Multa de 480 euros por publicar en Internet un fotomontaje de un Cristo con su cara

ATLAS VÍDEO

Año 1.500. Alemania. Óleo sobre tabla. Autorretrato con traje de piel. También llamado Autorretrato de Alberto Durero. La obra del artista del Renacimiento es magnética. El realismo es abrumador. Parece que podrías contar cada cabello de su melena ondulada. Pero, sin duda, lo más excepcional son las sensaciones que provoca. Serenidad. Trascendencia. Hondura. Una mirada que destila profundidad. Una actitud hierática. Y la única mano que asoma en una posición muy cercana… a la bendición. Exactamente. El rostro y la actitud de Durero se parecen de forma extraordinaria a otras obras de la época como, por ejemplo, Cristo dando su bendición, del pintor flamenco Hans Memling.