Primer premio de la Lotería de Navidad

Rodrigo, premiado en Madrid: “Compré el 88008 porque es muy feo y pensé, se parece a mí”

Comprobar Lotería de Navidad 2023 online: cómo saber si me ha tocado y lista oficial de premios

Lista oficial de premios de Lotería de Navidad 2023

Rogrigo, uno de los premiados con el Gordo de 2023

Rogrigo, uno de los premiados con el Gordo de 2023 / El Periódico

Patricia Martín

Patricia Martín

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La administración qué este año más décimos del Gordo ha vendido está ubicada en Madrid capital, pero no se trata de Doña Manolita, sino del negocio regentado por Rocío Arias, que está situado frente de uno de los centros comerciales más famosos, La Vaguada, por donde cada año pasan miles de madrileños y turistas. La lotera, que en septiembre enviudó debido a que su marido murió de cáncer cerebral y tuvo que hacerse con el negocio familiar con 50 años, ha vendido 50 series del Gordo, lo que supone 500 décimos y 200 millones de euros en premios que, como se dice todos los años, “han caído muy repartidos” y “a gente del barrio”, en palabras de Rocío.

La lotera, Rocío Arias, enviudó hace solo tres meses y cree que su marido "ha movido los hilos desde el cielo" para que su administración reparta 50 series del Gordo

Uno de los agraciados es Rodrigo, que se acercó a la administración 205 del Barrio del Pilar poco después de que saliera el Gordo con una botella de champán porque todos los años ve a los premiados en los medios de comunicación, cómo lo celebran en la administración y pensó “esta es la mía”. Rodrigo vive cerca del negocio situado en la calle Monforte de Lemos, 119 y compró el décimo del 88008 porque pensó: “Este número es muy feo, este es el mío, el que más se parece a mí”. Su hija va a la piscina que hay enfrente y al entrar a "echar unos números del euromillón", decidió comprarlo.

Con los amigos

Rodrigo comparte el premio con otros cuatro amigos de Burgos, su ciudad natal, “y con Hacienda”, por lo que son “cinco a compartir”, según bromeó con la decena de periodistas y curiosos que se agolparon en la administración. Cada año uno de los amigos compra un décimo a repartir pero nunca les ha tocado un premio sustancial. “A partir de ahora, -continuó en tono de broma- lo compro yo siempre”.

Rodrigo, informático de profesión, reconoció que no necesita el premio -a él le corresponden 80.000 euros-, “porque llega a fin de mes”, pero lo usará para darse “algún capricho” y amortizar hipoteca.

Poco después apareció por el negocio Alejandrina, quien admitió que también es una premiada y tan solo comentó que “necesita mucho el dinero” y que ha jugado “muchos décimos” pero que del Gordo, que cogió “al azar”, solo compró uno. Abrumada ante tanta gente, abandonó pronto el lugar, mientras que Rocío seguía saludando a diestro y siniestro.   

La lotera explicó que "la gente no quería el número", por eso de que es "feo" y "raro", pero que finalmente, justo el día anterior, ella y su empleada, que también se llama Rocío, vendieron el último. Las 50 series se han vendido a dos restaurantes cercanos, del barrio de Monte Carmelo, a una tienda de alimentación del mismo barrio del Pilar y el resto a vecinos y curiosos que han recalado por la administración.

La lotera

La dueña lucía radiante. Sin derramar una lágrima e intentando no perder la sonrisa explicó que su marido, Jorge Rodríguez, con 51 años, se murió en septiembre, tan solo nueve meses después de ser diagnosticado de cáncer cerebral tras sufrir un dolor en la pierna. A ella le tocó hacerse con la administración "y tirar para adelante". Él a su vez se había hecho cargo del negocio, junto con su madre, cuando su padre enfermó, con lo que lleva más de 30 años en manos de la misma familia.

"Llevo poco tiempo al frente del negocio y ya me he estrenado, ha sido llegar mi marido al cielo, ha movido hilos y nos han dado el Gordo", señalaba ante la prensa, ataviada con una camiseta con el lema 'Primer premio vendido aquí'.

Ninguna de las dos 'Rocíos' se han quedado con un boleto premiado pero "da igual, sienta igual de bien porque llevamos mucho tiempo aquí, conocemos a la gente y da alegría pensar que en este barrio se llevan un pellizquito del gordo".