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Cae una red de explotación sexual: 13 mujeres liberadas y 17 detenidos en Barcelona, Madrid y Palma | Vídeo

Prostituidas, hacinadas y bajo vigilancia: así malvivían once mujeres en Alicante

Ocho detenidos y 24 mujeres liberadas en Mallorca en una operación contra la explotación sexual

Cae una red de explotación sexual: 13 mujeres liberadas y 17 detenidos en Madrid, Palma y Barcelona

Cae una red de explotación sexual: 13 mujeres liberadas y 17 detenidos en Madrid, Palma y Barcelona / ACN

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La Policía Nacional ha liberado en Palma a 13 mujeres chinas que estaban obligadas a prostituirse las 24 horas del día y ha detenido a 17 miembros de esta trama en Madrid, Barcelona, Polonia y en la capital balear.

En un comunicado, la Policía informa este sábado de esta operación que ha contado con la colaboración de Europol y que ha servido para desmantelar esta organización criminal que se lucraba con la explotación sexual de sus víctimas y la venta de estimulantes sexuales.

En total, la Policía Nacional ha realizado siete entradas y registros, seis en Palma y uno en Barcelona, en los que los agentes se han incautado de 15.000 euros en efectivo, 14 teléfonos móviles y otros dispositivos y documentación diversa.

Esta mafia "les imponía un régimen de esclavitud", obligándolas a estar siempre disponibles para prostituirse en los pisos donde residían o bien como "acompañantes" en fiestas.

Captación por 'app'

La organización captaba a sus víctimas en China a través de una aplicación telefónica. Los miembros de esta trama les ofrecían viajar a Europa y les adelantaban unos 15.000 euros en concepto de gastos de viaje que debían abonar a la persona que las recibía en Polonia.

En ocasiones, se les obligaba a pagar 400 euros al mes adicionales en concepto de gastos de seguridad social. La organización les dispensaba contratos de trabajo fraudulentos para tramitar los visados y lograr su entrada ilegal en el espacio Schengen.

La realidad es que, en cuanto llegaban a Palma, las obligaban a prostituirse para saldar la deuda contraída. Como estaban de manera irregular en España y no sabían castellano, su situación era de total dependencia respecto de sus captores.

La principal responsable de la trama tenía una red de colaboradoras que dormían en los pisos para controlar a las mujeres, los servicios que prestaban y recaudar el dinero de los clientes.

La hostelería como tapadera

Las condiciones en las que vivían eran "abusivas", según la Policía: eran tratadas como "esclavas", debían estar disponibles 24 horas al día los 7 días de la semana.

Las mujeres explotadas apenas podían salir de los pisos para no levantar las sospechas de los vecinos. También tenían que trabajar como "acompañantes" en otros lugares, donde eran "monitorizadas de manera permanente" mediante cámaras de videovigilancia.

Los miembros de la organización atendían directamente a los hombres que pagaban para concertar los encuentros sexuales y también ganaban dinero con la venta de vigorizantes sexuales.

Los ingresos los canalizaban a través de una empresa de hostelería de su propiedad para justificar los beneficios. A los detenidos se les acusa de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, relativos a la prostitución y pertenencia a organización criminal.