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Descubren que los bosques podrían absorber más CO2 del que se pensaba

Descubren que los bosques podrían absorber más CO2 del que se pensaba / Agencias

Michele Catanzaro

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Plantar millones de árboles no solucionará el cambio climático. Los monocultivos que promueven muchos proyectos de compensación de carbono hacen más daño que beneficio. Además, sin reducir las emisiones, el poder de absorción de carbono de los bosques se reduce notablemente.

Sin embargo, hay otras estrategias con las cuales la vegetación sí podría echar una mano en abordar la crisis climática. Se trata de proteger los bosques existentes lo suficiente como para que alcancen su plena madurez. Y de restaurar bosques biodiversos en sitios donde se talaron y donde ahora sólo hay tierra abandonada, sin uso agrícola ni urbano.

Con estas acciones, los bosques podrían almacenar alrededor de 226 gigatones de carbono por encima de lo que hacen ahora. Eso es aproximadamente una tercera parte del carbono acumulado en la atmósfera desde el inicio de la revolución industrial - o sea, las emisiones en exceso que ni el océano ni la vegetación ha podido capturar a lo largo de los últimos siglos.

En todo caso, eso no eximiría del compromiso de reducir emisiones. El potencial de los bosques no se podría explotar si siguieran los incendios y sequías causadas por el exceso de gases de efecto invernadero

Trabajo monumental

La estimación surge de un trabajo firmado por 200 científicos y publicado en la revista 'Nature'. Su hallazgo confirma estimaciones precedentes, pero tiene el marchamo de hacerlo con la mayor precisión nunca alcanzada.

Esta se ha conseguido combinando las imágenes satelitales, fuente de las estimaciones anteriores, con una herramienta única, la 'Global Forest Biodiversity Initiative'. “Hemos aglutinado en una base de datos información de inventarios forestales que estaba desperdigada en todo el mundo: son más de un millón de parcelas y decenas de millones de árboles”, explica Sergio De Miguel, investigador de la Universitat de Lleida y coautor del trabajo.

Esto abre posibilidades sin precedentes. “Con las imágenes satelitales puedes estimar el almacenaje de carbono en base al verde que mides. Pero aquí construimos nuestro modelo desde el terreno”, explica Tom Crowther, investigador de la Escuela Politécnica Federal de Zurigo y coautor del trabajo.

De esta forma, los investigadores pueden medir cuanto carbono guardan los bosques y compararlo con una estimación del potencial de un bosque sano. También pueden estimar el potencial de restaurar bosques en terrenos desforestados que ahora tienen otro uso.

“Actualmente, el almacenaje de carbono global de los bosques está notablemente por debajo de su potencial natural”, escriben en el artículo, respecto al número de las 226 gigatones.

El 61% de este déficit (139 gigatones) se recuperaría sencillamente protegiendo los bosques existentes. “Conservar lo que ya tenemos es lo que tiene el mayor potencial. A menudo, los bosques están degradados. Hay que dejar que alcancen su madurez”, explica Crowther.

Sequías e incendios

“Incluso los grandes bosques tropicales están lejos de ser maduros: se hace una explotación a base de llevarse los árboles mejores, que los acaba degradando. También influyen en ello perturbaciones como sequías e incendios”, explica Jordi Vayreda, investigador del Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF), no implicado en el trabajo.

El 39% restante del déficit de almacenaje (87 gigatones) se podría recuperar con restaurar la vegetación de terrenos abandonados o de bosques fragmentados. “Son zonas donde los bosques se talaron, por ejemplo para hacer cultivos intensivos de soja o de palma, hasta que los nutrientes del terrenos se agotaron y entonces esos especios acabaron abandonados”, explica Vayreda.

 El mensaje del estudio es que la desforestación siempre es mala, si se quiere aprovechar el potencial de almacenaje de los bosques. Pero tampoco hay que reforestar sin criterio. “El objetivo no es promover actividades de 'greenwashing' [iniciativas de lavado de imagen ecologistas] como las plantaciones de compensación de carbono, sino explicitar el papel de la biodiversidad”, explica De Miguel. “Si reemplazáramos toda la biodiversidad actual con una sola especie de árbol, la capacidad de almacenar carbono caería en un 50%”, explica Crowther.

Tampoco hay que pensar que los bosques nos van a sacar del apuro climático. Incluso aprovechando todo su potencial, dos tercios de las emisiones acumuladas se quedaría en la atmósfera. “Si continuamos incrementando las emisiones, causaremos más sequía e incendios, lo que limita mucho la función de almacenaje de carbono de los bosques”, explica el investigador.

Defensa de la biodiversidad

“No se trata de plantar tantos árboles cuantos sea posible. Se trata de encontrar soluciones que hagan que la biodiversidad sea la preferencia de las personas desde un punto de vista económico”, afirma Crowther.

“Hablamos de gestión, de bioeconomía, de la relación entre el ser humano y los recursos naturales como motor de desarrollo sostenible. Hablamos de bosques sanos que hacen múltiples servicios ecosistémicos, entre ellos el almacenamiento de carbono”, explica De Miguel.

Crowther cita como ejemplo Costa Rica, que desde dos décadas subvenciona la restauración de ecosistemas y ha generado una economía basada en la explotación sostenible de la naturaleza.

“La casuística de Europa no es comparable con la de los ecosistemas tropicales. No hay recetas únicas”, concluye De Miguel.

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