Sequía

El Govern confía en las próximas lluvias para poder retirar la emergencia por sequía

El conseller David Mascort ve importante "levantar restricciones" si es posible y afirma que los barcos cargados de agua solo llegarán si se entra en la fase 2 de la emergencia

Los embalses del Ter Llobregat se sitúan al 16,05% de su capacidad

La sequía y la explotación de los ríos también amenazan la vida marina en Catalunya

El conseller de Acció Climàtica David Mascort en el Parlament.

El conseller de Acció Climàtica David Mascort en el Parlament. / Nico Tomás / ACN

Guillem Costa

Guillem Costa

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La tendencia al alza, aupada por las lluvias de las últimas horas, se mantiene en los embalses de las cuencas internas. Ante esta buena noticia, el Govern se muestra cauto, pero no descarta levantar el estado de emergencia en los municipios abastecidos por los ríos Ter y Llobregat. "Siempre repetimos que si el volumen embalsado no supera por bastante el umbral del 16%, no retiraremos la emergencia. Pero si se cumplen las predicciones para esta semana y la siguiente, igual sí podemos hacerlo", apunta el conseller de Acció Climàtica, David Mascort, en conversación con EL PERIÓDICO.

"Puede ocurrir que el agua no sea potable, pero espero que no lleguemos a este escenario"

— David Mascort, conseller de Acció Climàtica

¿A qué porcentaje se debería llegar para salir de la emergencia? Según el Plan Especial de Sequía, a partir de que se supere el 16%, hay cuatro meses de margen para declarar la retirada de esta fase más restrictiva. Por lo tanto, será esencial analizar los pronósticos meteorológicos, explica Mascort: "Será importante observar la tendencia. Si nos dicen que seguirá lloviendo mucho, podríamos salir de la emergencia con los pantanos al 17%. Si, por lo contrario, resulta que no habrá más precipitaciones, no será posible". A día de hoy, los embalses del Ter Llobregat se sitúan al 16,05%.

"En caso de que cayera un chaparrón abundante y llegáramos al 20%, la levantaríamos seguro", añade el conseller. En el seno del Govern, no se descarta el escenario de retirar el estado de emergencia porque implica restricciones severas tanto para la ciudadanía como para la industria y la agricultura. "Si podemos evitarlas, las evitaremos. Siempre es mejor que no haya restricciones", sostiene Mascort.

Aun así, lo más probable es que la sequía, al margen de los posibles cambios de fase, continúe y se deba mantener el ahorro, sobre todo, teniendo en cuenta que en las próximas semanas el gasto de agua suele aumentar coincidiendo con el inicio de las campañas de riego. En el Departament d'Acció Climàtica destacan el hecho de que en un año se haya reducido un 9% el consumo de agua. Este hecho concede algo más de tiempo para que se aceleren obras de emergencia como la ampliación de la potabilizadora del Besòs, que debe servir para producir más agua a finales de año.

El año pasado, se entró en el verano con las reservas de las cuencas internas al 25% (solo embalses, aquí no se incluye el estado de los acuíferos, otro recurso clave). "Las precipitaciones de mayo y junio fueron salvadoras, si no, habría sido mucho peor", admite Mascort. Este año, aunque siga lloviendo, es posible que lleguemos a los meses más cálidos con menos agua de la disponible en 2023.

Sin presupuestos

La falta de presupuestos, detallan en la conselleria, no impedirá que las partidas antisequía salgan adelante. Aragonès anunció 1.045 millones de euros en las cuentas dedicados a paliar la crisis hídrica. De estos, los que corresponden a los presupuestos de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) y del Ens d'Abastament d'Aigua Ter Llobregat (ATL) se mantienen como estaban previstos, porque su dinero depende del canon y de la tarifa, respectivamente. Esto equivale a más de 750 millones de euros.

El Govern mantiene su negativa contundente a la interconexión de redes para trasladar agua del Ebro a BCN

¿Y qué ocurre con el resto? "Hay una parte que sí dependía del presupuesto que no se ha aprobado. Esta semana, el Govern ya dará el visto bueno a una primera modificación presupuestaria para poder disponer de ciertas partidas relacionadas con las subvenciones a los ayuntamientos", concreta Mascort.

Sobre la calidad del agua, que corre peligro cuando el agua embalsada es escasa, el conseller subraya que no se trata de nada nuevo: "Siempre que hay poca agua es difícil potabilizarla. Podría suceder que no fuese potable, pero espero que no lleguemos a ese escenario. Si se diese, tendríamos que ver cómo lo hacemos". El Ejecutivo catalán pone el foco en los avances logrados en la potabilizadora de Cardedeu, que trata agua del Ter. En esta infraestructura, ya se han aplicado algunas mejoras que permiten potabilizar 1 metro cúbico por segundo. Anteriormente era imposible sanear tan poca cantidad de agua. La duda es saber hasta qué porcentaje se podrá tratar el agua de Susqueda. En Sau, se llegó a aprovecharla hasta el 1,5%.

Barcos y trasvases

La esperanza, pues, recae en las lluvias primaverales, que también podrían acabar evitando el traslado de agua procedente de Sagunto en barco. El Govern insiste en que solo llegarán en caso de que sea necesario (podría ser eventualmente en junio, como dijo la ministra Ribera, o más adelante) y sostiene que solo se requerirán si entramos en emergencia 2, ni en excepcionalidad ni en emergencia 1. El Ejecutivo de Pere Aragonès, llueva o no, se mantiene firme en lo que ha sido una de sus líneas rojas. Se sigue rechazando tajantemente la posibilidad de trasladar agua del Ebro a Barcelona con la interconexión que reclaman ingenieros, economistas, la Cambra de Comerç o Foment del Treball.

Suscríbete para seguir leyendo