La metamorfosis de la gran ciudad

La metamorfosis de la gran ciudad

Calle Valencia de Barcelona reordenada por la pandemia

Calle Valencia de Barcelona reordenada por la pandemia / periodico

Gemma Tramullas

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La primera condición de la ciudad ideal “es la salud de sus habitantes”. La cita de Aristóteles tiene algo más de 2.300 años y se ha vuelto a imponer en la agenda mundial. Pero esta vez no ha sido mediante un gran pensador, sino por un organismo que mide 0,0000125 milímetros.

El Covid-19 encuentra su razón de ser en las aglomeraciones y los espacios cerrados y, dado que el 55% de la población mundial vive en ciudades (en 2050 será el 68%, según la ONU) y que este virus parece empeñado en quedarse, centenares de expertos de los cinco continentes están debatiendo qué futuro le espera a la urbe global. Después de décadas de actuaciones a nivel macro, se acelera la tendencia hacia lo micro y lo local.

Un 'urbicidio'

“El Covid-19 y las políticas homogéneas de confinamiento están provocando un urbicidio”, alertaba el urbanista ecuatoriano Fernando Carrión en el Ciclo de Debate de Cooperación Descentralizada y Covid-19—. Existe una fobia al ágora. Se está estigmatizando y criminalizando el espacio de interacción social y con él a los sectores populares”.

Durante este encuentro virtual impulsado por el Observatorio de la Cooperación Descentralitzada de la Diputació de Barcelona y la Alianza Latinoamericana de Ciudades, Carrión avanzó que “aparecerán nuevos principios fundamentales para el urbanismo y probablemente una nueva ciudad”. También planteó tres ejes de debate: la ciudad compacta o dispersa, la ciudad física o virtual y la ciudad o los vecindarios.

El proyecto de Anne Hidalgo

En Europa destaca el proyecto de “la ciudad de los 15 minutos” de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Tras la experiencia del confinamiento conectado, la idea es que los ciudadanos puedan satisfacer sus necesidades básicas de alimento, trabajo, educación, cultura, ocio, etc. desde casa o sin desplazarse más de 15 minutos a pie o en bicicleta.

Menos movilidad obligada implica no solo menos riesgo de infecciones, sino también menos contaminación y menos estrés. Más de 3.700 personas han muerto desde 2010 en Barcelona por la contaminación y durante dos meses muchos barceloneses han podido respirar aire limpio por primera vez en su vida. Más allá de aumentar los carriles bici y las terrazas, el Ayuntamiento también tiene una visión de la ciudad del futuro basada en las conocidas superillas y en línea con el lema De la smart city a la slow city.

“Estamos ampliando el concepto de la superillaDe la unidad del barrio pasamos a la de la superilla, donde están integrados todos los servicios básicos: atención sanitaria y social, vivienda, comercio, espacio público, ocio… La idea es que se cree un microclima, como en Sant Antoni. Esto para la gente mayor es ideal. Vamos hacia lo local, hacia lo pequeño, a generar espacios de interrelación y gestión comunitaria que generen red”. Comparada con París, bromea Sanz, Barcelona sería “la ciudad de los 5 minutos”.  

Un manifiesto con 1.300 firmas

La alcaldesa Ada Colau se encuentra emparedada entre los lobis empresariales que presionan para volver lo antes posible a la normalidad (sobre todo el del automóvil y la restauración) e iniciativas ciudadanas como el <em>Manifiesto por la Reorganización de la Ciudad Tras el Covid-19</em>, que pide “devolver la ciudad a las personas, reorganizar la movilidad, (re)naturalizar y desmercantilizar la ciudad”. El texto, que lleva reunidas 1.300 firmas, también advierte de la necesidad de garantizar las libertades individuales y colectivas en un contexto propicio “al control social”.

Aunque no todas las ciudades comparten el mismo nivel de entusiasmo hacia la conexión 5G, el internet de las cosas, la inteligencia articial, los centros de datos, el comercio electrónico y el teletrabajo, el papel de la tecnología también es clave en la ciudad posCovid.  

La ministra Reyes Maroto considera que “el turismo será la clave de la recuperación económica”, pero los 34 millones de turistas al año que recibía París, los 50 de Nueva York o los 12 de Barcelona se verán drásticamente reducidos  durante una larga temporada. Las grandes marcas ya se están readaptando y en este proceso incluso podrían abrirse espacios de encuentro con el activismo vecinal.

Regreso a la autenticidad

En este sentido, el reponsable de la entidad privada Barcelona Global, Mateu Hernández, afirma: “Los expertos internacionales dicen que habrá un retorno a una cierta autenticidad de los destinos, en lugar de la situación actual en que las mismas marcas se encuentran en todas partes. Las ciudades auténticas volverán a salir ganadoras y Barcelona seguramente estará en esta liga”.

Las ciudades han tomado el relevo de los estados en la reconstrucción tras la pandemia, pero se necesita más financiación y nuevos sistemas de gobernanza basados en la cooperación entre Estado, autonomías y gobiernos locales y también entre ciudades. “El mundo local hoy es actor principal y es absolutamente necesario que se incorporen de manera estratégica en la definición del plan de reactivación”, declaró el presidente de la Generalitat, Quim Torra, tras anunciar la creación de una mesa bilateral con alcaldes y diputaciones.

En sociología, el concepto de las consecuencias no intencionales de la acción describe cómo a veces una actuación humana orientada a un objetivo determinado puede tener un resultado imprevisto. Nadie esperaba que la reurbanización de la plaza del Macba convirtiera el corazón del Raval en una pista de skate, por ejemplo. Es imposible prever la magnitud de los cambios en las ciudades posCovid y tampoco se puede descartar que al final se produzca un éxodo rural.

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