DO Empordà, los vinos para todo tipo de maridajes que triunfan en Barcelona
Los viticultores del Empordà apuestan por las variedades autóctonas, principalmente uvas garnachas y cariñenas, para producir vinos singulares y con mucha personalidad.
La fama y el prestigio de los vinos del Empordà no para de aumentar gracias a su excelente calidad y a sus infinitas posibilidades de maridaje. Las uvas garnacha (también conocida como lledoner) y cariñena son las dos variedades históricas de la zona, que condicionan el estilo de unos vinos forjados por el fuerte viento de la Tramuntana.
Procedente de un entorno natural privilegiado, la DO Empordà abarca la zona vinícola desde la sierra de la Albera hasta la sierra de Rodas y la Garrocha de Empordà. Su nacimiento como denominación de origen se produjo en 1975, aunque su tradición se remonta a siglos de elaboraciones. Viñedos con mucha historia, la mayoría son de antigua implantación, con viñas de más de 80 años de edad.
Las variedades autóctonas, garnacha y cariñena, son las que más se plantan en la denominación (dos de cada tres cepas). Los viñedos viejos aumentan las posibilidades de elaborar vinos de gran calidad y, por ello, el porcentaje de estas variedades no ha dejado de crecer en los últimos años.
Vinos 100% Lledoner
Lledoner es el nombre local que reciben las garnachas tinta, blanca y “roja”(gris), una variedad de uva que se cultiva principalmente en Cataluña y que produce vinos tintos intensos y frutales.
Las garnachas son de tamaño mediano a grande, con una piel de color rojo intenso. Son conocidas por su dulzura y alta concentración de azúcar, lo que las convierte en una uva ideal para la producción de vinos con graduación alcohólica más alta.
Una tercera parte de los viñedos del Empordà corresponde a esta variedad, con más de 600 de las 1.768 hectáreas plantadas. Los vinos elaborados con garnacha suelen ser vinos tintos de cuerpo medio a completo, con un color intenso y profundo. Presentan una rica frutosidad, con notas de frutas rojas como frambuesas, cerezas y moras. También pueden exhibir matices especiados, como pimienta negra y regaliz. En boca, estos vinos ofrecen una textura suave y sedosa, con taninos moderados y una acidez equilibrada.
¿Con qué maridan los vinos tintos y rosados de garnacha?
El Empordà está formado por dos comarcas marcadas por su contraste paisajístico de mar y montaña y la gastronomía de la zona refleja a la perfección esa naturaleza de contrastes, con una materia prima de excelente calidad para armonizar con los mejores vinos de la zona.
Los vinos elaborados con garnacha son muy versátiles y su carácter frutal hace que se puedan maridar con una gran variedad de platos.
Se complementan bien con carnes rojas a la parrilla, como chuletas de cordero, filetes de res y costillas de cerdo. Realzando los sabores intensos de la carne, también maridan estupendamente con platos de caza, como venado, jabalí o conejo.
Los vinos de garnacha son una buena opción también para acompañar platos de cocina mediterránea, como paella, fideuá o estofados. La riqueza frutal y los matices especiados del vino complementan los sabores intensos y los ingredientes variados de estos platos.
Los amantes del queso pueden disfrutar de los vinos de garnacha junto a quesos curados y semicurados.
Los rosados del Emporda, por su parte, tienen una personalidad característica y un buen equilibrio alcohólico. El Lledoner rosado, combina muy bien con platos de cocina mediterránea como ensalada griega, moussaka o platos con base de tomate. También con comida asiática, como sushi, o platos de curry tailandés con sabores agridulces y aperitivos o tapas españolas como jamón serrano y croquetas.
El Lledoner rosado, además, es una excelente opción para acompañar platos de pescado como ceviche, salmón a la parrilla o paella de mariscos.
Viñedos centenarios de cariñena blanca
La carinyena es el nombre local de la cariñena, la otra variedad más representativa del Empordà, con 18 hectáreas que se concentran principalmente alrededor del Coll de Banyuls, en la Serra de l'Albera. Habitualmente es una variedad tinta (387 hectáreas), pero en el Empordà también proliferan sus variedades blanca (18 hectáreas) y “roja” (gris).
La mayoría de viñedos de cariñena blanca del Empordà superan los cien años, lo que evidencia la vinculación histórica de esta variedad a la zona.
DO Empordà, vinos singulares con un prestigio que no deja de aumentar
La apuesta decidida de los viticultores ampurdaneses por la garnacha y la cariñena ha permitido que hoy en día las variedades autóctonas representen cerca del 65% de todos los viñedos de la denominación de origen.
La ruta del vino DO Empordà llevada a cabo por diferentes bodegas de la zona, promueve cada vez con más éxito este destino enoturístico a nivel local e internacional, además de aglutinar otra oferta turística del territorio vinculada al mundo del vino y del viñedo.
En los últimos años, además, los vinos del Empordà han aumentado también su presencia en el sector de la restauración. Según un estudio encargado por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Empordà, el posicionamiento y nivel de penetración de sus vinos no ha dejado de crecer en los establecimientos de Barcelona y un 40% de los restaurantes de alta categoría ya incluyen vinos de la DO Empordà en sus cartas.
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