El Gordo más tardío pasa de puntillas por Catalunya y descarga en Madrid

Aunque el argot navideño suele hablar de "Gordos remolones", este año el gran premio del sorteo extraordinario de Navidad ha sido el más tardío de la historia. Exactamente a las 13.16 horas, más de cuatro horas después de que los bombos empezaran a rodar, los niños de San Ildefonso han cantado –con gallo incluido– el raruno 88.008, una cifra de numerología singular que ha pasado casi de puntillas por Catalunya y ha descargado con fuerza en Madrid.

El sorteo ha tenido una coreografía insólita. Como si el rodar de los bombos estuviera pilotado por un maestro de ceremonias con un gran sentido del espectáculo, los premios han ido apareciendo por orden casi marcial. Primero un grueso de quintos, cuartos... y, con el suspense en escalada, por fin ha aparecido ese Gordo que casi no llega, con sus 400.000 euros al décimo.

Repartido

En la geografía de la suerte, Madrid –que se ha llevado una tercera parte del premio: cerca de 236 millones–, Jaén, Sevilla y Valencia han resultado las poblaciones más agraciadas con el premio extraordinario, el cual, como, también manda la tradición, ha caído muy repartido.

Del chaparrón de millones, una providencial llovizna ha caído en el centro comercial Las Arenas de Barcelona, que, a paso ultraligero, va camino de relevar a la Bruixa d'Or de Sort como gran máquina expendedora de premios. Víctor Fernández, al frente de la administración 336 de Barcelona, ha repartido 896.000 euros. Un mordisco del Gordo y cuatro quintos premios que han servido para presentar al personal el nuevo taslimán lotero de Catalunya: una roca de oro, ha explicado el lotero, que reposa sobre el escaparate. "Quien puede sentirlo dice que emite algo especial", ha dicho, dando alas a la leyenda.

De Badalona a Sant Vicens dels Horts

El primer premio también ha repartido golpes de suerte en poblaciones como Badalona, donde ha caído por primera vez. "El 88.008 puede parecer un número feo, pero tiene su público fiel", ha celebrado Mireia Solà, la jubilosa lotera que ha despachado 8 millones de euros, la mayor porción en Catalunya del número. En Sant Vicens dels Horts, su homóloga Ángeles Toro también festejaba los cuatro millones repartidos, los primeros de un sorteo de Navidad que salen de su ventanilla. "El barrio lo necesita", decían también desde la centenaria administración del barrio de Collblanc de L'Hospitalet que ha repartido, al menos, una serie del Gordo.  

Afortunada Granollers

Sin embargo, el gran pellizco del sorteo Navidad se lo ha llevado Granollers, ciudad en la que han caído nada menos que 30 millones de euros –el cuarto premio–, la mitad de lo que ha ganado Catalunya durante la jornada. Quizá uno de los sorteos más accidentados que se recuerdan –ha habido desde bolas rebeldes hasta problemas con la manivela– ha dejado un cuarto premio en la capital del Vallès Oriental que ha puesto patas arriba el centro de la ciudad y especialmente el cercano bar Las Tapas, donde la parroquia de habituales festejaba a lo grande el número agraciado, el 41.147. "¡Este año, todo; la Lotería y el jamón!", ha exclamado el operario Francisco López, a quien esta afortunada jornada también le había tocado la panera.

60 millones vuelven a Catalunya de los 432 jugados

Más allá de Granollers, las cuentas de la lotería no han salido excesivamente bien para Catalunya. De los 432 millones que los catalanes han invertido en el sorteo extraordinario –es la tercera comunidad que más se ha gastado, tras Madrid y Andalucía– apenas han regresado 60 millones en premios.

Menos déficit lotero acusa Madrid, ciudad que se ha vuelto a llevar el gran pan bajo el brazo del sorteo. De hecho, casi una tercera parte del premio Gordo ha caído en la ciudad. Nada menos que 236 millones de euros, vendidos en su mayoría en el Barrio del Pilar, en una administración de loterías situada junto al parque de La Vaguada. “Este número es muy feo, este es el mío, el que más se parece a mí”, decía este medio uno de los afortunados que había dejado en la piscina de enfrente a su hija y decidió comprarlo cuando entró a "echar unos números del euromillón". Cosas de la suerte en Navidad.