El auge de la Formación Profesional en Catalunya

La Generalitat adelantará un mes la preinscripción de FP para evitar el caos de este año

Alumnos del Instituto Bonanova, durante unas prácticas.

Alumnos del Instituto Bonanova, durante unas prácticas. / Zowy Voeten

Montse Baraza

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Esta es la legislatura de la Formación Profesional. Lo asegura el ‘conseller’ d’Educació, Josep Gonzàlez-Cambray. Y es que cada vez más alumnos de cuarto de ESO eligen ya los ciclos de grado medio, y no el bachillerato, como vía para continuar sus estudios. Pero esta apuesta de los jóvenes por la FP, de la que todos los sectores implicados se sienten orgullosos, no ha ido acompañada de una buena orientación ni de una planificación. Fue la falta de previsión la que dejó el año pasado a 12.611 jóvenes sin la plaza que querían y obligó a Educació a salir del paso con la ampliación de 3.081 plazas --creando nuevas y aumentando ratios-- y con un proceso de preinscripción extraordinario que se alargó hasta octubre. Al final, no se puede decir que faltaran tantas plazas, porque en octubre quedaban 1.422 vacantes. Pero sí que 381 personas no pudieron cursar los estudios que querían. 

Y es que otro factor que afectó ese proceso fue el aumento de la demanda por parte de personas mayores de 20 años, que se querían reenganchar a la formación. Un 50% de las preinscripciones a un ciclo medio fueron de este colectivo.

Cambray quiere que este año la preinscripción no sea tan caótica como el pasado. Y por ello prepara cambios. El primero, avanzar un mes el proceso: marzo en lugar de abril. Los centros educativos y los sindicatos no son muy optimistas y visualizan un escenario similar al del año pasado. Avisan a Educació de que ya llegan tarde para hacer lo más importante: una buena orientación basada en la prospección de las necesidades del mercado laboral

Preinscripción un mes antes

La premura de tiempo, coinciden en los centros consultados, deja poco margen de actuación. "Avanzar un mes el proceso irá bien a efectos de organización burocrática y de poder reaccionar a la demanda, pero poco más", apuntan. No servirá, dicen, para hacer lo importante: orientar al alumnado y equilibrar su elección con las necesidades productivas de Catalunya. Y ello, concluyen, no tiene por qué suponer necesariamente un aumento de plazas. 

Así, el plan de avanzar un mes la preinscripción despierta dudas. "Obligas a los jóvenes, muchos de los cuales no tienen claro qué hacer, a decidir antes", apunta Montse Blanes, directora del Instituto Bonanova, centro de referencia en el ámbito sanitario. "Ayudará a planificar, pero solo en función de la demanda de los alumnos, no de las necesidades reales", añade. Y aquí urge al Govern a hablar con los sectores implicados. En la misma línea, Alberto Vila, director del Institut Tecnològic de Barcelona (centro referente en Informática y Comunicaciones), admite que adelantando un mes la preinscripción, la Administración gana tiempo de maniobra para ver dónde se pueden crear plazas, pero poco más.

La clave, la orientación

La clave de todo, y aquí también coincide Gonzàlez-Cambray, es la orientación. Orientar al alumnado de la ESO para evitar que la demanda sature ciertos ciclos y deje desatendidos otros donde sí hay necesidad por parte de las empresas. Y para que los alumnos saquen partido a sus habilidades y tengan claro qué van a estudiar. 

Hay que orientar también a aquellos mayores de 20 años, que quizás no tienen porqué acabar en un ciclo formativo, sino que pueden optar por un curso de acreditación de competencias, por un certificado de profesionalidad o por una formación ocupacional. De este modo, este colectivo de mayores de 20 no copará unas plazas en principio pensadas para los jóvenes de 16. Por aquí irá Educació, que quiere que todo el alumnado de cuarto de ESO que desee hacer un grado medio tenga la plaza garantizada en la familia profesional que elija. 

"Ya vamos tarde"

Pero una buena orientación no se hace en unos meses. "Ya vamos tarde", avisan los centros, que insisten en que ese trabajo "no se hace en un año. Y no se debe hacer solo en 4º de ESO, sino que tiene que ser un trabajo continuado a lo largo de toda la secundaria e incluso antes", explica Miquel Tarazona, jefe de estudios de FP del instituto Joan d’Àustria de Barcelona. "Si hubiera más inversión en orientación, mejoraría todo el sistema y se aprovecharían más los recursos", dice.

El mismo diagnóstico hace Vila, que subraya que incidir en la orientación es una tarea "a medio o largo plazo. No se resuelve en un año". "En orientación, vamos tarde. Se ha de hacer desde 1º de ESO y no se resuelve en un año". "Hay que impregnar toda la ESO, e incluso la primaria, del mundo del trabajo", apunta Blanes.

Urge la prospección del mercado laboral

Y para realizar una buena orientación hace falta, además de más orientadores de los que hay, un trabajo previo de prospección del mercado laboral para saber qué necesitan las empresas. En estos momentos, este mapa de la demanda no existe. Y ello a pesar de que su elaboración se incluye en la Ley de Formación y Cualificación Profesional de Catalunya, aprobada en 2015 y que debía estar totalmente desplegada en tres años. "Este mapa hace 6 años que debía estar. Es urgente tenerlo para hacer una buena planificación", denuncia la responsable de Educación del PSC, Esther Niubó.

Sindicatos y patronales llevan desde 2018 reclamando el despliegue de la ley. No fue hasta el pasado marzo que se constituyó la Agencia Pública de Formación y Cualificación Profesionales de Catalunya (FPCAT), que será el cerebro de todo el sistema de la nueva FP. Cuenta con un presupuesto de 22 millones de euros y ya tiene sobre la mesa planes de acción enfocados a 2023. Este año, ya a contrarreloj, tratará de salvar la situación e intentar evitar que se repita el caos.

Desde la agencia FPCAT se comparte el diagnóstico de los centros pero ya se admite que para este curso no podrá haber una orientación en las condiciones que serían necesarias. Lo intentarán salvar con el avance de la preinscripción --que les permitirá ver un poco antes por dónde va la demanda-- y con la puesta en marcha esta semana de una campaña para facilitar que mayores de 20 años con experiencia laboral accedan, como alternativa a un ciclo, a un certificado de acreditación de competencias. Para 2023 sí tienen un proyecto ambicioso cara al déficit de orientación: Un Salón de la FP similar al Saló de l'Ensenyament pero centrado únicamente en la Formación Profesional. Un certamen que quiere emular al exitoso Mondial des Métiers de Lyón (Francia).

¿Hay que crear nuevas plazas?

Educació trabaja para garantizar que todos los alumnos de cuarto de ESO que quieran cursar un grado medio de FP tengan plaza asegurada en la familia profesional que desean. Y aquí llega la gran pregunta: ¿Faltan plazas? ¿Hay que crear nuevas plazas? Montse Blanes no lo tiene tan claro. "¿Crearán tantas plazas de auxiliar de enfermería como demanda de alumnos haya? ¿Podremos encontrar prácticas --que son obligatorias-- para todos ellos? ¿El mercado podrá absorber luego a tantos profesionales?". Son interrogantes que plantea y que deberían servir también para planificar la FP.

Blanes cuestiona que la solución sea el aumento de plazas. En primer lugar, porque quizás en el mercado no hay demanda de tantos profesionales. Sobre el aumento de plazas del curso pasado, opina que "nos hemos pasado de frenada". "No creo que se tengan que crear más plazas de auxiliar de enfermería", añade. Insiste en plantear si "alguien se ha preguntado si habrá prácticas para todos, si habrá empleo para todos, si habrá plaza en un Grado Superior para todos?". Y advierte: "Alerta con abrir líneas por abrir, solo porque la gente lo pide". Urge al Govern a "hablar con los centros y con las empresas". 

Miquel Tarazona opina que "en conjunto, sí hay suficientes plazas". "Pero si queremos que todos estudien lo que quieren, quizás sí que hacen falta más plazas. Lo que sucede es que a veces las necesidades del mercado laboral no coinciden con el interés del alumnado. Por eso hay que orientarles. Y hay que decidir si fomentamos que estudien lo que quieran o lo que se necesita. Hay que equilibrar estos dos factores", explica Tarazona. 

"Ojo con dar respuesta inmediata"

En la misma línea, Alberto Vila cree que ya hay una oferta importante de plazas, y que en diciembre o enero, cuando muchos alumnos se dan de baja, quedan vacantes. "No es una cuestión fácil de resolver", admite. "Se puede aumentar la oferta para dar respuesta inmediata a la demanda, pero luego quedarán plazas sin cubrir", dice. "Ojo con dar respuesta inmediata a una demanda porque después quedan plazas vacías", advierte. "La solución no es crear todas las plazas que se pidan", concluye. 

La directora del instituto Miquel Biada de Mataró, Teresa Comas, pone el acento en la necesidad de equilibrar las demandas de los jóvenes con el mercado laboral e insiste en que fijar esas necesidades productivas se debería hacer a largo plazo, a 10 años vista. "Crear plazas sí, pero ver dónde son necesarias" porque, señala, al final, lo que todos los alumnos quieren es un puesto de trabajo.

Jesús Martín, responsable de FP de UGT, afirma que el Govern tiene que "ponerse las pilas ya con la prospección" e investigar las demandas de las empresas. "Hay ciclos formativos de moda o de hobby que no tienen ocupabilidad. En cambio, se han tenido que cerrar cursos porque no había demanda de alumnos, aunque sí de las empresas. Por ejemplo, de Edificación y Obra Civil. Hay que sincronizar esto ya".

La oferta pública

Los sindicatos introducen un matiz: ¿hay suficientes plazas públicas? El responsable de Educación de CCOO, Rodrigo Plaza, asegura que no. En el conjunto de Catalunya, dos tercios de las plazas son públicas, y un tercio, privadas. Sin embargo, en el área metropolitana estos porcentajes se invierten. “En Barcelona, por ejemplo, solo 3 de cada 10 alumnos están en un centro público. El resto, paga un centro concertado o privado”. 

Por su parte, Martín cree que en ciclo medio serían necesarios 400 grupos de 30 plazas cada uno: los 200 que se crearon este curso pasado y otros 200 para este próximo. También 400 profesores y 400 psicopedagogos para labores de orientación. Exige también transparencia: informar desde el inicio del número de plazas ofertadas.

A la oferta de FP del próximo curso se podría añadir, si todo va bien, la de los ciclos de grado medio y superior del nuevo centro de FP Integral de Martorell. La Generalitat tiene previsto adjudicar la gestión de este equipamiento el próximo enero. 

El problema del grado superior

Un segundo frente relacionado con el aumento de plazas de grado medio tiene relación con la continuidad de estos estudios. Ya que, en el caso de que los alumnos quieran seguir estudiando, no tienen garantizada la plaza en el grado superior, donde no hay tantas plazas como en el grado medio. Y el sistema de preinscripción no ayuda: actualmente, un 60% de plazas de grado superior están reservadas para alumnos de bachillerato, solo un 20% para quienes vienen de un grado medio y otro 20% para otras vías (universitarios, por ejemplo). “Este reparto no corresponde a la realidad actual. Responde a un patrón de hace 20 años. Hay que revisarlo”, reclaman los centros.  

Presupuesto de 37,7 millones

Para dar impulso a la FP, Educació tiene en los presupuestos para 2022 una partida de 37,7 millones de euros (31 más que en 2020). Este importe sufragará la creación de 182 nuevos grupos en centros públicos, 743 nuevos profesores, formación, renovación de maquinaria y de equipamientos. UGT cifra la cantidad mínima necesaria en 130 millones de euros.

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