Club de Educación y Crianza de EL PERIÓDICO

La depresión posparto de Leticia Dolera nos representa

Estar enamorada de tu bebé debe ser la sensación más maravillosa del mundo, pero las mamás que no están en esa liga también tienen derecho a vivir. La serie de Movistar+ 'Vida perfecta' retrata impecablemente la desesperante sensación de mirar a tu hijo recién nacido y no sentir nada.

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Leticia Dolera, en un episodio de la segunda temporada de ’Vida perfecta’

Leticia Dolera, en un episodio de la segunda temporada de ’Vida perfecta’ / Movistar+

María acude a la tienda. Quiere devolver un paquete. ¿Por qué?, le pregunta el encargado. “Porque no es lo que esperaba”, contesta ella. El embalaje no contiene una mesa, una aspiradora o un vestido. Lo que hay dentro es un ser vivo, el hijo que acaba de parir.

Con este poderío se inicia la segunda temporada de 'Vida perfecta' (Movistar+), la serie en la que Leticia Dolera retrata a las mujeres imperfectas de su generación. Narrada en clave de comedia, consigue, sin embargo, reflejar con brillantez un asunto tabú: la depresión posparto, un trastorno psicológico y/o psiquiátrico que hace un daño infinito en la cabeza de muchas mamás pero del que se habla poco en los empalagosos manuales de maternidad. Estos libros -que se devoran durante el embarazo- se enfocan más al enamoramiento que (se supone) toda madre tiene con su bebé. Un ejemplo: “No importa lo cansada que estés, ni siquiera te importa que no hayas pisado la peluquería en los últimos meses, ni que las largas jornadas de compras con tus amigas sean cosa del pasado. ¡Da igual! ¡Eres feliz!”, reza un manual. Sí, habéis leído bien. Habla de peluquería y compras, el sueño de toda mujer. Especialmente si acabas de dar a luz. 

El enamoramiento con el bebé existe. Muchas mujeres -la inmensa mayoría- lo experimentan. Debe ser la sensación más maravillosa del mundo. Enhorabuena. Pero las madres que no se enamoran de su recién nacido también tienen derecho a vivir. No son malas madres. Ni más débiles. Ni peores personas. Ni están taradas. Ni son egoístas. Lo que sí necesitan es ayuda profesional. Pero no la piden. Les da vergüenza. Piensan que es un bajón hormonal y que ya pasará. Aprietan los dientes, lloran en silencio, se cargan a su hijo a la espalda y tiran hacia delante.

La depresión posparto no tiene nada que ver con lo que se conoce como estado depresivo normal, que se presenta a los pocos días del parto, suele ser breve y se caracteriza por varios síntomas: llanto, insomnio e inseguridad. La depresión posparto es muchísimo más seria y larga y requiere ayuda profesional. No siempre está ligada a que el bebé tenga un problema de salud. Puedes parir un niño perfectamente sano, maravilloso, guapísimo, listísimo, dormilón y comilón y, sin embargo, sentir cómo la tierra se abre bajo tus pies cada vez que le miras. De la psicosis puerperal -otro trastorno que tampoco habrás leído en muchos manuales de embarazo y crianza- hablaremos otro día en el Club.

María, la protagonista de 'Vida perfecta', quiere dar marcha atrás. Su bebé -un bebé precioso, plácido y majísimo- no es lo que esperaba. La vida de madre le causa desesperación. Está rabiosa y frustrada. Le come la culpa. ¿Por qué? Porque no siente nada cuando le mira.

“Tengo miedo a hacerlo todo mal. He traído al mundo a un niño y no sé qué hacer con él. No sé quererle, no me sale. Cuando estoy sin él no le echo de menos”, confiesa la protagonista, que, tras muchos reparos, consigue hacer lo que toda mamá en sus circunstancias debería hacer (si se lo puede permitir económicamente, claro): acudir a un psicólogo profesional. La depresión posparto no desaparece yendo de compras con tus amigas, ni peinándote en una peluquería, ni comprando tazas con lemas absurdos de Mr Wonderful, ni dejándote mecer por la patraña del pensamiento positivo. Requiere un profesional acreditado de la psicología, una terapia con evidencia científica y mucho esfuerzo por tu parte.

Serie con los pies en la tierra, 'Vida perfecta' hace que se te salten las lágrimas. Pero, sobre todo, te hace reír. Sientes que no estás sola en este mundo. Te conmueven sus tres protagonistas: María (Leticia Dolera), su hermana (Aixa Villagrán) y su amiga (Cecilia Freijeiro). Cada una a su manera, buscan su proyecto de vida, su hueco en el planeta. El amor maduro, la pareja, el sexo, el trabajo, la conciliación, las vías de escape, la familia… La vida.

La fuerza está en ellas, pero ellos también piden paso. Especialmente emocionante es el personaje de Eric Auquer, padre del bebé y persona con discapacidad. Su interpretación es deslumbrante.

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Desdramatizar está muy bien para superar los malos tragos. ‘Vida perfecta’ no es un oasis en el desierto televisivo. Berto Romero también nos contó la paternidad y la maternidad con realismo y humor en 'Mira lo que has hecho'. Fuera de nuestras fronteras, la ácida 'The Letdown' narra con kilos de humor cómo una mamá primeriza ama y cuida de su bebé pero siente que un terremoto sepulta su vida tal y como la conocía. Es ficción. Pero tan llena de verdad que podría ser un documental.

Si te agobia la maternidad, cuéntalo. No estás sola.