TÚ Y YO SOMOS TRES

TVE ante la muerte de la viuda de Franco

Ferran MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Febrero de 1988. Acaba de fallecer Carmen Polo, la viuda de Franco. El jefe de informativos de TVE comunica al presentador del TelediarioToni Alcántara, que hay que abrir el noticiario con este obituario. El presentador se resiste, y exclama: «Si comenzamos el informativo con Carmen Polo, ¡pareceremos el No+Do en lugar de el 'Telediario'!». Y en aquella redacción de aquella TVE de hace 30 años se produce un breve pero interesante debate. ¡Ah! Este momento, este instante, que han rememorado en la teleserie Cuéntame...  Cuéntame...esta semana, al margen de lo poco o mucho que pueda haber de ficción y fantasía, periodísticamente es relevante.

La discusión dura poco. Sucede lo normal en estos casos. El jefe de informativos decide. El  presentador acata. Y la escena del minidebate acaba. Hombre, me habría gustado que hubiesen tratado el caso con mayor profundidad. Creo que el presentador Toni Alcántara se equivocaba.  Lo importante de este deceso, periodísticamente hablando, no era dónde colocarlo en el Telediario. Lo fundamental no era si darlo abriendo el noticiario, o cerrándolo. La pregunta pertinente que había de haber hecho el presentador a su jefe de informativos era: ¿y qué vamos a decir, qué tono, qué acentos le vamos a dedicar? O sea, ¿cuál va a ser nuestra crónica periodística, ‘in memoriam’, de la esposa que acompañó la vida del dictador Franco? Creo que éste era el debate que debía haberse escenificado. El orden de los factores no altera un Telediario. Lo que lo distingue del No+Do –o no– es el relato informativo que cocinan y preparan los que manejan a su gusto el mensaje.

TORTÍCOLIS EN EL CONGRESO .– De nuevo Mari Cruz Soriano (Gigantes, La 2) Mari Cruz SorianoGigantesnos ha proporcionado, sin saberlo, una entrevista que se ha transformado en extraordinaria: la última conversación televisiva con Carmen AlborchCarmen Alborch. Frente a la playa de la Malvarrosa, hablaban. Le decía Mari Cruz«Cuando tú entrabas en el Congreso, a los señores diputados les cogía tortícolis de tanto girarse a mirarte». Y Carmen sonreía y contestaba. «Yo no me daba cuenta, pero luego me lo contaban. Si lo hubiese advertido pensaría que sus señorías habian viajado poco por el mundo». O sea, diputados de aldea, señorías de poblado, criaturas de rupestre tribu, poco viajadas. ¡Ah! Carmen Alborch acertaba.