La policía de Tailandia concluye la investigación del caso de Daniel Sancho convencida del asesinato premeditado

La comisaría de la isla de Kho Panghán (Tailandia) se acicalaba este lunes para su gran día. Los trabajadores subían arreglos florales a la tercera planta mientras tronaba el monzón. Allá tendrá lugar este martes (05.30 horas de la mañana en España) una rueda de prensa para desvelar los detalles del crimen cometido por Daniel Sancho, el hijo de 29 años del actor Rodolfo Sancho, que confesó haber matado y descuartizado al cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta, con el que mantenía una relación sentimental. Es este uno de los crímenes más mediáticos de la historia contemporánea española. La rueda de prensa se podrá seguir en directo en la web de EL PERIÓDICO.

Las autoridades ofrecerán este martes a las 05.30 hora española una rueda de prensa para desvelar sus pesquisas

En la rueda de prensa está prevista una presencia sin precedentes de periodistas en el principal salón de la comisaría. Más relevante aún para los anfitriones es la presencia de Surachate Hakparn, alias 'Big Joke' ('Gran broma', en inglés), uno de los policías más poderosos del país. Llegará en helicóptero, adelantaban los agentes.

Este es el cuchillo de siete euros con el que Daniel Sancho confesó haber descuartizado a Edwin Arrieta

No habrá sorpresas. "Todas las evidencias apuntan a que el sospechoso mató a la víctima para terminar su relación amorosa", confirman fuentes de la investigación a EL PERIÓDICO. El asesinato premeditado fue una certeza desde el principio para la cincuentena de personas involucradas en las pesquisas. Dos confesiones, ante la policía y ante el juez, sumadas a una montaña de evidencias: los chats en el teléfono de Sancho, la masiva compra de objetos de limpieza y un cuchillo de carnicero en la víspera de que Edwin Arrieta desembarcara en la isla… Nada encajaba con la versión del arrebato que defendía el homicida confeso.

Del hotel maldito a los kayaks: tras las huellas del crimen de Daniel Sancho

Pocos casos habrá investigado la policía de la pequeña isla en el golfo de Tailandia más claros. Eso explica, y no la alarma social ni la presión mediática, unos plazos desacostumbrados en la casuística nacional. La ley le concede 84 días para completar sus conclusiones tras la orden de prisión preventiva. Días atrás, la policía confiaba en empaquetarlas en tres semanas. Lo han acabado haciendo en una.

La policía tailandesa encuentra en el móvil de Daniel Sancho amenazas de muerte de su víctima

Su escrito será remitido a la Fiscalía para que pueda empezar la fase oral de un proceso con el pie en el acelerador. El juicio se alargará entre tres y seis meses, aclaran los expertos, dependiendo de si Sancho se reafirma en su culpabilidad o no. La confesión es una de las pocas bazas de la que dispone, quizá la única, para conseguir una rebaja de su condena. El asesinato agravado en las leyes tailandesas, como lo es el premeditado, implica la pena de muerte, aunque raras veces se aplica.

La acusación a Daniel Sancho: ¿pueden las amenazas de muerte librarle de la condena a muerte o de la perpetua?

Sancho cumplía esta noche su primera semana en la cárcel de la vecina isla de Koh Samui y el jueves terminarán los diez días de aislamiento del protocolo anticovid. Es probable que el centro prorrogue su estancia en la enfermería para evitar el riesgo de suicidio o de agresión. La prisión es considerada amable para los estándares tailandeses, con reclusos que tienen condenas inferiores a 15 años. Sin embargo, una sentencia abultada empujaría a Sancho a las temibles cárceles de Bangkok.

La presencia de Surachate en Kho Panghán subraya la relevancia que le concede el Gobierno tailandés al asunto. El agente llegó tan pronto aparecieron los restos humanos en bolsas en un vertedero, dejó las investigaciones en manos de la policía local y regresa de Bangkok para poner el broche a un caso que nunca exigió refinadas capacidades detectivescas. Surachate es el apagafuegos nacional, requerido en crisis donde Tailandia se juega la reputación y crímenes con extranjeros involucrados. En la comisaría de una pequeña isla meridional se notaba la excitación por el inminente aterrizaje del subdirector de la policía nacional.