Catalunya es la comunidad donde la escuela concertada es más cara

Con una cuota media de 1.696 euros por alumno y año, Catalunya es la comunidad donde la escuela concertada (financiada con fondos públicos pero de titularidad privada) es más cara, según un informe de EsadeEcPol. A Catalunya le siguen Madrid (1.156 euros por alumno y año) y Euskadi (959 euros por alumno y año) como territorios donde las familias pagan más por la concertada. Sin embargo, la cifra desciende hasta los 597 euros por alumno y año en la Comunidad Valenciana y los 453 euros en Andalucía.

La cuota media, en España, se encuentra entre los 680 euros por alumno y año y los 860 euros. Sin embargo, los investigadores de EsadeEcPol destacan que la escuela concertada es un sector "más diverso que monolítico", tanto desde el punto de vista territorial (cada autonomía tiene un modelo diferente) como desde el punto de vista de los propios centros y de las razones por las que deciden cobrar cuotas.

Colegios muy diversos

Elaborado por el director adjunto y responsable de Educación de EsadeEcPol, Lucas Gortazar, el economista Ángel Martínez, y el profesor universitario Xavier Bonal, el estudio pone de manifiesto que hay un 13% del alumnado de la concertada que no paga cuotas mientras que un 18% realiza una contribución económica muy baja (menos de 20 euros al mes por alumno). En el lado opuesto, el 10% del alumnado de la concertada asume el 45% del gasto total.

Un 13% del alumnado de la concertada no paga cuotas mientras que un 18% realiza una contribución económica muy baja (menos de 20 euros al mes)

Catalunya, Madrid y Euskadi concentran el grueso de las cuotas (70% del total) que pagan las familias por la educación concertada, un sistema educativo que abarca desde infantil a secundaria (3 a 16 años) y que está vigente desde los años 80. En la actualidad, aunque con un reparto desigual, este tipo de educación acapara al 30% del alumnado mientras que la red pública absorbe al 67% y apenas un 4% está matriculado en centros privados autofinanciados.

La escuela concertada, en teoría y por ley, debería ser gratuita para las familias. En la práctica no lo es por varios motivos. Entre ellos, una financiación pública insuficiente

La escuela concertada, en teoría y por ley, debería ser gratuita para las familias. En la práctica no lo es por tres motivos. El primero es la financiación pública insuficiente, de tal manera que lo que las administraciones no cubren lo complementan las familias. El otro motivo para cobrar cuotas es la prestación de servicios adicionales que, en el fondo, también ejercen de barreras de acceso. De hecho, la escuela pública asume más del doble del alumnado de origen migrante del que le correspondería y también tiene en sus aulas una proporción más elevada del alumnado con necesidades de apoyo educativo.

Las diferencias de financiación entre comunidades son uno de los factores que explican las diferencias de precios. Según subraya la Federación Escola Cristiana de Catalunya, Catalunya es la autonomía en la que los centros concertados están más infrafinanciados. "Un 50% de estas escuelas están en el tercil más bajo de financiación y un 20% en el segundo tercil, lejos de lo que ocurre en Euskadi, que se sitúa en el 6% y el 11% respectivamente, o de Madrid, que tiene el 28% en ambos casos", apuntan. Un informe de la Sindicatura de Greuges de Catalunya situaba el dèficit por plaza en 1.500 euros en educación infantil y primaria y en 1.800 euros para secundaria.

El informe apunta que el sector de la concertada no es monolítico y estima que "no conviene aplicar una política educativa de talla única"

Según los autores del informe, Catalunya muestra una financiación de la red concertada muy polarizada: centros muy bien financiados desde las administraciones públicas y muy mal financiados. Al contrario de lo que sucede en otros territorios, en Catalunya la práctica totalidad de los colegios concertados cobran cuotas con independencia del nivel de financiación pública.

"La existencia de la red concertada reduce la presión sobre el gasto público de las administraciones"

Apenas existen centros concertados en Catalunya que no cobren cuotas (menos de un 6%) mientras que más o menos la mitad lo hacen para compensar una situación de infrafinanciación pública, ya que su resultado económico antes de las cuotas es menos de 200 euros por alumno y año. Entre un 25% y un 33% de los colegios concertados catalanes cobran mensualidades para obtener niveles de distinción o lograr un beneficio económico. Este porcentaje es bastante superior al de la media española (15%). Mientras, el grupo de centros que no está infrafinanciado y que cobra cuotas para ampliar servicios educativos es minoritario: 15% frente al 30% de la media española.

Supervisar el precio del comedor

Los investigadores de EsadeEcPol aseguran que "no conviene aplicar una política educativa de talla única" a toda la escuela concertada. En su opinión, el sistema educativo ha llegado a un equilibrio "muy estable" y escasean los incentivos para cambiar la situación. "La existencia de la red concertada reduce la presión sobre el gasto público de las administraciones, facilita un sistema de selección social para las familias de mayor renta a cambio de un copago, y garantiza una demanda amplia que asegura la continuidad del sector concertado", aducen.

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Para garantizar que la doble red no se convierta en un factor importante de segregación escolar, los autores del informe de Esade proponen a las diferentes administraciones con competencias educativas una serie de medidas. Entre ellas, supervisar el coste del comedor escolar en los centros concertados y equipararlos con los de los centros públicos para evitar que se convierta en una fuente indirecta de financiación escolar.

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También proponen regular las aportaciones que realizan las familias en concepto de actividades complementarias y otros servicios y establecer umbrales idénticos para colegios públicos y concertados. Otra sugerencia de EsadeEcPol es poner en marcha incentivos para acabar con el sistema de conciertos plenos en el caso de los centros claramente sobrefinanciados con las arcas públicas (algo frecuente en los centros de mayor tamaño) y que cobran cuotas elevadas.