Educación en Catalunya

Marcos, el éxito de la orientación: "Sin acompañamiento me habría desmoronado y hoy no estaría estudiando"

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Marcos Vasquez, de 18 años y originario de Honduras, en la biblioteca de la Escola del Treball en la Escuela Industrial.

Marcos Vasquez, de 18 años y originario de Honduras, en la biblioteca de la Escola del Treball en la Escuela Industrial. / JORDI COTRINA

Helena López

Helena López

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Con apenas 18 años y una cara de niño que no engaña, Marcos tiene un empeño claro: ayudar a los chicos que siente que están pasando por una situación muy similar a la que él vivió cuando llegó a Barcelona desde Honduras a finales de noviembre de 2021 con su padrastro y su hermano pequeño para reagruparse con su madre. Empezó sus estudios en Catalunya directamente en cuarto de ESO, con el curso ya avanzado, sin hablar ni media palabra de catalán y con un nivel más bajo en el resto de materias "porque la educación en Honduras no es como la de aquí". El joven explica su historia -que es la de tantos otros- en el majestuoso edificio central del Institut Escola del Treball de Barcelona, donde estudia un ciclo formativo de grado de medio de sistemas microinformáticos y redes.

Llegado de Honduras a mediados de 4º de la ESO, este joven logró superar un PFI y ahora cursa un grado medio de sistemas microinformáticos y redes

El joven habla con devoción de Mar, su tutora en el 'aula de acogida' del Institut Nou de Santa Coloma de Gramenet. "Sin su acompañamiento me habría desmoronado y no estaría estudiando; estoy absolutamente convencido", señala. "Ella me dijo que no repitiera cuarto de ESO, que hiciera un PFI. Veía que la informática y la robótica se me daban bien y me recomendó hacer un PFI [estudios que forman parte de la Formación Profesional dirigidos a alumnado de entre 16 y 21 años que no ha finalizado la ESO] de Informática en la Escola del Treball y le hice caso", relata.

Aunque le costó entrar -no lo hizo en la primera asignación de plazas- finalmente pudo acceder al PFI y obtuvo el título que le abrió la puerta al grado medio que ahora cursa (y que espera que le abra la puerta a un grado superior).

El joven Marcos, estudiante de un ciclo formativo de grado medio en la Escola del Treball, esta semana.

El joven Marcos, estudiante de un ciclo formativo de grado medio en la Escola del Treball, esta semana. / JORDI COTRINA

Para Marcos ha sido clave el apoyo de sus tutores. En el PFI, el de David. "Siempre digo que impriman más Davids. Cuando empecé el PFI yo miraba a los compañeros y pensaba que el 70% no aprobaría. El único que creyó en todos ellos fue David, empujándoles. Les arrastró y pasaron todos. Yo no lo veía, porque eran unos tremendos, y ¿quién estuvo ahí? David; dándoles lo que fuera no les daban", recuerda agradecido Marcos, quien apunta la importancia del entorno.

"Un tutor que te dice 'sí puedes' puede cambiar totalmente tu futuro"

"Imagínate el chico que llega a casa y sus padres les dicen 'eres un inútil, no vales para nada'. Yo tuve suerte. Tuve un tutor que me decía constantemente 'sí puedes, sabes mucho, eres inteligente. Escuchar eso es un apoyo que puede cambiar totalmente tu futuro", prosigue el joven, quien apunta también la suerte de contar con el apoyo familiar. "Pasé por un mal momento, con ansiedad, y al principio tuve miedo de decírselo a mi madre y que no me entendiera, pero no fue así. Ella estuvo allí; hablé con David y él estuvo allí; pero no todos los chicos tienen ese apoyo; yo he visto a mi alrededor personas que pasan por eso mismo y les dicen 'es una tontería'", prosigue el joven, todo empatía.

David le preguntaba todos los días: 'Marcos, ¿cómo estás?'. "Y no solo a mí, ¡a todos! Quedé sorprendido cuando, al final, logramos el título casi todos! Incluso al principio había chicos que faltaban y el día que venían les animaba, 'venga, chicos, que sí pueden' hasta que empezaron a venir más y ya no faltaban", rememora. Y esa misma influencia positiva que tuvo David con sus compañeros de PFI quiere tenerla Marcos ahora con sus compañeros del ciclo formativo.

"Llevamos poco más de un trimestre y ya han abandonado cinco o seis", lamenta. Le duele especialmente el abandono de un amigo suyo, quien se puso una barrera tan alta que Marcos no fue capaz de derrumbar. "Es eso de ponernos el 'no puedo, no puedo' y no tener ese apoyo que yo tuve, y me da rabia. Intenté ayudarle, que no se derrumbara, decirle 'yo creo en ti', no puedes abandonar ahora, si quieres te ayudo a estudiar; pero no fue suficiente", cuenta Marcos, quien ahora está intentando ayudar a su primo para que no tire la toalla.

"Le cuesta mucho el catalán y hasta se plantea volver a Honduras, pero yo le digo que aproveche esta oportunidad, que al principio yo también me decía que no podía y gracias a mis padres y a mis tutores, pude", concluye el joven, quien también recuerda con agradecimiento a Olga, su 'coach' voluntaria de la empresa Cellnex en el proyecto Coach de la Fundació Èxit -al que le animó a participar David-, que ha logrado que el 83% de los jóvenes que han pasado por esta iniciativa de orientación y motivación siga estudiando.

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