Violencia sexual y menores

El patriarca de Sant Roc, sobre los menores implicados en agresiones en Badalona: "Necesitamos educación sexual"

Investigados 21 menores por las ocho violaciones grupales de Badalona: cuatro han participado en más de un caso

Los niños de la calle de Badalona, sobre las violaciones: "A las niñas les gusta lo que pasó"

Barcelona 14/06/23 Sociedad. Entrevista al patriarca de Sant Roc, Manuel Cortés. AUTOR: MANU MITRU

Barcelona 14/06/23 Sociedad. Entrevista al patriarca de Sant Roc, Manuel Cortés. AUTOR: MANU MITRU / Manu Mitru

Elisenda Colell

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El apodo de 'patriarca' no le gusta. "Es una palabra que se han inventado los 'payos', que si no, no lo entienden. Pero en realidad a mi me llaman 'tío'", explica Manuel Cortés. El 'tío' Manuel es el líder de la comunidad gitana de Sant Roc (Badalona), a quien todos acuden cuando tienen un problema y el que interviene cuando hay conflicto. El último, las agresiones sexuales cometidas en grupo por menores. Hasta ocho casos denunciados en Badalona este año, y en el que la mayoría de los acusados son niños de 12, 13 y 14 años que forman parte de las familias gitanas del barrio.

"No puede ser que los niños den 20 euros a sus novias para que tengan sexo con sus amigos. Y está pasando"

Como no podía ser de otra forma, lo condena. "Lo repudiamos de forma rotunda". Pero va más allá. "Necesitamos educación sexual para los niños y niñas: tienen que estar informados, la ignorancia no es buena", defiende Cortés. "No puede ser que los niños den 20 euros a sus novias para que tengan sexo con sus amigos". La hasta ahora última violación grupal en Badalona se produjo, el pasado 3 de junio, cuando el novio de la víctima "invitó" a sus amigos a tener sexo con la menor.

Entrevista al patriarca de Sant Roc, Manuel Cortés. 

Manuel Cortés, conocido en el barrio como 'tío', habla con los jóvenes para proponerles que monten un equipo de fútbol. / Manu Mitru

Manuel Cortés es una autoridad en el barrio de Sant Roc. Solo basta pisar el barrio a su lado para ver cómo saludos y muestras de respeto retrasan el paseo. "El respeto y la familia es lo más importante para los gitanos", explica el hombre de 71 años.

Pelo blanco peinado hacia atrás, gafas tipo aviador, fuma Marlboro y no se separa de su bastón de mando, el 'Rai Calí'. "Es como mi espada, es un símbolo de respeto. Tengo el bastón de poner paz y el del castigo", cuenta con media sonrisa. Hoy lleva el de la paz, empuñadura de madera tallada con la forma de la cabeza de un caballo. El otro, dice, es más grueso y tiene un hierro en la punta. "Por si hay que dejar las cosas claras", bromea.

"Tenemos un problema. Los chavales se pasan el día en la calle y no hacen nada bueno"

Cortés se manifiesta muy preocupado por las noticias que señalan al barrio. Pero no cae en el victimismo. "Tenemos un problema. Los chavales se pasan el día tirados por la calle y no hacen nada bueno", señala. Insiste en que los niños del barrio necesitan ilusiones, proyectos.

Se mete en la pista de fútbol donde juegan una decena de chavales de 12, 11 y 13 años. Ellos detienen la pelota y se avalanchan a saludar al 'tío' Manuel. "Lo que tenéis que hacer es montar un equipo", les dice. Los niños se entusiasman y se forma un corrillo. "¿Futbol siete, campo, sala?". "Vosotros dadme nombres y edades, y miramos lo que podemos hacer cuando terminen las vacaciones", les responde. "Si no hacemos eso, pasa lo que pasa", suelta Cortés al salir de la cancha.

Afecto y consentimiento

Habla de las violaciones grupales acompañado de dos personas de su máxima confianza, y también cabezas de familia gitana. Julio Vargas, 'tío Julio', sociólogo, mediador y cara muy visible de la comunidad gitana frente a las administraciones, y Miguel Fernández, 'tío Antonio', comerciante ya jubilado de 77 años. "Una educación sexual es necesaria. Pero ojo, pedagógica y sana", defiende Vargas. "Por decirlo de forma bruta, no que les enseñen guarradas como aprender a masturbarse... sino que les expliquen qué es la sexualidad, el afecto, el consentimiento.... que no caigan en la ignorancia, que es muy mala", insiste Vargas.

"Hay que dar información a los niños y hablarlo bien", dice Manuel Cortés sobre la educación sexual

A Fernández no le entusiasma la idea. "Los niños de ocho, diez años, no tendrían que saber qué es la sexualidad". Pero Cortés, como siempre, zanja el debate con su veredicto. "Yo estoy con Julio: hay que dar información a los niños y hablarlo bien, que no les causen traumas", explica.

Entrevista a Julio Vargas y Manuel Cortés, dos de los líderes de la comunidad gitana en Sant Roc (Badalona).

Manuel Cortés junto a Júlio Vargas, charlan en un bar de Sant Roc (Badalona) con EL PERIÓDICO. / Manu Mitru

El tema les preocupa porque les habla del futuro de los niños del barrio. "Si al salir del colegio no tienen nada que hacer, se buscan una novia, menor de edad. Y se buscan la vida con la novia. El novio le dice 'te acuestas con este y me das 20 euros'. Esto es lo que está pasando, cobran dinero para compartir las niñas", explica Cortés. "Es el fallo que aquí tenemos... yo he hablado con estos chavales, les he dicho si les gustaría que eso se lo hicieran a sus hermanas... ", sigue el líder. ¿Y los niños que le responden? "Algunos lo reconocen, otros dicen que son inocentes y echan las culpas a otros", rebufa.

Las gitanas, "ni tocarlas"

Cortés dio con los agresores poco después de que la primera violación se publicara en la prensa, a mediados de marzo. "Claro, ellos hacen eso con 'payas', porque con las gitanas saben que ni tocarlas", explica. Es por ello por lo que Cortés no se enteró de inmediato. "Las familias ya habrían acudido a mí".

Los tres 'tíos' reconocen que no permiten que sus hijas, nietas, biznietas y tataranietas, en el caso de Cortés, salgan de fiesta a las discotecas. "Porque eso trae malas consecuencias", justifica. Lo máximo que se les permite son las fiestas en un local de su propiedad. "Con un gitano en la puerta que vigile que no se acerca ni un chaval", cuenta Cortés a media carcajada. "Ojo, ellas quieren mantener la virginidad hasta el matrimonio, no les obligamos", apunta Vargas. Cortés pone de ejemplo que una de sus nietas se casó con 20 años. A otra, de 18, no se le conoce novio. "Estudian, trabajan... nadie las obliga a nada", quiere dejar claro.

Es el caso de Josefa Cortés. Viene junto a su madre, Mercedes Cortés. "Acaba de firmar su primer contrato", saluda Mercedes a Manuel, que también es su hermano mayor. "Estaba muy nerviosa pero ahora ya está más tranquila", sigue la madre sonriendo a Josefa. El 'tío' la felicita. Tiene 18 años. La acaban de contratar en una escuela en Barcelona. ¿De maestra? "No, para la limpieza", dice cabizbaja la chica. "La iban a contratar para una semana pero ya le han hecho contrato para todo el mes", rebate orgullosa la madre. Ella sonríe. Le entusiasma ponerse a trabajar. "Y en octubre se casa", añade la madre, satisfecha.

Aborto y tradiciones

En una mesa, tomado café en la plaza de Camarón del barrio, la chica aclara aclara por qué se casa con tan solo 18 años. "A ver yo le quiero, y él me quiere a mí. ¿Qué tiene de malo que nos casemos?". La mujer de Cortés, Anna Reyes, explica cómo la comunidad gitana se ha transformado a lo largo de los años. "Yo me casé con 14 años, a los 15 estaba embarazada", cuenta. Aún recuerda cómo quería seguir jugando a la 'charranca' en la calle pero no la dejaban porque ya estaba encinta. "Yo veo bien que no se casen tan jóvenes", dice la mujer.

Hablan del aborto. "Esto es tabú", sigue Reyes, que reconoce que convenció a su cuñada para que no diera el paso. "Gracias a eso tenemos a Josefa aquí", agracede la cuñada. Dicen que respetan a quien quiera practicarlo. Reyes también ha aprendido a respetar que sus hijas no tienen por qué casarse con gitanos. Tiene yernos marroquís, suramericanos y 'payos'. Son uno más en la familia. Uno de ellos se acerca y les saluda. Le dan un beso. Se va a trabajar. Le toca turno de noche en un almacén. "¿Ves? Nos hemos modernizado. Quien diga que somos intolerantes, cerrados de mente... se equivoca", zanja Cortés.

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