Muchos conductores se arrepienten de haber comprado un coche eléctrico: los motivos

Las carreteras de la UE deberán tener cargadores para vehículos eléctricos cada 60 kilómetros

La desgravación del 15% del IRPF para el coche eléctrico podrá llegar a un máximo de 3.000 euros

Un punto de recarga para vehículos eléctricos en una calle de Zaragoza.

Un punto de recarga para vehículos eléctricos en una calle de Zaragoza. / Efe / Javier Cebollada

Lola Gutiérrez

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Un coche eléctrico es un vehículo cuyo motor funciona gracias a un conjunto de baterías recargables de iones de litio u otro tipo de tecnología de almacenamiento de energía.

Este motor convierte la electricidad almacenada en energía mecánica que impulsa las ruedas del vehículo. Un controlador eléctrico regula la cantidad de energía que se envía desde la batería al motor, lo que permite controlar la velocidad y el rendimiento del coche.

Las baterías de los coches eléctricos se recargan conectándolos a una fuente de energía eléctrica, ya sea en casa a través de un cargador doméstico o en estaciones de carga públicas.

Más caros al inicio

En principio, los coches eléctricos suponen un ahorro económico para sus conductores porque, aunque inicialmente son más caros -es decir, un coche eléctrico vale más que uno diésel o gasolina- los costes de carga y mantenimiento de los coches eléctricos tienden a ser más bajos en comparación con los vehículos de combustión interna debido a la simplicidad de los motores eléctricos y a los menores precios de la electricidad en comparación con los combustibles fósiles.

Además, son más respetuosos con el medio ambiente porque no emiten gases de escape ni partículas contaminantes durante la conducción, lo que contribuye a la mejora de la calidad del aire y reduce la huella de carbono.

Sin embargo, y pese a que a priori hay más ventajas que desventajas en conducir un coche eléctrico, son muchos los conductores que se están arrepintiendo de haber adquirido uno. Al menos, eso es lo que se desprende de un estudio realizado en Francia hace unos días. Según dicho estudio, cuya encuesta se ha realizado a 6.167 propietarios de coches eléctricos, más de la mitad de los franceses -en concreto, un 54%- que compran un coche eléctrico terminan arrepintiéndose.

Francia, en la media europea

En Francia, el coche eléctrico representa el 12% del total, cerca de la media europea, que se sitúa por encima del 15%.

¿Y cuál o cuáles son el o los motivos de ese arrepentimiento? En primer lugar, los encuestados se refieren al incremento del precio de la recarga, una tarifa que se ha duplicado en Europa en solo tres años.

Además, los usuarios franceses se quejan de que hay precios muy distintos en los diferentes puntos de carga y que muchas veces los usuarios descubren el precio real de la recarga solo cuando ya la han realizado.

Sin embargo, aun teniendo en cuenta estas alzas de precios, sigue siendo más rentable mantener un coche eléctrico que uno convencional, debido a la simplicidad de los motores eléctricos y a los menores precios de la electricidad en comparación con los combustibles fósiles.

Menos gasto energético

Además, a igual potencia, el coche eléctrico requiere aproximadamente de un 15% de su presupuesto de mantenimiento para recargar energía, mientras que el segundo exigirá hasta el 30% en repostajes si se trata de un motor diésel, más sobrio en gasto que los de gasolina.

Por último, los usuarios se quejan de que la recarga de una batería de coche eléctrico aún tarda mucho más tiempo de lo que se tarda en llenar un depósito de combustible, aparte de que la autonomía es menor.