Medida en emergencia

Advertencia al Govern: reducir los caudales de los ríos conlleva "daños irreparables"

El mal estado de los ríos catalanes amenaza de muerte a los peces autóctonos

Radiografía de la escasez fluvial: 21 caudales de ríos, bajo mínimos históricos

Victor Álvarez señala uno de los tramos secos del río Francolí, cerca de Tarragona.

Victor Álvarez señala uno de los tramos secos del río Francolí, cerca de Tarragona. / JOAN REVILLAS

Guillem Costa

Guillem Costa

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La emergencia por sequía en el área de Barcelona y en todo el sistema de abastecimiento Ter-Llobregat está cada vez más cerca. El Govern anunció que, cuando se declare esta fase, se reducirán a la mitad los caudales ambientales de tres ríos (Llobregat, Ter y Muga). Así, se quedará más agua en los embalses y las existencias tardarán más en agotarse, aseguraban los responsables del Departament d'Acció Climàtica. Cuando apareció la noticia, algunas entidades ambientales enseguida cuestionaron esta decisión, pero unos días después, el consenso entre entidades ambientales, asociaciones ecologistas y científicos ya es casi unánime: advierten de que el estado de los ríos es muy precario y de los riesgos graves que puede acarrear esta medida.

En un comunicado, la Xarxa per a la Conservació de la Natura (XCN) una plataforma de uso público que engloba a varias asociaciones y que tiene el apoyo precisamente de la conselleria, insta al Govern a rectificar y no reducir los caudales ecológicos. Los caudales ambientales consisten en la cantidad mínima de agua que se estipula que puede fluir por el cauce de un río. En un comunicado, apuestan por otras medidas y alertan de que estos caudales son "esenciales y prioritarios" para la biodiversidad de los ríos y las cuencas. Hablan de daños irreparables para los ecosistemas.

La entidad avisa de que los ríos y todas las zonas húmedas están en mal estado: "Son espacios muy frágiles donde reducir el caudal puede tener graves consecuencias". En Catalunya, solo un 38% de las masas de agua presentan un estado favorable, según un documento oficial de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA). Aún hay más datos alarmantes: el 55% de los ríos y los humedales de las cuencas internas incumplen los objetivos de la Directiva Marco del Agua.

La extracción de agua para el suministro y el sostén de las actividades económicas supone una presión importante para el medio natural. Y esta presión existente, con la sequía, se agrava. Ante esta situación, explican desde la XCN, la norma de los caudales ecológicos sirve para marcar un límite e impedir la extracción de agua para actividades económicas a partir de cierto umbral.

Más contaminación

El mismo informe constata que en muchos cursos fluviales, casi en la mitad, hay problemas de contaminación. Si los caudales ecológicos se reducen, la poca agua que circule por los ríos estará menos diluida y, por consiguiente, la contaminación será peor, avisan desde la plataforma. Esto también obligaría a más esfuerzo a la hora de tratar esta agua para su distribución.

La XCN incluye exactamente a 189 entidades, entre las cuales centros de investigación como el CREAF, pero otros grupos ecologistas, como Aigua és Vida o Ecologistas en Acción, advierten del problema de esta medida. "¿Por qué el medio natural siempre es el más perjudicado?", se preguntan. Destacan que en los últimos 20 años, los peces mediterráneos han descendido un 90% en los ríos catalanes, un porcentaje tan elevado que se acerca al colapso de los ecosistemas que acogen a estas especies autóctonas.

El Govern reconoce que las medidas que se tomen durante la fase de emergencia por sequía en el sistema Ter-Llobregat, podrán tener impactos negativos. Aun así, fuentes de Acció Climàtica destacan que la ACA realizará una maniobra llamada hidropunta, que consistirá en desembalsar más agua de la prevista dos veces por semana durante seis horas. La idea es que durante estos momentos puntuales, fluya más agua por el cauce de los ríos afectados para salvaguardar al máximo el equilibrio medioambiental.

Esta acción paliativa no convence a los colectivos ecologistas. Opinan que es insuficiente y que los riesgos para los ecosistemas y la contaminación excesiva del agua serán inevitables si los caudales se reducen a la mitad.

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