Día Sin Coches

Peajes, restricciones y polémicas: la lucha contra el coche en Nueva York, Berlín, París o Londres

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nueva york / Reuters

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La lucha contra el coche en las grandes ciudades tiene una sintonía común -urge ir desterrando su uso- y también un problemático y a menudo incendiado aterrizaje. ¿Cómo hacerlo? Los peajes, las zonas de bajas emisiones, las tarifas por uso o el cierre al tráfico del centro urbano son algunas de las estrategias -así como el impulso del transporte público, la bicicletas y las zonas peatonales- que, sin embargo, no arrojan soluciones milagrosas sobre algunos de los principales escollos, como los accesos a las urbes. Hoy, Día sin Coches, explicamos la fórmula -y retos- de ciudades como Nueva York, Londres, París, Roma, Berlín o Lisboa.

Nueva York, más cerca de los peajes

Nueva York, o al menos el corazón de Manhattan, está más cerca de un futuro con menos coches. Después de que en 2019 se aprobara el “plan de peajes de congestión”, que daba luz verde al establecimiento de cobros automáticos por entrar en la isla por debajo de la calle 60, este agosto se presentó el estudio de impacto ambiental, paso imprescindible para avanzar en la implementación, prevista para no antes de finales de 2023.

El tráfico en la calle 42.

El tráfico en la calle 42. / Reuters

Queda aún mucho por dilucidar en este plan novedoso en EEUU. Se han planteado siete escenarios y los peajes varían en hora punta entre los 9 y los 23 dólares, con créditos para los residentes de la zona afectada por Manhattan que ingresen menos de 60.000 dólares al año y distintas excepciones. Y se calcula que, además de reducir los atascos y el impacto ambiental, se recaudarían unos mil millones de dólares al año, que se destinarán a financiar la necesitada red de transporte público.

Aunque el plan tiene numerosos respaldos, hay también detractores, especialmente en los barrios periféricos que verán incrementado el tráfico de quienes intenten evitar los peajes y de los activistas por justicia medioambiental y racial. En ningún sitio es más alta la alarma que en el sur del Bronx, donde ya la contaminación agrava los problemas de asma, que sufren allí uno de cada cinco niños de menos de 12 años y que ya hace que la tasa de hospitalizaciones doble la media de la ciudad.

“El Bronx no puede ser y no será el cordero sacrificial en el altar del distrito financiero”, ha dicho Ritchie Torres, congresista del barrio, que tilda de “injusto” el plan y rechaza que el Bronx se convierta en “el vertedero de la polución y las emisiones de Manhattan”. Idoya Noain

Londres: tarifas por uso y distancias

Londres lleva años tratando de reducir el número de coches en sus calles. Sus armas han sido la implantación de peajes de entrada en la ciudad, como el de congestión, desde inicio del 2003, y la extensión del de la Zona de Emisiones Ultrabajas (ULEZ), que entró en vigor en el 2019. El éxito ha sido parcial y la pandemia ha llevado en realidad a un aumento del uso de vehículos privados, en detrimento del de transportes públicos y la bicicleta.

Coches, en la nueva zona de emisiones ultra bajas de Londres.

Coches, en la nueva zona de emisiones ultra bajas de Londres. / AP PHOTO / FRANK AUGSTEIN

El alcalde de la capital, Sadiq Khan, presentó el pasado mes de enero un ambicioso plan para reducir en un 27% el uso del coche en la capital británica, de manera que para el 2030 la ciudad haya alcanzado el objetivo de “emisiones cero”, como parte de la lucha contra el cambio climático.

El proyecto se apoya en un estudio elaborado por Element Energy que propone “desincentivar” el uso del coche en las urbes, con la introducción a lo largo de la presente década y con la ayuda de las nuevas tecnologías, de un sistema “Smart road user”, de manera que se pueda hacer pagar a los automovilistas dependiendo del uso, frecuencia y distancias que realicen en sus vehículos por la ciudad. El responsable del transporte del ayuntamiento, Seb Dance, afirma que conducir será muy pronto “socialmente inaceptable”. Begoña Arce.

París prohibirá la circulación en el centro en 2024

El Ayuntamiento de París ha adoptado numerosas medidas para reducir la contaminación atmosférica de los coches en la capital. La más emblemática y polémica de ellas tuvo lugar en 2016 cuando se prohibió la circulación de vehículos por las orillas del Sena. Pese haber generado un gran revuelo, los parisinos aprecian ahora esta decisión que convirtió ese espacio en un lugar de predilección para pasearse o hacer deporte. 

Señal de limitación de velocidad en una calle de París.

Señal de limitación de velocidad en una calle de París. / ARNAUD PAILLARD / HANS LUCAS VIA AFP

Con la pandemia del covid-19, la municipalidad dirigida por la socialista Anne Hidalgo aceleró sus esfuerzos. Desde entonces, la neurálgica calle Rivoli quedó reservada para los peatones, ciclistas, así como los vehículos de reparto y los de transporte público. También se limitó a 30 kilómetros por hora la velocidad máxima en la mayoría de calles.

No obstante, la medida más ambiciosa no se aplicará hasta 2024. Ese año quedará restringida la circulación en casi todo el centro de París. Se creará el equivalente del “Madrid Central” en un área que abarcará toda la zona de Notre Dame, el Louvre, la plaza de la Concordia y el Palacio del Elíseo. Allí se prohibirá la circulación de paso y solo se autorizarán los desplazamientos esenciales (para ir a trabajar, comprar, transporte público…). Este dispositivo debía aplicarse este mismo año. Al final, sin embargo, se aplazó hasta 2024 por las críticas airadas de la derecha. Enric Bonet

Berlín: solo el 30% de los vecinos tiene coche

El Senado de Berlín – Gobierno regional de la capital alemana – se ha marcado como objetivo “una transición de la movilidad” en la ciudad hasta 2030. El objetivo es reducir al máximo el tránsito de coches y motos privados en favor del transporte público, la bicicleta y de calles más aptas para las personas que para los vehículos de motor. Ese plan persigue, además, alcanzar los objetivos de la neutralidad climática pactados en el Acuerdo de París. 

Solo el 30% de los berlineses tienen coche.

Solo el 30% de los berlineses tienen coche. / EFE / HAYOUNG JEON

Estas son algunas de las medidas impulsadas por la coalición de socialdemócratas, verdes y poscomunistas que gobierna Berlín: ampliar las zonas peatonales para hacer el espacio público más agradable para la ciudadanía y reducir el peligro de accidentes de tráfico para viandantes; ampliar y mejorar la red de carriles para bicicleta en una ciudad donde solo un tercio de los habitantes tiene coche, pero casi todos una bici; aumentar el número de líneas de autobuses, trenes y metros; instalar más puntos de carga para coches eléctricos de forma que pueda aumentar el número de vehículos particulares que no generen emisiones de CO2. Andreu Jerez

Roma: ninguna fórmula ha funcionado

"Bocinas y gritos, rabia y 'smog' marcan las horas en las carreteras de Roma. Un ejército de automóviles avanza lento todas las mañanas". De esta manera iniciaba un reciente artículo, que reflejaba que pocas medidas acertadas se han puesto en marcha para desterrar el automóvil de la capital italiana. Por el contrario, el mismo texto señalaba que la circulación de coches ha vuelto a los niveles de 2019 y, de promedio, se registran 75 accidentes al día.

Roma cerró el tráfico alrededor del Coliseo hace una década.

Roma cerró el tráfico alrededor del Coliseo hace una década. / Efe

En la ciudad, de hecho, el número de coches privados alcanzan en la actualidad la cifra récord de 1,7 millones (los habitantes son 2,8 millones). Un dato, este, que se debe también a que Roma solo posee tres líneas de metro, debido a la gran cantidad de restos romanos que se encuentran en el subsuelo de la ciudad. 

Ninguna fórmula para revertir este fenómeno ha funcionado hasta la fecha. Aun así, la actual administración romana ha asegurado que pronto podrían llegar nuevas medidas. Entre ellas, el aumento de la tarifas en las zonas de aparcamiento regulado, donde ahora estacionar cuesta hasta 1,20 euros la hora (aunque los residentes pueden hacerlo gratis). La razón: "Es un coste demasiado bajo para desincentivar el uso del coche”, admiten desde el ayuntamiento. Irene Savio

Lisboa aparca la Zona de Bajas Emisiones

La reducción del tráfico en Lisboa y la apuesta por transportes no contaminantes ha sido objeto de debate desde principios de 2020, cuando el entonces alcalde socialista, Fernando Medina, propuso la creación de una Zona de Bajas Emisiones en el centro de la ciudad. Un proyecto que fue aplazado debido a la pandemia y que, con la llegada del nuevo Gobierno conservador al Consistorio en septiembre de 2021, se ha quedado en el cajón definitivamente. 

Lisboa

Lisboa / Agencias

A pesar de mostrarse a favor de reducir la contaminación en la ciudad, el actual alcalde, Carlos Moedas, ha dado prioridad a las quejas de vecinos y comerciantes, que ven con recelo los cambios propuestos hasta ahora. Uno de los mensajes de Moedas durante la campaña electoral fue la eliminación del carril bici en una de las principales avenidas de la ciudad, argumentando motivos de seguridad, aunque acabó retirando la propuesta. 

La izquierda sí consiguió en mayo de este año reducir en 10 kilómetros por hora la velocidad máxima permitida en la capital, así como el cierre al tráfico de una de las grandes arterias los domingos y los días festivos. El objetivo es reducir las emisiones de gases contaminantes, que en 2021 superaron los límites marcados por la ley. Lucas Font

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