Batalla a pecho descubierto

El desnudo de Amaral: ¿por qué el pecho de las mujeres tiene aún connotación de provocación?

Sociólogos y feministas aplauden el gesto de la cantante Eva Amaral contra la censura y la sexualización de la mujer

Amaral canta a pecho descubierto en el festival Sonorama

Amaral canta a pecho descubierto en el festival Sonorama. / PACO SANTAMARÍA / EFE / VÍDEO: ATLAS

Ágatha de Santos

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La historia de la música está plagada de actuaciones a pecho descubierto. Sin embargo, no todas generan el mismo revuelo ni mucho menos. Iggy Pop actúa siempre sin camiseta y nadie lo censura por eso. Es más, lo extraño sería verle con toda la ropa puesta. Y el cantante de Michigan no es el único que se saca la camiseta sobre el escenario. Red Hot Chili Peppers, Freddie Mercury, Harry Styles, Prince Royce y Maneskin también lo hacen -o lo hacían-. Y sin polémicas ni censuras.

Sin embargo, que este fin de semana Eva Amaral se quitara la parte de arriba del vestido cuando interpretaba su tema 'Revolución' en el festival Sonorama Ribera ha incendiado las redes entre partidarios y detractores, y ha copado los titulares. La cantante del dúo Amaral mostró su pecho durante un par de minutos como gesto de protesta por la censura hacia la mujer y la sexualización del cuerpo femenino, y en solidaridad con sus compañeras de profesión Zahara, Rigoberta Bandini, Miren, Bebe y, más recientemente, Rocío Saiz, que ha sido objeto de duras críticas por mostrar el pecho en el festival Bside de Molina de Segura.

Un ejemplo que ilustra este doble rasero es la actuación de Maneskin en la gala de los MTV Video Music Awards. El líder de la banda italiana, ganadora de Eurovisión 2021, salió al escenario con su torso y sus nalgas al descubierto, algo que MTV publicitó en bucle en sus redes. Pero de pronto, la cadena insertó pregrabados para evitar que se viera el pecho de la bajista después de que se le cayera el tirante de la camiseta.

Para Jorge García Marín, profesor titular de Sociología y director del Club de Masculinidades Disidentes de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), la polvareda levantada por el gesto de Eva Amaral debe invitarnos a reflexionar. “La reflexión que se puede hacer es: ¿por qué tiene el pecho de las mujeres esa connotación de provocación? Obviamente, responde a la lógica patriarcal del poder sobre los cuerpos de las mujeres en sus diferentes versiones, el cuerpo femenino bajo la mirada y el control masculinos”, asegura.

"Llegará un momento en que no hará falta esa ‘performance', pero, mientras tanto, bienvenidos sean los gestos que abren el debate"

García Marín aplaude la acción de la solista de Amaral en tanto y cuanto trae a la mesa de debate la sexualización del cuerpo femenino y la censura hacia la mujer. “Llegará un momento en que no hará falta esa ‘performance’ que usa el cuerpo femenino como arma para darte cuenta de la estructura patriarcal, pero, mientras tanto, bienvenidos sean los gestos que abren el debate”, opina el sociólogo.

El uso del cuerpo de la mujer como campo de batalla es algo que el feminismo lleva empleando desde hace décadas. A mediados de los años 80 del anterior siglo, Guerrilla Girls, colectivo artístico formado por artistas feministas y antirracistas, empleó tácticas de guerrilla para denunciar la discriminación de las mujeres en el arte. Otro ejemplo contemporáneo es el movimiento activista Femen.

Para la socióloga Amada Traba, acciones de protesta como la de Eva Amaral, lejos de ser una trivialidad o una falta de decoro como aseguran quienes han criticado a la cantante, son “interesantes e importantes”. “Creo que son gestos efectivos porque siempre producen un efecto de debate social y reflexión”, afirma.

La profesora de la Universidad de Vigo (UVigo) denuncia que las mujeres sufren más censura que sus compañeros varones y sus cuerpos sufren mucha violencia, en este caso, cultural. “Los cuerpos que menos se censuran son los que le interesan al mercado, los que producen beneficio”, asevera.

Por su parte, la politóloga y formadora en igualdad de género Priscila Retamozo, valora este contextualizado dentro de un discurso contra la censura y la sexualización del cuerpo de las mujeres. “Desde mi punto de vista, la desnudez de nuestros cuerpos no es transgresora de por sí. Para muestra la pornografía, la mercantilización del cuerpo femenino o su utilización permanente como reclamo sexual en la publicidad. Pero también me parece indudable, que como decía Rigoberta Bandini, dan miedo nuestras tetas. Dan miedo y, sobre todo, molestan cuando damos de mamar en público, cuando nos bañamos en piscinas públicas en ‘toples’ o cuando forman parte de un mensaje de rebeldía”, comenta.

Para la coordinadora del proyecto coeducativo Comando Igualdade, no deja de ser decepcionante que el hecho de que la mujer ejerza la autonomía sobre su cuerpo siga siendo motivo de polémica. “Cabría esperar que, tras tanta lucha y avances en derechos humanos, supiéramos distinguir entre instrumentalización del cuerpo de las mujeres y reapropiación de nuestra desnudez como discurso de protesta”, comenta.

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