareciera que nos hacen viajar en el tiempo y no hacia delante, precisamente.

El cambio educativo está necesitado de profesionales convencidos que, desde la pedagogía, y parafraseando a la directiva del Institute for the Future de California Jane McGonigal, hagan frente a lo “impensable” anticipando escenarios para que la imaginación colectiva nos entrene, así, a ser más flexibles, adaptables, ágiles y resistentes, es decir, más resilientes. Y todo ello, sin olvidar que vivimos en el s. XXI, un siglo digital. ¿Por qué querer dejar, entonces, fuera de las aulas todo lo que suene a algoritmo, lenguaje computacional, inteligencia artificial... cuando precisamente las escuelas pueden ser los mejores ámbitos reglados en los que aprender estos lenguajes de manera crítica y proactiva?

Ojalá este recién nacido curso académico nos lleve de verdad de “regreso al futuro” y los educadores insistamos en ser de aquellos que cambian lo que hoy parece probable en algo que es mejor. Ya lo afirmaba Alvin Toffler, uno de los primeros padres del Future Thinking (pensamiento de futuro): “Al tratar del futuro es más importante ser imaginativo que tener razón”. No queramos ser de los que prevén el futuro educativo ni en clave detractora ni tan solo teniendo razón. Optemos por actuar para crear el futuro que deseamos: ni los niños y adolescentes de antes eran mejores, ni educaremos a los de ahora al margen de lo que para ellos es un derecho.

Suprimir la tecnología (dígase pantallas, dígase inteligencia artificial, dígase...) de las aulas va en contra del futuro que, nos guste o no, seguirá siendo digital. Y cuando nos asome la duda, recordemos la escena de nuestra película en la que su protagonista, Marty McFly o nuestro queridísimo Michael J. Fox, ya anticipaba como intuyéndonos en nuestro presente: “Supongo que ustedes no están preparados para esta música, pero a sus hijos les encantará”. Cuando se vive en medio de revoluciones tecnológicas que no tienen marcha atrás solo nos queda una actitud: volver al cole para regresar al futuro.