Maniobras de la OTAN en Mallorca: "Las minas son el arma de los cobardes"

Fue un ejercicio de rutina que, sin embargo, adquiere un significado completamente distinto en el contexto de los acontecimientos bélicos en Ucrania y en el Mar Negro. Durante una semana, buques de la OTAN practicaron la desactivación de minas marinas frente a la costa sur de Mallorca. En una cena el viernes por invitación del comandante de las fuerzas navales de superficie de la OTAN, Stefan D. Pauly, los responsables de las maniobras denominadas Spanish Minex-24 hicieron un balance de esta operación . "Se trataba de evaluar nuestra capacidad operativa y demostrar que podemos defender a los Estados miembros de la OTAN de las minas marinas", dijo Fotis Paraskevas, capitán de corbeta griego y comandante de la flotilla de cinco barcos buscaminas encabezada por un buque de mando y abastecimiento.

Las unidades marítimas de la OTAN realizan con regularidad este tipo de ejercicios. Esta vez, la preparación y el despliegue de las "minas" corrió por cuenta de la Armada española, y la flotilla, compuesta por dos barcos italianos y uno francés, griego, turco y español, respectivamente, tenía la tarea de encontrarlas. En el escenario de crisis de la maniobra, debían despejar la ruta marítima para un desembarco de vehículos anfibios en la costa de Mallorca.

"Logramos detectar más del 90 por ciento de las minas", dijo el comandante de grupo Fotis Paraskevas. Además, se encontraron en el fondo del mar tres "minas» más de un ejercicio anterior y diversos enseres provenientes de las embarcaciones que navegan por estas aguas. 

Las minas marinas se depositan en el fondo marino o se anclan allí para luego flotar por debajo de la superficie del agua. Los barcos buscaminas pueden detectar los artefactos explosivos con sus sónares. Luego, los robots submarinos o los buzos deben identificarlos con precisión para desactivarlos, por ejemplo, mediante una detonación controlada a distancia.

La importancia de las minas marinas en tiempos de guerra hoy se hace evidente en la situación del Mar Negro, donde Rusia intenta evitar las exportaciones de cereales de Ucrania con estos dispositivos y las minas a la deriva ponen en peligro la navegación. "Las minas son el arma de los cobardes", sentenciaba el viernes el capitán de corbeta francés Stéphane Méline. Turquía, Rumanía y Bulgaria acordaron a principios de año intentar despejar conjuntamente las minas marinas en el Mar Negro.

El ejercicio de la OTAN comenzó hace dos semanas en el puerto de Maó, donde se reunieron los barcos. España recientemente ofreció a la OTAN utilizar Maó como base de suministro y refugio, lo que ha generado críticas de quienes temen una militarización, daños ambientales y un impacto en el turismo. Críticas que el capitán de corbeta español Ángel F. Díez Núñez considera infundadas en conversación con este diario. "A mi entender, no se trata de una base naval permanente como la de Rota, sino de un acuerdo para poder utilizar el puerto según sea necesario, por ejemplo, para reparaciones, sin necesidad de un permiso diplomático previo". La visita de los buques de la OTAN, según el capitán de corbeta, tampoco causan daños ambientales y podrían beneficiar incluso la economía local por el gasto de sus tripulaciones.

La posibilidad de que Maó se convierta en base de la OTAN se enmarca dentro de un contexto geopolítico caracterizado por la agresividad de Rusia. «Por supuesto que estamos alarmados», dijo el comandante Fotis Paraskevas. "Nuestra máxima prioridad ahora es entender qué están haciendo los rusos en el Mediterráneo y por qué, pero sin dar pie a una ulterior escalada de la situación". Moscú mantiene una base naval en Siria, y los barcos rusos actualmente patrullan desde allí y supervisan ciertas rutas logísticas, según Paraskevas.

La flotilla de la OTAN zarpó de nuevo el sábado por la mañana y se dirigió a aguas italianas, donde se llevarán a cabo más ejercicios. De la unidad forma parte un buscaminas italiano, al bordo del cual se encuentra un soldado acusado por una turista finlandesa de haberla violado en Magaluf. El capitán del barco se negó a entregar al soldado a la Guardia Civil. «La policía italiana investigará las acusaciones y colaborará con las autoridades españolas», aseguró el mando de la flotilla. 

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