Crisis climática

La sequía que no cesa: España lleva ocho meses sin salir de este escenario

Tras el tercer año hidrológico más seco de la serie histórica, los embalses se encuentran al 32,9% de su capacidad, casi 20 puntos por debajo de la media de la última década en estas mismas fechas

El pantano de Sau, con gran parte del pueblo al descubierto, por la sequía

El pantano de Sau, con gran parte del pueblo al descubierto, por la sequía / FERRAN NADEU

Juan Ruiz Sierra

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Un territorio está en sequía meteorológica cuando se produce una escasez generalizada de precipitaciones. Bajo dichos parámetros, gran parte de España no ha logrado salir de este escenario desde finales del pasado invierno, hace ya ocho meses. Las lluvias de los últimos días han mejorado la situación, pero muy poco. Según el último informe sobre sequía y escasez publicado por el Ministerio de Transición Ecológica, "desde el mes de abril todos los meses tienen valores globales [de precipitaciones] inferiores a los medios de la serie histórica". Todo en el marco de un año hidrológico, periodo que va del 1 de octubre al 30 de septiembre, que ha sido el tercero menos lluvioso de la serie histórica, que comenzó a elaborarse en 1961. 

Los embalses continúan en una situación precaria. El documento semanal sobre reservas hídricas del departamento que dirige Teresa Ribera, publicado el pasado martes, refleja que se encuentran a un 32,9% de su capacidad, con 18.444 hectómetros cúbicos almacenados. En la misma semana del año pasado, contaban con 21.929 hectómetros cúbicos. Pero la tendencia descendente de este recurso se observa mejor cuando se amplía el marco temporal. La media de la última década en estas mismas fechas es de 28.393 hectómetros cúbicos, un 50,6% de su capacidad. Es decir, casi 20 puntos más que ahora. 

El escenario resulta especialmente delicado en el sur y el noroeste del país. El 80% de la población catalana, que reside en 514 municipios, incluida Barcelona y su área metropolitana, se encuentra en situación de alerta. A partir de este viernes, el Govern aplicará en todas estas localidades medidas para reducir el consumo de agua. Entre otras, restringir en un 25% el riego agrícola, así como el llenado de piscinas y el lavado de coches, descartando los cortes en el abastecimiento. Según el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Catalunya (COEAC, por sus siglas en catalán), esta podría ser la mayor sequía extrema en la comunidad autónoma desde la que tuvo lugar en 2008, cuando se agotaron las reservas del sistema Ter-Llobregat y hubo que llevar agua a Barcelona a través de barcos.

La situación no es más halagüeña en el sur peninsular, donde las cuencas están aún peor que la de Catalunya. En la del Guadiana, el nivel del agua está al 23%; en la del Guadalquivir, al 18,6%. 

Fenómenos extremos

La relación entre el cambio climático y el aumento de las temperaturas resulta ya, salvo para algunos, cada vez menos, indudable. Más complicado resulta sostener, por el momento, que el calentamiento esté detrás de la bajada de las precipitaciones. Aun así, el sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), concluyó el verano del año pasado que la influencia humana estaba detrás de los fenómenos meteorológicos extremos vividos durante los últimos años: olas de calor más frecuentes e intensas y sequías globales, con España entre los territorios más afectados. 

Y después están los acuíferos. Según el informe ‘Sos Acuíferos’, elaborado por la oenegé Greenpeace y presentado el mes pasado, el 44% de las masas de agua subterránea del país, de las que se abastece el 30% de la población, se halla en mal estado. En el 27% se extrae más agua de la que es capaz de restituir el acuífero, mientras que en el 30%, debido a los nitratos, plaguicidas y metales, se ha alcanzado un nivel de contaminación “por encima de los máximos para la salud humana”. 

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