Una Estrella que no brilla y solo oscurece. Tú y yo somos tres. Por Ferran Monegal

periodico

Resulta que la contratan para que ayude a una concursante, para que salga al escenario con ella y le dé brillo y proyección, y ocurre al revés: le quita todo protagonismo y la oscurece. Les estoy hablando de esa pequeña tormenta –pero muy sonora– que acaba de ocurrir en Operación triunfo (TVE-1). La acreditada y famosa cantante Estrella Morente fue contratada por OT para que saliera al escenario e hiciera un dúo con la concursante Nia. Objetivo: darle a esta joven un espaldarazo, un respaldo, un apoyo. Tenían que cantar el tango Volver. Pero Estrella Morente comenzó recitando estos versos: «Ni el torero mata al toro/ ni el toro mata al torero/ los dos se juegan su vida/ a un mismo azaroso juego». O sea, recurrió al escritor José Bergamín (1895-1983) usando un fragmento de sus versos. Mientras recitaba –y a su lado Nia se quedaba de pasta de boniato, porque no entendía nada– Estrella miraba insistentemente a otra concursante, a la joven Maialen. Le estaba dedicando, personalmente, este alegato protaurómaco, porque Maialen había comentado hace un mes, en una conversación privada, que las corridas de toros eran una vergüenza y que los que las apoyaban eran unos psicópatas.