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La 'Polizia Stradale' en Italia va con Lamborghini

La 'Polizia Stradale' en Italia va con Lamborghini / Polizia Stradale

Irene Savio

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Hace ya 20 años y aún se sigue hablando de ello. El asunto tiene que ver con Lamborghini y la 'Polizia di Stato' (la policía nacional italiana) que acaba de recibir otro vehículo de la muy famosa marca de coches de lujo. Se trata de un Urus que alcanza los 306 kilómetros por hora y puede acelerar de cero a 100 kilómetros por hora en 3,3 segundos. Muy, muy rápido. Ahora está aparcado en el barrio de Tor Sapienza, en la periferia de Roma, en una de las sedes centrales de la policía de Tráfico. Allí también se encuentra un Huracán, donado hace ya algunos años.

La policía se enorgullece de ello. La razón no está solo en que los coches sirven para atraer, en eventos públicos, a personas a las que luego se les hace educación vial y perseguir en autopistas y grandes autovías a delincuentes, actividades por las que también se emplean. Después de que en 2004 fuera donado el primer Lamborghini (un Gallardo, en la actualidad 'jubilado' y que está en un museo de la capital italiana), la policía sigue usándolos de una forma bastante peculiar, pero que salva vidas: en misiones contrarreloj para el transporte de tejidos, plasma y órganos.

"Es una tarea que estos vehículos desempeñan cuando no hay otras formas de transporte disponibles, de helicópteros, en algún caso, o en tiempos muy breves, o existen dificultades ambientales (escasa visibilidad por incendios, por ejemplo)", cuenta el comisario jefe Vincenzo Orgini. "Desde que los tenemos se han usado en 2.040 eventos públicos, 390 operativos policiales, como persecuciones de sospechosos, y 244 traslados de órganos", añade Orgini.

115 agentes

En verdad, la colaboración con Lamborghini, que cede gratuitamente los vehículos y garantiza su mantenimiento, empezó hace 20 años pero se ha ido perfeccionando con el paso del tiempo. En 2019 incluso se firmó un protocolo con el Centro Nacional de Trasplantes y en la actualidad hay unos 115 agentes formados y habilitados (de los 10.000 que integran el cuerpo de la policía de carreteras) para conducirlos y que proceden de los cuarteles de Roma, Nápoles y Bolonia.

En esta última ciudad, además, se encuentra otro Huracán en activo, aunque es al centro de la capital de Italia al que llegan las peticiones de los traslados. Según dice Orgini, el alto número de pilotos habilitados se debe a que intentan trabajar con la mayor fluidez posible. "Si un Lamborghini está requerido para una actividad planificada, nos podemos organizar. En cambio, si nos llega una petición de transporte de órganos, hay que actuar con extrema rapidez para activar a los agentes que en ese momento están a disposición", explica el funcionario.

En un país famoso por el tópico de su amor por los coches, los operativos de esta unidad son seguidos casi como si fueran capítulos de películas de acción. En septiembre pasado, por ejemplo, hizo bastante ruido la noticia de que el Huracán de Roma transportaba un riñón desde el hospital de Tor Vergara hasta la ciudad de Pisa, situada a más de 350 kilómetros de distancia. Un recorrido que se llevó a cabo en unas dos horas y media, casi una hora menos de lo que emplea un vehículo normal. No solo esto. Después de que los agentes entregaran el órgano, recibieron una llamada de agradecimiento del médico a cargo y de familiares, ya que la operación quirúrgica había logrado ser exitosa.

Especiales

"Fue una gran satisfacción", dice Orgini, al añadir que en todo caso no se trata de comportarse como Michael Schumacher o Fernando Alonso. “Lo único que importa es cumplir con la misión, por lo que la velocidad se regula para que el viaje sea seguro”, puntualiza.  

Dicho esto, los vehículos tampoco son Lamborghinis habituales. Ni salen de fábrica así. Se construyen directamente en la sede de la empresa, para que, en la parte anterior, estén equipados con un sistema de refrigeración especial y, a bordo, lleven sirenas, controles de radio y luces LED como las que usan los coches normales de la policía, así como una tablet a través de la cual los dos policías que van a bordo puedan consultar bancos de datos con información policial. A cambio, Lamborghini también tiene su cuota de visibilidad y publicidad gratuita, ya que los vehículos en general se presentan en actos públicos a los que suelen acudir autoridades.

Tal vez por eso el caso de los Lamborghini de la policía ya no es único. Su ejemplo está empezando a ser imitado. Tanto es así que, hace tres años, un superdeportivo Nissan GT-R y un Mercedes CLS fueron alistados en la flota de la policía de Portugal. En este caso, los dos coches también tienen una historia curiosa. Fueron incautados en procesos judiciales y posteriormente entregados a la Guardia Nacional Republicana. De igual forma, como los coches italianos, ambos vehículos han sido pintados y rotulados con los colores de las dos policías europeas.

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