Agresión normalizada

Cuando Julio Iglesias se hizo "un Rubiales" y besó a una presentadora de televisión sin su consentimiento

El popular cantante acudió como invitado a un programa y consideró que podía agredir a su presentadora en varias ocasiones con tocamientos y hasta besos en la boca, con los que nadie entonces se alarmó.

Julio Iglesias

Julio Iglesias

Redacción Yotele

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El caso Rubiales sigue dando la vuelta por el mundo y aquí en España los medios siguen centrados en el beso sin consentimiento que Luis Rubiales, el ya expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), le dio a la jugadora Jenni Hermoso al término de la final del Mundial femenino de fútbol.

Un acto que todo el mundo ha calificado de bochornoso e inaceptable pero que tiene numerosos antecedentes en las últimas décadas, cuando situaciones de categoría similar perpetradas por altos cargos o personajes famosos se normalizaban, se pasaban por alto e incluso se consideraban graciosas. Nadie se quejaba al respecto, ni siquiera la persona agredida.

Pero las cosas van cambiando poco a poco y este enorme escándalo generado en el mundo del fútbol ha provocado que se rescaten otros similares en otros ámbitos como el que ocurrió con Julio Iglesias en 2005 en un plató de televisión, en pleno directo y delante de millones de espectadores. El cantante "se hizo un Rubiales" cuando acudió al programa de la presentadora argentina Susana Giménez y nada más entrar, le plantó un beso sin previo aviso ni acuerdo mutuo.

"No, por favor", exclamaba ella intentando zafarse del artista español que se reía con su vergonzosa actuación. En ese momento la presentadora intentó restar importancia al asunto, aunque se notaba que se sentía muy avergonzada avergonzada. "Sabía que esto iba a pasar", expresaba. El mundo no estaba preparado para condenar un abuso de este calibre.

Completamente inconsciente de lo que acabana de hacer, Iglesias lo volvió a intentar sin ningún tipo de vergüenza, mientras la comunicadora no sabía cómo reaciionar y se tapaba la cara con las manos. "No Julio, te lo pido por favor, que eres un hombre casado". No queremos pensar qué ocurriría detrás de las cámaras, pero el cantante no dudó en presumir de que "los besos que le daba en privado eran más bonitos que los públicos".