Menores migrados no acompañados

Los abogados alertan: "Tienen a los menores expuestos en una sala de cristal donde solo caben dos colchonetas"

El problema ha llegado a la comisión de derechos humanos del Colegio de la Abogacía de Girona

Menores migrantes sin familia vuelven a dormir en comisarías de los Mossos de Girona

Jordi Espelt, abogado y presidente de la comisión de derechos humanos del Col·legi de l'Advocacia de Girona.

Jordi Espelt, abogado y presidente de la comisión de derechos humanos del Col·legi de l'Advocacia de Girona.

Ariadna Sala

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En la ciudad de Girona, la problemática de los menores migrados no acompañados es visible en su vertiente más literal: la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Vista Alegre tiene cierres de cristal, y los menores que llegan buscando protección permanecen en una pequeña sala que se ve desde la calle y que está al alcance de cualquiera que pase por fuera. 

Durante diciembre se han producido llegadas de menores que han tenido que pasar la noche, y durante enero también se ha repetido esta situación. Lo ha denunciado a través de las redes sociales la abogada Mònica Tarradellas, que asegura que no es la primera vez que ocurre , y que los menores están expuestos a condiciones lamentables: "los menores están expuestos en una sala de cristal de un metro por tres de ancho donde caben dos colchonetas y a veces hay más de uno y permanecen días", indica Tarradellas. 

No hay espacio físico para hacer entrar más, porque las instalaciones tampoco están preparadas para darles este uso. "Se trata de una situación indigna por cualquier persona y menos para los niños", subraya en declaraciones a 'Diari de Girona'. Más allá de las condiciones del espacio, la letrada indica que también hay otra vertiente que estigmatiza a los menores: "la gente los ve ahí dentro y no entiende que si no han cometido ningún delito estén ahí dentro", dice. 

Tarradellas ya denunció una situación idéntica hace unos años, trasladando una queja por escrito al Departament d'Interior. Durante un tiempo esta situación, al menos en Girona, se había detenido, pero desde hace dos meses ha reavivado.

Los trámites burocráticos para realizar las pruebas de edad son los que detienen el proceso de acogida de los menores en un centro. "Se van pasando el balón unos a otros, pero alguien tendrá que poner recursos, no creo que no puedan encontrar un espacio con literas que no esté expuesta a todo el mundo y donde los menores puedan hacer el periodo de espera del test de edad con dignidad", sostiene. 

Buscar soluciones

Por eso, ha puesto los hechos en conocimiento del Col·legi de l'Advocacia de Girona (ICAG) y al defensor del ciudadano. Desde la comisión de derechos humanos del ICAG aseguran estar al corriente de la situación, y se están estableciendo comunicaciones con Mossos d'Esquadra y los servicios territoriales de Girona del Departamento de Justicia de la Generalitat para encontrar soluciones a este problema.

El presidente de la comisión de derechos humanos del Colegio, el abogado Jordi Espelt, indica que el objetivo es encontrar otros lugares menos expuestos y que tengan mejores condiciones donde los menores puedan estar mientras se esperen a realizar la prueba de edad. La comisión hará llegar este asunto al máximo órgano de la abogacía de Catalunya,  el Consell de l’Advocacia Catalana (CICAC), para detectar el alcance del problema en el ámbito catalán. «Debemos evitar que estos menores sean estigmatizados», resuelve.