La tlayuda mexicana se impuso al ceviche peruano en campeonato gastronómico de Netflix

El fútbol no es lo único que desata pasiones en las personas alrededor del mundo. También lo hace la comida cuando esta representa parte de la cultura y tradición de un país.

Ya sea con picante o sin ella, con jugo de limones y sal o cocinados a la brasa, los potajes que se cocinan en las calles o en pequeños espacios de los mercados tiene una mística especial, además del sabor casero, que los comensales de a pie aprecian y valoran. Y Netflix lo puso a prueba.

La plataforma de streaming, a raíz del estreno de la serie Street Food Latinoamérica, organizó un campeonato gastronómico en Twitter donde participaron seis países, cada uno con un plato popular.

En un inicio se enfrentaron el choripán de Argentina con el acarajé de Brasil; el ajiaco de Colombia con el ceviche de Perú; y la tlayuda de México con el relleno de papa de Bolivia.

Entre gustos y disgustos, las votaciones en la red dieron como finalistas a Argentina, Perú y México. Al final, México probó la miel de la victoria con el tlayuda al lograr 46.8% de las votaciones. Con muy poco margen, Perú aceptó con desazón el segundo lugar con el 45.3%.

Muy, pero muy relegado quedó el país que vio nacer a Messi al ser apabullado en esta lid gastronómica obteniendo el 7.9% de los 802.095 votos contabilizados.

Tlayuda, sabor oaxaqueño

Abrimos el recetario mexicano y exploramos en las entrañas del tlayuda (o clayuda) para conocer desde adentro qué lo hace tan apetitoso ante el mundo.

Para empezar esta comida es originaria de Oaxaca. Y como dicen en dicha ciudad “visitar Oaxaca y no comer un tlayuda, es como no conocer Oaxaca”.

La tlayuda es una generosa tortilla de maíz que suele tener un diámetro de 30 centímetros o más, similar a una pizza. Esta se dora sobre una plancha lo que le brinda mayor dureza que a una tortilla convencional, con una consistencia quebradiza y correosa. Gracias a su espesor y cocimiento, pueden conservarse durante largos períodos de tiempo.

Y aquí viene lo bueno. Se le pone aceite o manteca de cerdo y se le agrega quesillo –conocido como queso Oaxaca–, lechuga, carne salada asada o cecina de res, salsa picante. Finalmente, la tlayuda se coloca sobre el anafre a que se tueste y quede crujiente.

Ceviche, el alma de Perú

El rival que estuvo a punto de ganarle es uno de los platos insignia de Perú. Ceviche, seviche o cebiche (se puede escribir de varias formas, pero el sabor es el mismo), está hecho a base de pescado fresco, sal, limón, ají y tiras de cebolla morada.

El reconocido cheff peruano, Gastón Acurio, resume así este refrescante plato: "El cebiche lo cura todo: resacas, nostalgias, heridas, enemistades, desconfianzas, distancias, malos entendidos, derrotas. También lo celebra todo: reencuentros, victorias, ascensos, exámenes finales, graduaciones, liberaciones. No hay duda. El cebiche en el Perú, no es una receta. Es un sentimiento”.