Plan de actuación

El Govern prevé una de las campañas de incendios más difíciles de últimos años

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Los bomberos controlan el incendio de Lleida y ralentizan frente en Portbou

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EFE

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El Govern prevé que la campaña de incendios forestales en Catalunya será una de las más difíciles de los últimos años por la sequía acumulada, que aumenta el riesgo de simultaneidad y de sufrir grandes fuegos, por lo que ha pedido a la ciudadanía que extreme la prevención, aunque ha apelado a la tranquilidad. Así lo han indicado en el Parlament los 'consellers' de Interior, Joan Ignasi Elena, y de Acción Climática, Teresa Jordà, en una comparecencia para explicar el dispositivo para afrontar la campaña forestal de verano, que este año se ha avanzado al 1 de junio y se prolongará hasta el 30 de septiembre.

Pese a que se prevé otra campaña forestal difícil y complicada, Elena ha puntualizado que existen elementos de "tranquilidad", ya que han incrementado los medios humanos y materiales y la coordinación y además acumulan la "inteligencia" de los últimos años a la hora de gestionar los grandes incendios simultáneos, como cree que se puso de relieve el pasado año. Ha detallado que habrá 5 aviones de vigilancia y ataque -dos se activan el 1 de mayo-, 10 helicópteros bombarderos, 6 de mando y uno de coordinación y contarán con 6 aviones de gran capacidad operados por el Ejército y 4 aviones del Ministerio para la Transición Ecológica, así como 18 drones equipados con cámaras y sensores térmicos.

En su intervención, Elena ha advertido de que la falta de agua de varios pantanos ha provocado que algunos hayan quedado inoperativos para los aviones bombarderos -los de la Baells, la Llosa del Cavall y Sau ya no sirven para cargar aviones anfibios-, por lo que tendrán que ir a buscar el agua para extinguir el fuego "un poco más lejos". De los 1.631 puntos de agua para helicópteros Bombarderos, 1.464 siguen operativos. 

Elena ha insistido en subrayar que se afronta una de las campañas forestales "más difíciles de los últimos años" en Catalunya, después de que hasta el 16 de abril los Bomberos hayan gestionado y resuelto ya 1.486 incendios de vegetación urbana, agrícola y forestal, un 16% más que el pasado año y un 61% más que en 2021. Durante la campaña forestal del pasado año se contabilizaron un total de 260 incendios -con 6.137 hectáreas afectadas-, de los que dos fueron grandes fuegos -que dañaron cerca de 4.200 hectáreas-.

Según el 'conseller' Elena, si no llueve suficientemente en los dos próximos meses, la situación "empeorará", lo que obligará a actuar "con mucha inteligencia" y "priorizar recursos", hasta el punto que en mayo ya se anticipa la activación de varios medios aéreos.

Calor y baja humedad

En este sentido, la 'consellera' Jordà ha apuntado que la campaña volverá a ser "difícil" por tres motivos: se acumula una persistente y profunda sequía de tres años, se ha abandonado parte del mundo rural y el cambio climático provoca elevadas temperaturas y baja humedad, lo que comporta un escenario de "alta complejidad".

Jordà ha denunciado que en los últimos 40 años no se ha hecho política forestal y no se han cuidado ni gestionado los bosques en Catalunya y ha insistido en que el principal elemento que prevenir no es que haya incendios, ya que considera que es habitual que los haya en el ámbito mediterráneo, sino evitar que se conviertan en grandes fuegos para evitar que "puedan arrasar con todo".

Para la 'consellera', las causas del riesgo creciente de los incendios virulentos son dos fenómenos que se retroalimentan: el abandono del mundo rural y de las actividades agroforestales -el 42 % del territorio catalán son bosques- y el cambio climático, con el calentamiento del planeta, el aumento de las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos.

Elena ha insistido en pedir la colaboración ciudadana y en que se extreme la precaución ya que, según ha resaltado, nueve de cada diez incendios se originan por causas humanas. En este sentido, ha remarcado la "eficacia" del Plan Alfa porque cuando se ha activado es cuando se han registrado menos incendios y se ha quemado menos superficie, lo que demuestra, a su juicio, la "gran implicación y concienciación de riesgo" de la ciudadanía.