Covid-19

Los hombres transmiten más el coronavirus que las mujeres

Un estudio concluye que ellos emiten un 34% más aerosoles que ellas

Al cantar se producen un 77% más de estas partículas que al hablar

Estornudo coronavirus

Estornudo coronavirus / FARO DE VIGO

Juan Ruiz Sierra

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Los aerosoles, esas pequeñas partículas que pueden quedarse minutos e incluso horas flotando en el aire con carga vírica e infectar a quien las inhale, continúan siendo objeto de intenso debate, casi dos años después del inicio de la pandemia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) tardó meses en reconocer su impacto en la expansión del covid, y ahora la transmisión por vía aérea en interiores está universalmente aceptada, pero sigue sin saberse con exactitud cuántas de estas partículas virales se deben inhalar para resultar infectado. Un reciente estudio, sin embargo, ha logrado calcular por qué es más fácil contagiarse cuando se canta que cuando solo se habla, y por el camino ha llegado también a una conclusión distinta, pero tan o más relevante: los hombres tienen más capacidad de transmitir el virus que las mujeres. 

La virología, como tantas otras disciplinas, adolece de una falta de perspectiva en este terreno. Solo el 4% de los estudios sobre el covid tiene en cuenta las diferencias entre los sexos biológicos, según denunció a principios de verano la revista ‘Nature’. Aun así, desde la primera ola se sabe que ellos tienen más posibilidades de morir por el coronavirus que ellas. Lo que prueba la nueva investigación, realizada por la Universidad de Colorado y publicada la semana en Environmental Science and Technology, es el papel de los hombres a la hora de propagar la infección.  

El estudio, que colocó a 63 individuos sanos de entre 12 y 62 años en cámaras de ensayo y les hizo entonar ‘Cumpleaños feliz’ y leer un extracto del libro infantil ‘The beautiful caterpillar’ (‘La bella oruga’), llega a tres relevantes hallazgos. Al cantar se emite un 77% más aerosoles que al hablar. Los adultos producen un 62% más de estas partículas que los menores. Y los hombres expulsan un 34% más que las mujeres, siendo por tanto su capacidad de contagio mucho mayor. Aun así, un adulto puede producir más partículas en una conversación normal que un niño de 12 años, pero si el mismo niño canta o grita su emisión será similar. Pese a la novedad de la conclusión, los motivos de esta importante diferencia son muy sencillos de explicar: ellos suelen tener los pulmones más grandes que ellas. 

El brote de la clase de coro

Los investigadores no tenían pensado llegar a un hallazgo de este tipo. Pretendían poner a prueba si los cierres de salas de concierto, teatros y óperas aprobados en medio mundo habían sido medidas adecuadas y proporcionadas, y también dar una explicación a sucesos como el ocurrido en una clase de coro en el estado de Washington en marzo de 2020. Solo uno de los integrantes del grupo tenía síntomas, que atribuyó a un resfriado común, pero 53 de los 61 asistentes salieron de allí contagiados. Tres tuvieron que ser hospitalizados; dos murieron. 

¿Tuvo la culpa el canto? Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC) concluyeron que tuvo que mucho que ver. Desde entonces, como explica el novedoso trabajo que prueba las diferencias entre sexos a la hora de propagar el virus, “varios estudios han analizado las emisiones de aerosoles cuando se respira o se habla, grita o canta, con el volumen teniendo un importante papel en esas emisiones”. Sin embargo, continúa la investigación, esos estudios “tenían muestras pequeñas y un alcance limitado”.

Los autores del trabajo colocaron a los participantes (todos eran cantantes, actores, bailarines o músicos que tocaban instrumentos de viento) en las cámaras de ensayo, pidiendo que cantaran ‘Feliz Cumpleaños’ y recitaran un pasaje de ‘La bella oruga’ durante cuatro minutos, de forma interrumpida, tanto con mascarilla como sin ella. Tras las preceptivas mediciones, la conclusión no admitió ninguna duda: cantar tenía más riesgo que hablar, la capacidad de emitir aerosoles de los adultos era mayor que la de los menores y los hombres contagiaban más que las mujeres. El estudio, por último, concluye que la decisión de cerrar espectáculos durante un tiempo fue acertada.