Salud y medio ambiente

Bruselas renovará la autorización del herbicida glifosato otros 10 años

La UE fracasa en su intento de renovar diez años la autorización del pesticida glifosato

La UE frena la prórroga al polémico glifosato, herbicida “posiblemente cancerígeno”

Envase de glifosato, principio activo del Roundup

Envase de glifosato, principio activo del Roundup / Agencias

Silvia Martinez

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Los gobiernos de la Unión Europea no consiguieron cerrar un acuerdo a mediados de octubre. Tampoco este jueves han logrado la mayoría cualificada necesaria para renovar la autorización del polémico herbicida glifosato con lo que finalmente será la Comisión Europea -con potestad para hacerlo a través del procedimiento de comitología- quien tomará la decisión de prolongar el uso de este pesticida por un periodo de 10 años más, tal como propuso en el mes de septiembre.

La renovación se debatió y votó por primera vez el pasado 13 de octubre en el Comité Permanente de Vegetales, Animales, Alimentos y Piensos (SCOPAFF). Bruselas no logró entonces el apoyo suficiente. Austria, Croacia y Luxemburgo votaron en contra mientras que Alemania, Bélgica, Holanda, Bulgaria, Malta y Francia se abstuvieron. Este jueves tampoco han dado los números en el comité de apelación. Según las fuentes consultadas el resultado de la votación ha sido el mismo -con la salvedad de Italia que se ha sumado al bando de la abstención- lo que significa que, al no lograrse la mayoría cualificada, la Comisión está obligada a tomar una decisión -antes del 15 de diciembre en que expira la autorización actual- y tiene claro que, pese a la gran oposición, prolongará la autorización.

Condiciones y reservas

“La Comisión, en colaboración con los Estados miembros, va ahora a proceder a la renovación de la aprobación del glifosato por un periodo de diez años, con algunas nuevas condiciones y reservas”, ha explicado en un comunicado. Bruselas justifica su decisión en que la evaluación de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre el impacto del glifosato en la salud de las personas, los animales y el medio ambiente no ha identificado áreas críticas de preocupación que impidan renovar la aprobación.

En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a alertar de los riesgos cancerígenos de la sustancia aunque un informe de la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA) dos años después concluyó que no había evidencias científicas para clasificarla como “cancerígeno, mutágeno o tóxico para la reproducción”. Desde entonces, los estudios y exámenes se han multiplicado. Bruselas recuerda ahora que han tenido toda esa información, tanto los estudios reglamentarios obligatorios exigidos por la legislación de la UE como un corpus sin precedentes de literatura científica publicada, para tomar una decisión.

Más de 16.000 estudios

“Todos los estudios presentados procedentes de la literatura pública se evaluaron en función de su pertinencia y fiabilidad para el procedimiento de evaluación de riesgos, en consonancia con las orientaciones pertinentes de la EFSA”, alega la Comisión que sostiene que los solicitantes de la autorización han examinado más de 16.000 estudios y no se espera a corto plazo que surja nueva información o conocimientos científicos significativos que conduzcan a un resultado diferente. “No estaría justificada una renovación del glifosato por un período relativamente corto”, descartan tampoco subrayando que la autorización de 10 años (frente a los 15 años máximos) se concede sujeta a determinadas condiciones y restricciones nuevas.

Estas restricciones incluyen la prohibición del uso como desecante antes de la cosecha, el establecimiento de límites máximos para impurezas del glifosato, y el establecimiento de medidas de mitigación de riesgos entre otras. También la obligación de que el solicitante presente información sobre las posibles repercusiones indirectas en la biodiversidad en un plazo de 3 años a partir de la disponibilidad de un documento de orientación adecuado. En todo caso, los Estados miembros seguirán siendo los responsables de autorizar a nivel nacional los productos fitosanitarios que contienen glifosato y siguen pudiendo restringir su uso a escala nacional y regional si lo consideran necesario en función del resultado de las evaluaciones de riesgo, teniendo en cuenta especialmente la necesidad de proteger la biodiversidad.

Críticas ecologistas

“La Comisión Europea ha presentado de nuevo su proyecto de reautorización del glifosato. No hay cambios y sigue siendo inaceptable. Al igual que Alemania, Francia no lo ha apoyado. Urjo a Ursula von der Leyen a no aprobar por la fuerza y revisarlo en los próximos días en base a la ciencia”, ha reclamado el presidente de la comisión de medio ambiente del Parlamento Europeo, Pascal Canfin, para quien la situación es clara: el glifosato no es lo suficientemente peligroso para la salud para ser prohibido pero faltan muchos datos. “Escándalo. La Comisión va a renovar el glifosato 10 años sin que Francia se haya opuesto”, ha lamentado Manon Aubry, de Francia Insumisa, recordando que Emmanuel Macron prometió en 2017 prohibir este “veneno”. También el grupo de los Verdes ha arremetido contra la decisión y han pedido a Bruselas que "utilice el sentido común, aplique el principio de precaución, escuche a la ciencia y prohíba completamente el uso del glifosato", ha reclamado la eurodiputada Tilly Metz. "La ciencia es clara: el glifosato es tóxico para la salud y el medio ambiente", ha recordado la organización ecologista Greenpeace.