Psicología

Educación positiva con adolescentes: así puedes aplicarla

La crianza implica tener herramientas que ayuden en el bienestar de los hijos

Un padre con su hijo

Un padre con su hijo / IEV DOLGACHOV / 123RF

Ángel Rull

Ángel Rull

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La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo de los jóvenes, donde experimentan una serie de cambios emocionales, físicos y sociales. Los padres y educadores juegan un papel fundamental en el acompañamiento de los adolescentes durante este periodo, y la educación positiva se presenta como una poderosa herramienta para fomentar su bienestar y desarrollo integral.

La educación positiva se basa en el enfoque de fortalezas y se centra en cultivar relaciones respetuosas, promover la autonomía y la responsabilidad, y fomentar el crecimiento personal de los adolescentes. A través de esta metodología, se busca potenciar sus habilidades, enseñarles a gestionar emociones y conflictos, y promover valores como la empatía y la resiliencia.

¿Qué es la educación positiva?

La educación positiva es un enfoque basado en la Psicología Positiva que busca promover el bienestar y el desarrollo de los individuos. Se centra en identificar y fortalecer las fortalezas de las personas, en lugar de enfocarse exclusivamente en corregir sus debilidades. En el contexto de la educación de los adolescentes, implica fomentar una relación positiva con ellos, brindarles apoyo emocional, establecer límites claros y enseñarles habilidades para la vida.

Este enfoque se basa en la premisa de que los adolescentes aprenden mejor cuando se sienten valorados, escuchados y comprendidos. A través de la educación positiva, se les proporciona un ambiente seguro y de confianza que les permite desarrollar una autoestima saludable, asumir responsabilidad por sus acciones y aprender a tomar decisiones informadas.

¿Se puede aplicar la educación positiva a los adolescentes?

La educación positiva es perfectamente aplicable a los adolescentes, ya que en esta etapa de sus vidas necesitan apoyo, orientación y comprensión. Si bien es cierto que los adolescentes pueden presentar desafíos específicos, como cambios de humor, búsqueda de independencia y actitudes desafiantes, la educación positiva ofrece un enfoque efectivo para abordar estas situaciones.

Aplicar la educación positiva con adolescentes implica cultivar una relación basada en la comunicación abierta y el respeto mutuo. Es importante escuchar activamente a los adolescentes, validar sus emociones y brindarles apoyo emocional en momentos de dificultad. Además, se les deben proporcionar oportunidades para asumir responsabilidades y tomar decisiones, permitiéndoles aprender de los errores y celebrar los logros.

Diez pautas para aplicar la educación positiva en adolescentes

La etapa de la adolescencia engloba diferentes retos, no solo para el propio adolescente, sino para los padres y educadores. Conocer la educación positiva puede ayudar a trabajar mejor esos desafíos, de una manera más constructiva y efectiva.

Estas son las diez pautas para aplicar la educación positiva con adolescentes:

  1. Fomentar la comunicación abierta y respetuosa: crea un ambiente seguro donde los adolescentes se sientan cómodos expresando sus ideas y emociones sin temor a ser juzgados.
  2. Escucha activa: presta atención genuina a lo que los adolescentes tienen que decir, demuéstrales interés y valida sus sentimientos y perspectivas.
  3. Enfocarse en las fortalezas individuales: identifica y fomenta las habilidades y talentos únicos de cada adolescente, ayudándolos a desarrollar confianza en sí mismos y a construir una identidad sólida.
  4. Establecer límites claros y consistentes: los adolescentes necesitan estructura y límites para sentirse seguros. Establece reglas claras y consistentes, explicando las razones detrás de ellas.
  5. Promover la autonomía y la toma de decisiones: da a los adolescentes oportunidades para tomar decisiones y asumir responsabilidad por sus acciones, permitiéndoles aprender de los errores y crecer.
  6. Enseñar habilidades de afrontamiento: ayuda a los adolescentes a desarrollar estrategias saludables para manejar el estrés y las emociones difíciles, como la respiración diafragmática, la práctica de mindfulness y el ejercicio físico.
  7. Fomentar la resolución de conflictos de manera constructiva: enseña a los adolescentes habilidades de resolución de conflictos, como escuchar activamente, buscar soluciones mutuamente beneficiosas y negociar de manera respetuosa.
  8. Celebrar los logros y el esfuerzo: reconoce y valora los logros de los adolescentes, tanto grandes como pequeños. Destaca el esfuerzo y la perseverancia, fomentando una mentalidad de crecimiento.
  1. Promover la empatía y la comprensión: ayuda a los adolescentes a desarrollar empatía hacia los demás, promoviendo la comprensión de diferentes perspectivas y culturas.Ser un modelo a seguir positivo: los adolescentes aprenden mucho observando el comportamiento de los adultos. Sé un modelo a seguir positivo al mostrar respeto, empatía y autocontrol en tus interacciones con ellos.¿En qué casos no puede usarse la educación positiva?Si bien la educación positiva es un enfoque valioso en la mayoría de los casos, hay situaciones en las que puede no ser la estrategia más adecuada. Hay excepciones que siempre es conveniente tener en cuenta.Estos son los casos donde un modelo único de educación positiva no sería efectivo:·       Casos de abuso o violencia: si un adolescente está experimentando abuso físico, emocional o sexual, la educación positiva no debe ser el único enfoque. En estos casos, es fundamental buscar ayuda profesional y apoyo especializado.·       Problemas de salud mental graves: en casos donde el adolescente está lidiando con problemas de salud mental graves, como depresión, ansiedad severa o trastornos de la conducta alimentaria, la educación positiva puede ser complementaria a un tratamiento profesional, pero no puede reemplazarlo.{"zeta-moreinfo":true}·       Situaciones de peligro inmediato: si un adolescente está involucrado en comportamientos peligrosos o autodestructivos, es necesario tomar medidas inmediatas para garantizar su seguridad. La educación positiva puede ser parte de un enfoque a largo plazo, pero no debe retrasar la intervención urgente.La educación positiva es un enfoque educativo valioso y efectivo para trabajar con adolescentes. Promueve el bienestar emocional, el desarrollo de fortalezas personales y las habilidades sociales. Al aplicar la educación positiva, los educadores y padres pueden ayudar a los adolescentes a desarrollar una sólida autoestima, habilidades de comunicación efectiva, resiliencia y empatía. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la educación positiva no es una solución universal y puede no ser apropiada en todas las circunstancias. Es fundamental adaptar el enfoque a las necesidades individuales de los adolescentes y buscar apoyo profesional cuando sea necesario. Al implementar la educación positiva de manera adecuada, podemos construir relaciones significativas con los adolescentes y ayudarles a alcanzar su máximo potencial.* Ángel Rull, psicólogo.
  2. Promover la empatía y la comprensión: ayuda a los adolescentes a desarrollar empatía hacia los demás, promoviendo la comprensión de diferentes perspectivas y culturas.
  3. Ser un modelo a seguir positivo: los adolescentes aprenden mucho observando el comportamiento de los adultos. Sé un modelo a seguir positivo al mostrar respeto, empatía y autocontrol en tus interacciones con ellos.

¿En qué casos no puede usarse la educación positiva?