Psicología

Brotes psicológicos: cuando la realidad se quiebra

Cualquier persona puede tener de forma abrupta delirios y alucinaciones

A esa ruptura contribuye una propensión innata y factores ambientales como el consumo de drogas

Angel Martín, autor del libro "Por si las voces vuelven", en el que cuenta el brote psicótico que tuvo.

Angel Martín, autor del libro "Por si las voces vuelven", en el que cuenta el brote psicótico que tuvo. / FERRAN NADEU

Rafa López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un hombre de unos 40 años que consume marihuana, éxtasis y alcohol en grandes cantidades pierde la noción de la realidad. Lleva escuchando voces durante un mes. Un día felicita a su pareja en redes sociales por una película de Hollywood en la que no participó y le llena la casa de regalos. Ella se da cuenta de que no está bien. Esa misma noche decide llevarle al ala de psiquiatría del hospital, donde permanecerá ingresado dos semanas. Este es el resumen del brote psicótico que tuvo en 2017 el humorista y escritor Ángel Martín, y que contó en el libro superventas “Por si las voces vuelven”.

El caso de Ángel Martín trascendió porque es famoso y tuvo el valor de contarlo para ayudar a otras personas, derribando el estigma de las enfermedades mentales. Pero los brotes psicóticos suelen saltar a los medios de comunicación por estar detrás de sucesos violentos. Ocurrió recientemente con el crimen de Lavadores (Vigo), la decapitación de Ribera de Arriba (Asturias) y el doble asesinato de Manacor (Mallorca), cometido por un hombre que mató a su madre y su hermano creyendo ser el demonio. Sin embargo, esta quiebra temporal de la realidad es más frecuente de lo que se podría pensar y no es habitual que lleve aparejada una conducta violenta.

Un brote psicótico se caracteriza por la aparición brusca de síntomas psicóticos, generalmente ideas delirantes y alucinaciones, explica el psiquiatra José Manuel Olivares, jefe del servicio de Salud Mental en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo. Ese cuadro delirante con alucinaciones y desorganización de la conducta puede deberse a muchas razones: “Puede ser una esquizofrenia, una demencia, una intoxicación por cocaína, hiponatremia [concentración demasiado baja de sodio en la sangre], fiebre...” enumera el especialista.

Según señala este doctor, una persona que no tenga un diagnóstico psiquiátrico ni tenga por qué desarrollar una enfermedad psiquiátrica puede tener un episodio psicótico en un determinado momento, en situaciones de intoxicación por drogas o incluso por haber estado varios días sin dormir.

La edad da pistas de lo que ocurre: “Si se trata de una persona de 80 años que nunca ha tenido nada, lo más frecuente es que sea una demencia o una enfermedad orgánico-cerebral. Si es una persona joven, primero se descarta que haya consumido algo y que haya una deprivación de fármacos”, apunta Olivares.

Al brote psicótico se le añade luego el “apellido”: puede tratarse de un episodio psicótico breve, un trastorno esquizofreniforme, una esquizofrenia o un trastorno bipolar en una fase maníaca (la opuesta a la depresiva). “Lo que lo determina son otros síntomas que aparezcan a la vez o el tiempo que dura. Para diagnosticar esquizofrenia, por ejemplo, los síntomas deben prolongarse durante seis meses”, agrega el psiquiatra.

La privación de sueño y el consumo de drogas pueden contribuir a desencadenar un brote psicótico, pero en su origen hay tanto factores ambientales como innatos, una mezcla entre el ambiente y la propensión que tiene una persona a presentar un brote psicótico o incluso a desarrollar una esquizofrenia. “En el caso de gemelos idénticos, si a uno le diagnostican esquizofrenia, el riesgo del otro no es del 100%, sino del 60% o el 70%. La población general tiene un 1%. Y luego está el ambiente: si esa persona con una cierta vulnerabilidad fuma cannabis, puede hacer un cuadro psicótico o incluso desarrollar esquizofrenia –precisa Olivares–. Es una cuestión de probabilidades, vas comprando papeletas”, añade. Ángel Martín aseguró que amigos suyos se drogaban mucho más que él y nunca terminaron internados.

Una ruptura sentimental, un despido, largas etapas de estrés laboral... ¿Pueden desencadenar un brote psicótico? Olivares explica que es difícil que una persona que no tenga una cierta predisposición pueda tener un brote psicótico porque le despidan, porque le deje su mujer o le muera un hijo, si no entran en juego otros factores. “Puede haber fenómenos parecidos: por ejemplo, gente que se le muere alguien de una manera muy traumática puede escuchar su voz, o parecer que lo ve, pero eso no son exactamente brotes psicóticos”, matiza. Brotes extremos, como el del hombre que decapitó a su padre en Asturias y tiró su cabeza en la vía pública, se atribuyen a un altísimo consumo de drogas o a una enfermedad psiquiátrica grave. “Eso no le pasa a alguien porque le haya ido mal en la vida o le haya ocurrido algo”, descarta el doctor.

La investigación indica que hay un componente genético, pero los genes por sí mismos no explican los episodios psicóticos, como tampoco explican la esquizofrenia. “Tienes que tener una serie de genes, pero son muchos, y luego tienen que activarse, y no siempre se activan –subraya–. ¿Qué es lo que sabemos que aumenta más el riesgo para que se active la enfermedad? Hay dos factores fundamentales. Uno es haber sufrido abuso o negligencia siendo niños, lo que se llama una infancia muy adversa. Eso multiplica el riesgo de que de mayor puedas desarrollar una esquizofrenia. Y el segundo más importante es la marihuana y los derivados del cannabis, sobre todo entre los 10 y los 25 años. Ahí el cerebro está todavía formándose y es donde realmente puede hacer mucho más daño”, advierte.

Olivares cita también el consumo de cocaína, el desarraigo, la pobreza, la marginalidad y el estrés sostenido como otros condicionantes que aumentan el riesgo. El psiquiatra recuerda que eran típicos los brotes psicóticos en el servicio militar, cuando los jóvenes salían de casa por primera vez, padecían estrés y entraban en contacto con las drogas. “¿Qué es lo que encontramos ahora? Gente que consume drogas, la mayoría. Pero también puedes tener un caso de un chaval buen estudiante, deportista, estupendo, todo maravilloso... y de repente tiene un brote”, relata.

Juventud y edad avanzada

Los brotes psicóticos pueden aparecer durante toda la vida, pero hay dos picos muy marcados: el mayor es entre los 15 y los 25 años y el segundo es después de los 60 años. En esos casos tardíos, la mayoría de los psiquiatras, incluido el doctor Olivares, lo atribuyen a un daño cerebral, normalmente por una demencia.

El tratamiento farmacológico es fundamental, y si el paciente lo rechaza se recurre a un mandato judicial. A la persona la ve el médico forense. Si se decide un internamiento, se comunica al juzgado, que envía una comisión judicial en un plazo de 72 horas para ratificar o no ese internamiento. Una vez que sale del internamiento no hay posibilidad de tratamiento involuntario en el domicilio, salvo que haya una condena por un delito y una sustitución de condena por sometimiento de tratamiento. “España siempre ha tenido una legislación muy garantista con esto y, progresivamente, parece que más”, señala José Manuel Olivares, crítico con las recientes declaraciones de la ministra de Sanidad, Mónica García, contra los psicofármacos. “Parece que nos dedicamos a envenenar a la gente, cuando la realidad es que hay personas que en un determinado momento necesitan un tratamiento”, sentencia el psiquiatra.

Suscríbete para seguir leyendo