Menores y redes sociales

La generación sin rostro: ¿por qué los adolescentes se tapan ahora la cara en Instagram?

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La generación sin rostro: Adolescentes que ocultan su cara en Instagram

La generación sin rostro: Adolescentes que ocultan su cara en Instagram / El Periódico / El Periódico

Javier Pena Giner

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Un grueso cada vez mayor de adolescentes están rompiendo las reglas de Instagram. Si hasta ahora la cara había sido el gran fetiche de la red social -altar y marca personal de millones de usuarios-, ahora una nueva generación de jóvenes (los menores de 18 años) han pasado a no enseñar su rostro en la plataforma. Seguro que se han dado cuenta. Mientras millenials y zetas siguen convirtiendo la red en un festín de muecas y filtros, ellos suben fotos según el siguiente modus operandi: se tapan la cara con la mano o el móvil, se hacen selfis en los que apenas se les ve un cuarto del rostro o encuentran mil ángulos para documentar su cogote. ¿A qué responde este nuevo código en la cultura de internet? ¿Se trata de una reacción a la sobreexposición y a la asfixiante exigencia de perfección? ¿Es un reclamo de mayor privacidad? ¿O solo una marca generacional para diferenciarse de sus hermanos mayores?

Xavier, de 17 años, entiende que tras esta "generación sin rostro" hay un poco de todo. "Es la manera más fácil de subir una foto y ahorrarte los comentarios hirientes -admite el chaval-. Supongo que empezó como forma de protegerte del 'hate' y de esa exigencia de ser siempre la mejor versión de ti mismo, pero ahora se ha convertido en una moda, todo el mundo lo hace ya de forma insconciente o mecánica". Los más junior en la plataforma, como Nora, de 12 años, apuntan también en otra dirección. "Yo no enseño la cara por privacidad y sobre todo para que mi familia esté tranquila y me deje un poco en paz".

Los chavales se tapan la cara para evitar comentarios hirientes y protegerse de la presión estética y la exigencia de perfección

Identidad y anonimato

Este cambio de códigos no ha pasado desapercibido para especialistas en cultura de internet como Janira Planes. Según la periodista, el gesto de taparse el rostro se ha convertido en un signo distintivo de la generación Alpha, es decir, de aquellas personas que nacieron de 2010 en adelante: "Esta nueva generación se ha desmarcado totalmente de la zeta, y está construyendo su identidad a través del anonimato en internet", afirma. "La generación Z (1997-2010) ha sido todo lo contrario, han crecido en internet construyendo su propia identidad primando siempre la autenticidad al enseñar el rostro". Es por ello que podemos observar como también algunos adolescentes de la generación Z se acercan más a la Alpha debido a que "han visto las consecuencias que implica estar tan 'online' o están en un punto en que se consideran más consumidores que creadores de contenido", concluye Planes.

Presión estética y social

Como apuntaba unas líneas atrás Xavier, es indudable que uno de los motivos de este repliegue es la inquietud por no recibir 'likes' o, mucho peor, que tu cuenta, de pronto, se convierta en una hoguera de prejuicios o insultos, ansiedad digital que se ha convertido en una de las grandes conversaciones de las redes. "Cada vez más jóvenes publican fotos pero de forma más privada, de tal manera que solo puedan verlas aquella gente que consideran de confianza", apunta la tiktoker Soy Treintoker. Es indudable que esta inseguridad viene provocada por la presión social ya no solo de salir bien físicamente, sino también de que el contexto de la imagen denote que las cosas te están yendo realmente bien.

A estas alturas ya no es ninguna novedad que la exigencia de perfección genera un sin fin de problemas de autoestima y seguridad. Sin embargo, los datos siguen señalando con tozudez el alcance de la presión estética, especialmente entre las menores. El Proyecto Autoestima, estudio realizado por la línea de productos de cuidado personal Dove, atestigua, por ejemplo, que el 23% de las niñas y jóvenes de entre 10 y 17 años no se ven lo suficientemente bien sin editar sus imágenes. No solo eso: el 69% de ellas intentan cambiar u ocultar al menos una parte de su cuerpo cuando se van a hacer una foto para sus redes sociales. Otro dato llamativo que revela este informe es que el 20% de los jóvenes se sienten decepcionados por no tener el mismo aspecto en la vida real que en las redes sociales.

Llegados a este punto, taparse la cara como escudo o corte de mangas ante los tics despiadados de la vida 'online' parece una salida, cuando menos, sensata.

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