Los retos de la educación

Arquitectos y profesores diseñan el colegio del futuro de Catalunya

Una guía actualiza por primera vez en 22 años los criterios para construir centros educativos

Adaptados a los nuevos métodos de aprendizaje, serán edificios sostenibles y con espacios polivalentes

Tres aulas abiertas e interconectadas en el Instituto Montgròs de Sant Pere de Ribes.

Tres aulas abiertas e interconectadas en el Instituto Montgròs de Sant Pere de Ribes. / Pau Martí

Montse Baraza

Montse Baraza

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La transformación educativa no solo implica un nuevo enfoque en la manera de formar al alumnado, sino también un nuevo concepto del espacio y de sus usos. En 2019, el Departament d'Educació, el Colegio de Arquitectos de Catalunya (COAC) y la Fundació Jaume Bofill iniciaron un camino para repensar el diseño de las escuelas. Ese trabajo, en el que han participado 80 expertos y que han coordinado el pedagogo Jordi Vivancos y los arquitectos Mariona Genís y David Lladó, se ha plasmado ahora en el documento 'Nous aprenentatges, nous espais', una guía en la que, por primera vez en 22 años, se fijan los nuevos criterios de construcción y de transformación de los espacios de los centros educativos. Criterios que, según subraya Educació, buscan "romper la rigidez actual" del diseño de las escuelas públicas y acompañar a las nuevas metodologías de aprendizaje.

La idea base: diseñar escuelas e institutos basados en el proyecto educativo de cada centro y con polivalencia. En este sentido, el 'conseller', Josep Gonzàlez-Cambray, subraya que "las intervenciones en los entornos educativos, las adecuaciones del mobiliario y la adopción de tecnologías digitales han de dar respuesta a la transformación educativa y han de ser parte del proyecto educativo de cada centro".

Actualmente, un real decreto de 2010 fija los mínimos comunes para todas las escuelas de España. Esta normativa, en la que el aula es el espacio central, recoge los rasgos generales de una normativa de 1973. Además, cada autonomía tiene una guía más detallada. El documento presentado ahora actualiza la guía que se elaboró en Catalunya en 2000, realizada exclusivamente por arquitectos y en base al modelo tradicional de transmisión de conocimiento: pizarra, profesor y alumnos. "El documento anterior solo permitía una escuela con una única manera de aprender, basada en la transmisión de conocimiento profesor-alumno. La nueva está pensada para que las escuelas tengan muchas maneras de aprender y se abre a nuevas metodologías", señala Genís.

Arquitectos y pedagogos

La gran novedad de esta guía es que por primera vez es fruto del diálogo entre los arquitectos y los pedagogos e implica obligatoriamente la participación de la comunidad educativa, que será la que decidirá cómo es su escuela. Genís y Lladó subrayan que se trata de una guía "flexible para adaptarse a cada escuela". "No buscamos colegios patrón ni proyectos cerrados", aseguran. Los arquitectos se han basado en guías similares de países como Canadá, Francia o Reino Unido, donde este modelo es imperante.

Partiendo de que los espacios se han de adaptar a los nuevos métodos de aprendizaje, como pauta general, los colegios que se construyan a partir de ahora serán más flexibles y polivalentes y sus espacios deberán ser inclusivos y tener en cuenta la perspectiva de género. Desde el punto de vista técnico, la iluminación, la temperatura, la ventilación, la acústica y el mobiliario son también claves dado que cada uno de estos elementos incide de un modo u otro en el aprendizaje, subraya el informe.

A todos estos criterios se ha avanzado la escuela Paco Candel de L'Hospitalet de Llobregat. Hoy en barracones, tiene listo el proyecto constructivo del nuevo edificio, que se adapta a la innovación pedagógica y ha sido diseñado con las familias. Es por ello que el centro desearía ser referente de futuras edificaciones.

Algunas escuelas pioneras, como el Instituto Montgròs de Sant Pere de Ribes, ya han ido incorporando algunos de estos elementos que ahora la guía sistematiza. El caso de este centro, convertido en referente del trabajo por ámbitos, es significativo. Construido hace apenas 10 años con criterios 'clásicos', el equipo directivo que encabeza Susana Soler, ha ido introduciendo mejoras en el edificio --que han financiado con dinero ganado en concursos varios-- para adaptarlo a su proyecto educativo. Pionero en el trabajo por ámbitos, decidieron tirar los tabiques que separaban las aulas y convertirlas en una gran aula donde trabajan los 90 alumnos de cada nivel (son tres líneas) con el apoyo de 4 profesores. Los docentes no tienen mesa, sino que se desplazan por las mesas de los alumnos. Este centro recibe continuamente visitas de equipos docentes. La próxima semana, sin ir más lejos, lo visitan 30 profesores e inspectores de Lasarte.

Entre las pautas generales, el informe subraya que el centro se deberá adaptar al entorno en cuanto a materiales, orientación del edificio, acceso y movilidad y prever futuras modificaciones y ampliaciones. El edificio deberá ser sostenible y saludable. Educació pide también un diseño de mínima complejidad y racionalización de costes.

Aprender en cualquier espacio

Además de los aspectos de diseño para edificios de nueva construcción, el informe también da pautas para transformar edificios actuales. Entre estas, recomienda habilitar un vestíbulo accesible. Otro punto de cambio tiene relación con los pasillos y espacios de paso, que adquieren un nuevo papel, también relacionado con el aprendizaje. Estos pasillos polivalentes ya los podemos encontrar en muchas escuelas catalanas. Es el caso de la escuela La Vila de Palamòs. "Nuestros pasillos son espacios de aprendizaje, donde hacemos trabajo globalizado. También los usamos para momentos de acompañamiento emocional entre tutor y alumno y son también espacios de lectura. Nuestros pasillos son bibliotecas", explica el director, Lluís Colàs. En el Instituto Montgròs han incorporado en los pasillos unas pequeñas gradas y una pizarra en la que el profesor puede atender con más detenimiento a un grupo de alumnos.

Un profesor atiende a un grupo de alumnos en unas gradas habilitadas en un pasillo del Instituto Montgròs de Sant Pere de Ribes

Un profesor atiende a un grupo de alumnos en unas gradas habilitadas en un pasillo del Instituto Montgròs de Sant Pere de Ribes / Pau Martí

El concepto de biblioteca escolar avanza para ser un espacio de investigación y de acceso al conocimiento más dinámico. De hecho, se propone rebautizarlo como 'Recerca' (Investigación). Ya lo han implantado en el instituto Esteve Terradas de Cornellà. "La biblioteca ahora se llama 'Espai de Recerca'. Es más que una biblioteca al uso. Hay espacio para el estudio y estanterías, pero también un ágora para el debate y la lectura teatralizada, una zona para reuniones y espacio para el trabajo por proyectos", describe la directora, Olga Quesada. Es por ello que las mesas son todas plegables, las paredes son pizarras y los tabiques son móviles. "Este sistema nos abre posibilidades que hasta ahora no teníamos ni imaginábamos", añade Quesada. No hay soluciones únicas. En el Montgròs han eliminado la biblioteca como tal y en su lugar han creado espacios de biblioteca en todas las aulas para que los jóvenes vean los libros, los tengan ahí.

La cocina y el comedor ganan protagonismo y ambos se convierten en espacios para aprender. Así, los alumnos podrán entrar en la cocina a realizar talleres y el comedor deja de ser el simple lugar donde comer, sino que es un centro de nutrición, donde los alumnos aprenden qué comen, cómo se prepara y para qué se come uno u otro alimento.

La guía deja abierta la cuestión del patio y la pista deportiva. Aunque el marco normativo prevé una arena que puede usarse como pista deportiva --tendrá las dimensiones para la práctica del deporte--, deja al criterio del criterio del colegio cómo ha de ser ese patio y si el espacio de la pista puede acoger otras actividades.

El documento también prevé la posibilidad de zonas de aparcamiento de bicicletas, huertos y zonas de juegos.

Participación obligatoria

En el diseño de las nuevas escuelas deberá participar sí o sí la comunidad educativa (docentes, familias y ayuntamientos). Es un requisito imprescindible. De hecho, Educació advierte de que "no se construirá ni se ampliará ningún centro sin un proceso de participación previo". A juicio del Departament, esta participación "es una oportunidad para incorporar nuevas miradas, para profundizar en la implicación educativa y para introducir fórmulas de trabajo cooperativo". "Esta guía garantiza que todos los centros educativos y todas las ampliaciones se hagan tras un proceso participativo con toda la comunidad educativa", ha subrayado Cambray. En estos momentos, hay 48 procesos participativos en marcha en centros de toda Catalunya.

El proceso participativo tendrá tres fases: una primera de diagnóstico y definición de espacio, la segunda de proyecto y construcción del centro, y la tercera de evaluación del espacio educativo. Se quiere así facilitar que todo el proceso responderá al proyecto del centro y a las necesidades de los miembros de la comunidad educativa. El informe subraya la "importancia" de la implicación de los ayuntamientos ya que en muchos municipios los centros abren sus espacios a la población más allá del horario escolar, como es el caso de patios o bibliotecas. Y en algunos casos también comparte instalaciones municipales como los polideportivos.

Centros obsoletos

Y mientras Educació pone las bases de la renovación, en el día a día son muchos los centros educativos que han quedado obsoletos y tienen problemas de mantenimiento. "Hay centros que no pasarían un examen de eficiencia energética", subraya Jesús Martín, dirigente de UGT, que subraya que aún hay demasiados escuelas donde hay pérdida de frío y de calor, con aulas "no preparadas para soportar altas temperaturas". Mobiliario anticuado, equipamientos insuficientes (por ejemplo, un solo lavabo de profesores en un edificio de tres plantas), ventanas con aislamiento deficiente y ausencia de aire acondicionados son situaciones que aún sufren alumnos y profesores. "Está muy bien impulsar proyectos nuevos, pero ello implica una gran inversión. Y actualizar los centros actuales también requiere mucho dinero", advierte Martín. La propia directora del Montgròs, que celebra el acierto del nuevo documento guía, advierte de que se requerirán recursos importantes para adaptar todos los centros actuales.

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