Astronomía

Detectan un enorme asteroide dos días después de que rozara la Tierra

Un impacto habría sido absolutamente sorpresivo: esto marca la importancia de hallar una solución al problema de las rocas espaciales ocultas por la luz solar

2023 NT1 no es la primera roca espacial sigilosa que se escapa de nuestra detección, oculta por el brillo del Sol.

2023 NT1 no es la primera roca espacial sigilosa que se escapa de nuestra detección, oculta por el brillo del Sol. / Crédito: MasterTux en Pixabay.

Pablo Javier Piacente

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Un asteroide del tamaño de un rascacielos voló más cerca de la Tierra que de la Luna, y los científicos no se dieron cuenta hasta 2 días después de su paso. Con dimensiones similares a una torre de 20 pisos, el asteroide se escondió en el resplandor del Sol antes de acercarse incómodamente a la Tierra el 13 de julio. Los científicos no lo advirtieron hasta el 15 de julio.

Una roca espacial que fue denominada 2023 NT1, de aproximadamente 60 metros de ancho, pasó cerca de nuestro planeta el 13 de julio, viajando a una velocidad estimada de 86.000 kilómetros por hora. Protegido por el brillo del Sol, el asteroide no fue apreciado por los telescopios terrestres y solo se confirmó su viaje cercano a la Tierra 48 horas después de su alejamiento.

Un fugaz visitante que pasó inadvertido

2023 NT1 fue detectado el 15 de julio por un telescopio en Sudáfrica, que conforma el Sistema de última alerta de impacto terrestre de asteroides (ATLAS), un conjunto de instalaciones diseñadas para detectar asteroides varios días o semanas antes de un impacto potencial. En este caso, la roca espacial fue apreciada cuando se escapaba de la zona de influencia de la Tierra. Al mismo tiempo, varios telescopios en distintas partes del planeta también identificaron al asteroide, de acuerdo a datos del Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional.

Según un artículo publicado en Live Science, el asteroide que se acercó más a la Tierra que a la Luna no es lo suficientemente grande como para ser considerado un objeto potencialmente peligroso por los científicos, aunque su tamaño puede equipararse con el de un edificio de 20 pisos. Los científicos calcularon su trayectoria para la próxima década, concluyendo que no existe un riesgo inminente de impacto

Más allá de esto, 2023 NT1 es una demostración de los peligros que conlleva el llamado punto ciego solar. Aunque constantemente se monitorean de cerca más de 31.000 asteroides cercanos a la Tierra, otros cuerpos pueden atravesar la zona de nuestro planeta y no ser detectados, amparados por el resplandor cegador del astro rey.

De la misma forma que debemos taparnos el rostro con una mano para poder ver el horizonte cuando la luz del Sol nos llega de frente, los telescopios sufren las mismas limitaciones en las zonas en las cuales el brillo solar impacta directamente en su área de visualización. En esos casos, el acercamiento sorpresivo del asteroide 2023 NT1 es un ejemplo de lo que podría suceder si otra roca espacial, en curso de colisión con la Tierra y de mayores dimensiones, tampoco es apreciada a tiempo.

Un satélite dedicado a estos casos

Aunque algunas investigaciones han concluido que no existe un riesgo concreto de impacto contra la Tierra de asteroides con un tamaño considerable para los próximos 1.000 años, la realidad es que el resplandor del Sol sigue siendo un escollo en la búsqueda de asteroides cercanos a la Tierra: 2023 NT1 no es la primera roca espacial que se escapa de nuestra detección. 

Un asteroide de 18 metros de largo siguió una trayectoria similar en 2013, ocultándose gracias al resplandor solar, y pasó desapercibido antes de explotar en el aire sobre Chelyabinsk, en Rusia. El evento liberó una onda de choque que causó daños considerables en edificios y otras infraestructuras, incuso varios kilómetros a la redonda. 

Una posible solución para el problema de los asteroides ocultos por la luz del Sol podría llegar de la mano de un proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA). Se trata de la misión NEOMIR, cuyo lanzamiento está previsto para 2030. Incluye precisamente un satélite especializado, que orbitará entre la Tierra y el Sol en un esfuerzo por detectar grandes asteroides ocultos por el brillo de nuestra estrella.