Persecución en Cerdanyola

Un grupo de personas desciende por el camino de un bosque. No se trata de un paseo. A finales de 1939 no era precisamente senderismo dominguero lo que se hacía en los parajes más ocultos de Catalunya. Entre ellas, una pareja de veinteañeros que huye de la derrota de la batalla del Ebro con destino a Francia y otro chico que viaja solo. Son interceptados por unos nacionales y echan a correr. De pronto se oye: "Corten. Claqueta'". Y la escena se vuelve a repetir. La misma sorpresa, el mismo miedo.

Aunque no estamos en Berga (cosas de la ficción), sino en Can Catà, un pequeño oasis particular en Cerdanyola. Y tampoco en 1939, sino 80 años después; en el 2019. Además, los fugitivos son en realidad los actores Roser Tapias, Marcel Borràs y Joan Amargós, tres jóvenes promesas del panorama catalán que, afortunadamente, no han sufrido contienda alguna. Pero lo que se explica en Éxode, de la batalla a la frontera es algo muy actual, ya que ocurre cada día en muchos lugares del planeta: la tragedia de miles de personas que deben abandonar su país para convertirse en refugiados.

Era la penúltima parada de la grabación a finales de marzo de este telefilme producido por Set Màgic Audiovisual en coproducción con TV-3 y la colaboración de Aragó Televisió, ICEC, MHM EBRO 1938 y el CECAAC. Porque este drama concebido como "una 'road movie', "un wéstern", según Oriol Marcos, su productor, ha discurrido por varias localizaciones. "La película es una evolución de 'Ebre, del bressol a la batalla'. Aunque se puede ver independiente porque no es una contitución", puntualiza.   

Asimismo, "aunque gran parte del equipo es el mismo, del reparto solo repiten Roser Tapias, que aquí es una maestra en la colonia Vidal, y Manuel Morón, que hace de pastor", indica. Para Eduard Solà, su guionista: "La historia que explica es la de centenares de personas" de los 460.000 republicanos que huyeron. Y cuenta que para condensarlas se basó en la gran cantidad de material que se conserva de la época. "Está basada en hechos históricos, pero habla de lo que está pasando hoy", afirma. "Se intenta que no sea solo una historia local, que lo es, el éxodo catalán, pero que en se entienda en cualquier país del mundo", señala Marcos.

Según su director, Román Parrado, 'Èxode...' "tenía que ser una continuación de la misma historia, pero pensamos que era de justicia explicar una diferente. Y nos quedamos con una de las muchas huidas que hubo a finales de la guerra civil". Y añade: "Es una historia de separación, de cambio personal. Una película de viaje, de huida. Un catálogo de la miseria y de la bondad humanas. Y se vuelve un tanto oscura, aunque es luminosa", describe, en alusión a ese amor interrumpido de dos jóvenes que tienen la voluntad de reencontrarse. 

Juventud interrumpida

Juventud interrumpidaRoser Tapias, que da vida a Maria, se ha tomado su personaje con "mucha responsabilidad y respeto, porque muchas mujeres vivieron la guerra y hay que hacer justicia a su historia". Entre ellas, su abuela, con quien ha encontrado "un espacio muy íntimo para compartir las vivencias". "He establecido un vínculo con ella y este es un pequeño homenaje". dice. Y añade: "Da una visión de la guerra desde el punto de vista femenino. Durante mucho tiempo las películas de guerra se han centrado en la figura masculina".

Marcel Borràs, que interpreta a Guillem, su pareja, asegura: "Hay una parte que es como una historia de aventuras, porque están buscando la manera de sobrevivir, y actoralmente hablando el hecho de ponerte al límite da un valor añadido a tu papel". Borràs establece diferencias con Incerta gloria, filme de Agustí Villaronga que protagonizó en el 2017. "Aquel era un drama íntimo que ocurría en el mismo lugar. Aquí, cada dos secuencias cambia el paisaje. En Incerta... se explicaba el drama de la guerra y cómo el mundo interior de los personajes y una juventud que debería estar llena de gloria se rompen". 

El otro frente

El otro frentePara Joan Amargòs, Antoni, un joven homosexual en la ficción, tampoco este el primer trabajo sobre la guerra. "Yo venía de hacer la obra de teatro In memorian, sobre la Quinta del Biberón, para la que hablamos con gente que había sobrevivido. Ahora lo verbalizamos más, y así los silencios se liberan. Antes, los ancianos no se atrevían a hablar". También el silencio se impone en la relación de su personaje con Guillem y Maria. "Se basa en el miedo, el desconocimiento, ocultarse cosas y calcular todo aquello que se dice y se hace. Pero se ayudan", concluye.

Parrado apunta que el personaje de Antoni "muestra también la problemática de la homosexualidad en la época, tratada de una manera no muy profunda, porque la historia no va de eso, pero sí que explica las dificultades y rechazo al que se enfrentaban las personas con orientaciones sexuales diversas".