Delito contra el medio ambiente

El fiscal pide cárcel para los ganaderos de una granja de cerdos de Osona por verter ilegalmente 45.000 litros de purines

La acusación pública sostiene que estos residuos causaron "un grave daño" a la calidad del suelo y un riesgo para las aguas de un torrente

Más de la mitad de las fuentes, contaminadas por las granjas, dejan de manar en Osona

Una granja de cerdos, en una foto de archivo.

Una granja de cerdos, en una foto de archivo.

J. G. Albalat
Guillem Costa
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Vertieron unos 45.000 litros de purines de cerdo en una zona boscosa situada cerca de la explotación que regentan en la población de L’Esquirol, en la comarca de Osona. Ahora, la Fiscalía de Barcelona reclama para dos ganaderos, padre e hijo, tres años y medio de prisión, una multa de 9.000 euros y dos años de inhabilitación para ejercer su profesión por un delito contra los recursos naturales, al haber causado los purines "un grave daño" a la calidad del suelo y a las aguas subterráneas y superficiales, según el escrito al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO.

La acusación pública no solo culpa a los ganaderos, sino también a su empresa, Bestiar de Cabreres, como persona jurídica, solicitando que se le condene al pago de otra multa de 12.400 euros. Pero también se añade que tanto los imputados como la empresa de la granja costeen la restauración de la zona afectada por este vertido. Esta mercantil, según la fiscalía, se dedica a la cría y reproducción de cerdos y carece de un plan de políticas, procedimientos y acciones para asegurar de que sus actividades se ajustan a las leyes.

Esta calificación del fiscal es solo un ejemplo de la grave situación de las aguas subterráneas en Catalunya. A día de hoy, más de la mitad de los acuíferos de toda España, y especialmente en zonas porcinas de Catalunya como Osona, sufren contaminación por nitratos causados por la agricultura o la ganadería. Es cierto que durante los últimos años se ha endurecido el reglamento y que se han puesto algunas sanciones a granjas que han provocado vertidos descontrolados.

No obstante, el panorama está lejos de cambiar, puesto que la actividad ganadera se mantiene y la recuperación de estos recursos naturales es lenta. El problema puede llegar a provocar riesgos para la salud y en el caso concreto de la comarca de Osona, no se puede beber de la mayoría de fuentes porque exceden el umbral recomendado por la OMS.

Conscientes del riesgo

En este sentido, el escrito de acusación resalta que el administrador de la empresa, J S. F., uno de los investigados, tenía la obligación de realizar una "adecuada gestión" de las deyecciones ganaderas procedentes de su explotación agropecuaria, que se encuentra en el término municipal de L’Esquirol, una localidad que está declarada zona vulnerable en relación con la contaminación de nitratos que proceden de fuentes agrarias y ganaderas.

El 24 de diciembre de 2020, el otro acusado, A. S. M., como trabajador de la granja, trasladó con un tractor cisterna unos 45.000 litros de purines de cerdo que tenían en una balsa y los vertió a una zona boscosa situada en las inmediaciones de las instalaciones, llegando a "afectar muy negativamente" el suelo de ese espacio y el cauce del Torrent de Fàbrega.

La acusación sostiene que A. S. M. se había puesto de acuerdo con su padre, J. S. F., el administrador de la empresa que gestiona la explotación, para llevar a cabo esa operación y siendo “plenamente conocedores de los riesgos para el medio ambiente que esa acción iba a suponer. Asimismo, sabían perfectamente, según esta versión, que no contaban con "autorización administrativa alguna y que era una manifiesta infracción de la norma medioambiental".

Denuncia de los rurales

Al cabo de unos días, ya en enero de 2021, los Agentes Rurales, al tener conocimiento del vertido, procedieron a abrir una investigación y tomaron muestras de tierra de la zona boscosa y lodos del cauce del torrente. El resultado fue que el suelo donde se depositaron los purines tenían concentraciones muy elevadas de nitrógeno orgánico, traspasando a las aguas de lixiviación (lluvia y humedad medioambiental) una cantidad importante de sales minerales, entre ellas los nitratos.

Las muestras de los lodos del torrente también contenían un alto porcentaje de nitrógeno orgánico y su agua arrastraría contaminantes, como el amónico/amoniaco, fosfatos y otras formas de nitrógeno orgánico.

Para la fiscalía, "la elevada" concentración de tales contaminantes en las tierras donde se depositaron los purines y el cauce del torrente donde fueron a parar "supusieron un grave daño de la calidad del suelo afectado por el vertido" y un "grave riesgo" de contaminación de las aguas, aumentando el riesgo de "eutrofización" (proliferación descontrolada de algas fitoplanctónicas y efectos adversos) y "limitando los diferentes usos de las aguas".

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