Educación en Francia

Macron da marcha atrás y deja que los institutos decidan si aplican niveles en francés y matemáticas

El Gobierno francés toma esta decisión por motivos presupuestarios, además del rechazo de los sindicatos

Unas 400 familias exigen "recuperar el nivel educativo", contra la innovación "no contrastada"

Macron escolta uns escolars, dijous passat. | STEPHANE MAHE / AFP

Macron escolta uns escolars, dijous passat. | STEPHANE MAHE / AFP / ENRIC BONET

Enric Bonet

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El Gobierno de Emmanuel Macron titubea y cede respecto a la creación de los grupos por nivel en los institutos en Francia. La ministra de Educación francesa, Nicole Belloubet, reconoció a finales de la semana pasada que darán “flexibilidad” y permitirán “excepciones”. Es decir, los centros dispondrán de cierta autonomía a la hora de separar (o no) a los alumnos en función de sus conocimientos en las clases de matemáticas y lengua francesa. Debido a la oposición de los sindicatos educativos y motivos presupuestarios, Macron hace marcha atrás respecto a esta medida, que hizo correr ríos a finales de año.

El entonces ministro de Educación, Gabriel Attal, -designado como primer ministro en enero- había anunciado a principios de diciembre la creación de grupos de nivel en el equivalente galo de 6º de primaria y 1º de la ESO. En las clases de matemáticas y francés, los alumnos iban a separarse en función de sus facultades (bajas, medias y altas). Con esa medida, anunciada con bombo y platillo por el hábil comunicador Attal, el Ejecutivo centrista pretendía responder a la bajada en el nivel educativo —reflejada en los resultados en el informe PISA—, además de seducir al electorado conservador. 

"Ya no estamos en la ideología"

Tres meses después, sin embargo, la propuesta estrella de Attal ha perdido fuelle. Aunque sea con la boca pequeña, las autoridades reconocen que no se aplicará de manera sistemática ni homogénea a partir de la rentrée en septiembre. “No hay ningún cambio, la flexibilidad siempre ha sido posible, ya que desde un inicio preveíamos que los alumnos pudieran cambiar de un grupo a otro”, ha defendido el primer ministro. Pese a esta comunicación gubernamental, tanto los medios como los sindicatos han entendido que el Gobierno hace marcha atrás, aunque no se descarta un nuevo cambio de guion sobre esta política difícil de aplicar.

“Si la aplicación de los grupos de nivel depende solo de la voluntad de los directores y sus equipos, probablemente esta medida ha quedado enterrada”, lamenta el diario conservador Le Figaro. “Ya no estamos en la ideología que consiste a poner a los débiles con los débiles y los fuertes con los fuertes”, destacó Bruno Bobkiewicz, responsable del sindicato SNPDEN (de los directores), en declaraciones a Les Echos. “Este primer cambio se debe gracias a las movilizaciones”, se felicitó en la red social X Sophie Vénétitay, secretaria general del Snes-FSU, la organización sindical educativa con un mayor número de afiliados. 

Los profesores de primaria y secundaria celebraron el 1 y 6 de febrero dos huelgas nacionales, con un seguimiento más que notable. Las dianas de sus críticas eran los grupos de nivel y la entonces ministra del ramo, Amélie Oudéa-Castéra, que indignó al profesorado al llevar sus hijos en un centro católico y elitista y hacer unas declaraciones en que insinuaba que los maestros de la pública eran unos vagos. Macron reemplazó a Oudéa-Castéra y la sustituyó por Belloubet, quien ocupó la cartera de Justicia entre 2017 y 2020. Desde su llegada al frente de Educación, esta dirigente que formó parte del Partido Socialista ha intentado amansar a las organizaciones sindicales. Y ha rebautizado los “grupos de nivel” en “grupos por necesidades”.

¿Una rectificación por motivos presupuestarios?

Además de la hostilidad del profesorado, el Gobierno francés hace marcha atrás por otro motivo —y quizás de mayor peso—: el presupuestario. Debido a la ralentización económica, y su voluntad de no aumentar los impuestos, Macron ha previsto reducir el gasto público en 10.000 millones de euros este año y 20.000 millones en 2025. En cambio, la creación de grupos de nivel en todos los centros requiere un aumento de los recursos para la educación pública.

Attal dijo en diciembre que había obtenido los fondos para contratar o movilizar a 2.330 profesores. Pero los sindicatos advirtieron que esa cifra resultaba insuficiente. Las pocas partidas destinadas hasta ahora irritaron a los responsables de los institutos. “Nos oponemos a utilizar los medios ordinarios para crear los grupos de nivel”, advertía la semana pasada Philippe Delorme, secretario general de la educación católica. Unas reticencias que han pesado en el Gobierno de Macron. Y ahora se conforma en impulsar la polémica medida de manera menos ambiciosa.