Si eres madre, tienes que ver esta serie

De todos los falsos mitos que rodean a la maternidad, uno de los que provoca más carcajadas es el de “tener un hijo no me cambiará, seguiré siendo yo misma”. “Seguiré teniendo vida laboral, social, cultural y sexual. Seré persona, no solo madre”. Cuánta inocencia e irrealidad destila este pensamiento. Las madres somos madres, un género en sí mismo.

“En sus peores momentos, la maternidad se parece al infierno”. Lo dice la autora Rachel Cusk en 'Un trabajo para toda la vida', un ensayo sobre la cruda realidad que supone criar y que sigue siendo tan lúcido y tan actual como cuando se publicó, hace 20 años.

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Una vez que das a luz y pones en redes sociales la tierna foto de tu bebé dejando claro lo inmensamente feliz que eres (pecado que cometemos todos), viene la realidad. Ay, amiga. Con la crianza hemos topado. Todo salta por los aires, todo vuela en mil pedazos, como nos cuenta la ilustradora Amaia Arrazola en 'El meteorito', el cómic en el que plasma su experiencia como madre.

Ser madre es morirse de amor, sí. Y de miedo. Es una marejada en la que sobrevives gracias a muchas cosas. El humor, entre ellas. Si acabas de dar a luz y estás pasando por estos momentos, tienes una cita imprescindible con 'Això no és Suècia' ('Esto no es Suecia') la nueva serie de RTVE Play cuyos ocho capítulos ya están disponibles de forma gratuita en la web de la plataforma. Es, sencillamente, brillante.

Rodada en catalán, castellano, inglés y sueco, ha sido galardonada con el premio Prix Europa a la mejor serie de ficción de televisión de 2023 y está nominada a mejor serie de comedia de los premios Feroz, que otorga la prensa especializa.

Aina Clotet es la cocreadora de la serie y codirectora, junto a Mar Coll. También es la protagonista, mano a mano con Marcel Borràs. Ambos, que son pareja en la vida en real y tienen dos hijos, dan vida a Mariana y Sam, padres de la pequeña Lía y el chiquitín Max. Como muchas familias, se han dado cuenta de que la ciudad (en este caso, Barcelona, pero podría ser cualquiera) no es el sitio ideal para criar. Deciden mudarse a una zona cercana, un barrio rodeado de montañas y jabalís donde la vida, presuntamente, es más bonita y fácil. Adiós al hormigón y los atascos. Hola naturaleza, vida de campo, y cercanía con los vecinos.

Mariana está obsesionada con una de sus vecinas, la sueca. Es la mujer perfecta y la madre pluscuamperfecta. Ha nacido en un país insuperable en todo, también en lo relacionado con la crianza. Mariana, que carga con una mochila emocional complicada después de vivir una infancia no precisamente feliz, queda atrapada por la hiperexigencia y se conjura para ser lo que su propia madre no fue con ella: una madre feliz y maravillosa. Una madre sueca.

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Nada es perfecto

La serie avanza y nos descubre que nada es perfecto. Ni Suecia, ni el pueblo, ni la pareja, ni los hijos, ni la casa de campo, ni la pequeña escuela rural. Nada es perfecto porque, como bien nos recuerda la creadora de la plataforma Madresfera, Mónica de la Fuente, “la maternidad y la paternidad es abrazar el caos”.

Cuántas madres se sentirán identificadas con Mariana, que cada vez que recoge a su hija de la escuela pasa un mal rato. Lejos de ser la hija ideal, la pequeña Lía muerde, no obedece, reta todo el tiempo, contesta mal y se mancha la ropa con la salsa del bacalao ante la atónita mirada de uno de los maestros.

Las madres de 2023 queremos ser mejores madres de lo que fueron las nuestras. Y la realidad nos da una bofetada. Queremos llevar a cabo una crianza consciente, respetuosa y con apego (ya hemos hablado mucho de este mantra) y nos topamos con un descomunal dolor de espalda por llevar a nuestros peques en la mochila portabebés y no en una (cómoda y práctica) silla de paseo. Organizamos escuelas de padres para que una terapeutas nos guíe porque no sabemos por dónde nos da el aire.

Con tantas inseguridades, cometemos el mayor de ellos errores: caer en las garras de la hipermaternidad, el fenómeno que tan bien ha diseccionado en sus libros la periodista Eva Millet. Dejamos de ser madres para convertirnos en profesionales de la crianza. Y nos caemos con todo el equipo.

Los protagonistas de 'Esto no es Suecia' mueren de amor por sus hijos. Pero también lloran. Tienen miedo. Tienen ganas de huir de casa y volver a ser personas. Ganas de trabajar como antes, vestir como antes y hacer el amor como antes.

Divertida, realista y nada petulante, la serie de Aina Clotet da en clavo. No es una serie más sobre la maternidad. Es la serie. Una ficción que te acompaña en una de las etapas más fundamentales de tu vida, un guion que te dice que no estás sola, que lo que te pasa a ti nos pasa a todas. Unos protagonistas con luces y sombras en los que, seguro, te vas a ver reflejada.

Mariana, no estás sola. Queremos la segunda temporada. YA.