Manifestación de profesores catalanes en Barcelona

JORDI COTRINA

Hay algo raro, incluso perverso, en todo lo que envuelve las huelgas en la educación convocadas en estos últimos tiempos en Catalunya. Porque no es habitual que los convocantes y los causantes de la protesta estén de acuerdo en el fondo de la reclamación. La de este jueves, la cuarta en poco más de seis meses, ha tenido un seguimiento muy modesto, del 10,77%. Eso son 7.868 profesores y profesoras que no han acudido a su aula por muchas razones. Pero por dos en concreto: exigen la reducción de la ratio (número de alumnos por clase) e incrementar el horario lectivo sin alumnos, esto es, ese tiempo que dedican a reuniones, formación y organización de las escuelas. El caso es que el Departament d’Educació asegura comulgar con los sindicatos, pero sucede que el Govern tiene el presupuesto prorrogado y todavía no hay margen para revertir los recortes iniciados en el 2010 y la vuelta a las 23 horas lectivas en primaria y a las 18 en secundaria.