Tráiler de Inteligencia Artificial

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A finales de los 70, circulaba un chiste por Hollywood. Steven Spielberg moría e iba al cielo, pero San Pedro no le dejaba entrar. «Es que a Dios no le gustan los directores de cine». En ese momento, un tipo desastrado, barbudo, con pantalones de pana gastados y unas bambas roñosas, paseaba distraídamente en bicicleta por las puertas del cielo. Spielberg preguntaba. «Oiga, ¿pero ese no es Stanley Kubrick?». San Pedro se lo mira de soslayo y le dice: «No, es Dios, pero se cree que es Kubrick».