Problemática creciente

Educadores del entorno del Màgic de Badalona: "Vemos actitudes violentas en los chicos y no hay donde atenderlos"

La carta más difícil de Joan: cuando el perdón por una agresión sexual es posible

Las denuncias por delitos sexuales cometidos por menores de 14 años se duplican en Catalunya desde 2015

Archivo - Imagen de archivo de una adolescente con un móvil en la calle.

Archivo - Imagen de archivo de una adolescente con un móvil en la calle.

Elisenda Colell

Elisenda Colell

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Desde inicios de curso, septiembre y octubre, estamos viendo actitudes, comportamientos y discursos agresivos y violentos de algunos chicos hacia las chicas", explica Mario Cuixart, director de la Fundació Germina. Esta entidad lleva 15 años al frente de un centro socioeducativo para niños y adolescentes de Badalona y Santa Coloma, ubicado a 10 minutos del centro comercial Màgic, lugar donde este año se han denunciado al menos cuatro agresiones sexuales en grupo, cometidas por menores, algunos de 12 y 13 años. Un dato más: el 25% de las adolescentes atendidas por la entidad dicen haber sufrido violencia machista, cinco veces más que el año anterior.

Los educadores de Germina ven a diario cómo algunos niños y jóvenes están regresando a las actitudes más rancias del machismo, agravadas por la sexualización a edades muy tempranas. Algunos adolescentes bajo su radar han llegado a cometer agresiones sexuales. Otras han sido víctimas. Y les preocupa que en la ciudad no hay ningún servicio público para atender a estos varones con el fin de erradicar y prevenir este tipo de conductas.

"La falta de medios es desesperante, el abandono institucional es muy grande", afirman desde la Fundació Germina

"Necesitamos servicios preventivos y públicos que en Badalona, como en tantas otras ciudades, no hay", comenta la directora del centro, Marina Peyrí, que sí agradece los servicios públicos (SIE y SIAD) que asisten a las mujeres en la ciudad. En Santa Coloma, en cambio, sí existe un recurso para jóvenes varones. Este año Germina ya ha derivado a cinco adolescentes. Sin embargo, quieren dejar claro que la mayoría jóvenes con lo que tratan sí están cambiando con los roles de género y sus actitudes son mucho más tolerantes y positivas.

Acoso, 'sexting' y control

Germina, como tantos centros socioeducativos en Catalunya, atiende a niños y adolescentes en riesgo de exclusión social. Hace dos años, el equipo de educadores empezó a formarse en atención y prevención de la violencia machista. En 2021, seis chicas de 13 a 19 años dijeron haber sido víctimas de violencia machista. Representaban el 5% del total. En 2022 ya fueron 31: el 25%. "Estamos poniendo más el ojo, quizá es por eso detectamos más casos y, a la vez, las chicas son más conscientes", opina Peyrí. Lo que han visto este año, que les ha sorprendido, son las conductas de algunos adolescentes varones. "Son casos de acoso, control, agresiones verbales con sus parejas o conductas abusivas y acosadoras en el instituto", sigue la directora. Algunos de ellos han sido denunciados.

Otro comportamiento que les consta, y les preocupa, es el de los niños más pequeños. "Hemos tenido consultas de niños de 6 a 11 años que están muy sexualizados: te hablan de sexo o hacen posturas sexuales", cuenta Peyrí. "Desde muy jóvenes tienen el sexo en la boca constantemente", cuenta una de las educadoras, que prefiere no revelar su nombre. Las educadoras entienden que no es un tema exclusivo de la ciudad, que se trata de un comportamiento más extendido.

La mujer como coleccionable

Esta educadora habla de un grupo minoritario de chicos que no interactúa con las chicas, a no ser que sea para ligar. "Se creen superiores, creen que por el hecho de ser hombres ligarán con todas las chicas y las acosan. No ven en ellas el valor de una persona, se convierten en un nombre que pueden tachar de su lista", explica, preocupada. También le llama la atención que muchos chicos, pero también varias chicas, culpabilizan y cuestionan a las víctimas de las agresiones sexuales, especialmente tras los casos destapados en el Màgic. "Es bestia tener que oír de su boca frases como 'ella se ha dejado' o 'qué hacía ella allí'", sigue la educadora.

Los educadores, formados en género y violencia machista, están abordando este tema con la premisa de que el centro debe ser un espacio de seguridad. "Es importante que podamos entender por qué actúan así, por qué dicen esto, si les echamos la bronca dejarán de verbalizarlo, pero sus actitudes serán las mismas", explica Cuixart. Hacen asambleas no mixtas donde los chicos y las chicas tratan estos asuntos. Hablan con ellos y tratan de ir más allá con talleres y formaciones especializadas. Pero admiten que les faltan medios.

Sin recursos públicos

Como el de Badalona, Germina tiene dos centros más en Santa Coloma de Gramenet. Están a muy pocos metros, al borde de esa frontera invisible que separa las dos ciudades. "El problema allí es el mismo, pero en Santa Coloma tienen un servicio especializado que trata la masculinidad con jóvenes", explica Cuixart. Ya han derivado a cinco chavales. Pero este servicio no puede atender a los chicos de Badalona. "Así que no tenemos nada, no hay ni un servicio público para atajar estas conductas", opina Peyrí. A uno de ellos sí han conseguido vincularlo a una asociación en Barcelona. "Pero la mayoría de chavales de 13 años te dirán que ni de coña se van a Barcelona -sigue Peyrí-. Apenas hay servicios públicos para estos casos en ninguna ciudad".

Cuando estalló el caso del Màgic, Cuixart y Peyrí pensaron que, al fin, la administración tomaría cartas en el asunto y anunciaría un recurso parecido al que hay unas calles más arriba. Pero no. "Aún seguimos esperando, la falta de medios es desesperante, el abandono institucional es muy grande", dice Cuixart. Explica que el consistorio de Badalona elude la responsabilidad diciendo que no tiene competencias. "¿Y qué hacemos? A diferencia de la gente con recursos, estas familias no pueden costearse abogados, ni psicólogos, ni nada de nada", explica Cuixart, que anima a todas las administraciones a invertir más recursos en educación sexual en la infancia.

Tradiciones y entornos familiares

En Germina han tenido que gestionar las llamadas de madres y padres desesperados porque sus hijos han sido denunciados. "Hay de todo, familias que se implican y otras que tratan de proteger a sus hijos hasta que, con el acompañamiento adecuado, entienden el problema", cuenta. Aseguran que la cultura y las tradiciones deben tenerse en cuenta cuando se abordan estos temas. "Hay niños que ya les inculcan desde casa que ellos a los 14 años son hombres, que deben ser el sostén de su familia... y piensan que las mujeres no puede trabajar", cuenta Peyrí. Otros asumen el rol machista para "sobrevivir". "Tienen una enorme presión del grupo", sigue la directora.

Estos educadores no tienen la varita mágica para acabar con este problema. Pero sí saben que recursos como el suyo ayudan a prevenirlo. "El problema es que hay adolescentes que están solos todo el día, mirando el móvi sin ningún control parental porque sus padres no pueden estar pendientes, ni pueden permitirse extraescolares" explica Peyrí. Este centro, y tantos otros que existen en Badalona y el resto de Catalunya, tienen lista de espera. "Y cada vez son más las familias en apuros, con dificultades económicas... La inversión en infancia tiene que ser una prioridad", insiste Peyrí.

Suscríbete para seguir leyendo