CRISIS SANITARIA INTERNACIONAL

Empleados del geriátrico de Capellades: "Hemos trabajado estando enfermos"

Miembros del Ejército desinfectan una residencia de ancianos en Huelva.

Miembros del Ejército desinfectan una residencia de ancianos en Huelva. / periodico

Elisenda Colell

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Trabajadores de la residencia Consorts Guasch de Capellades (Anoia), donde ya han muerto 12 ancianos por coronavirus, rompen el silencio para EL PERIÓDICO. Denuncian que no tienen suficiente material de protección y que antes de que se conociera el alcance del brote fueron a trabajar enfermos. Quieren dejar claro que los abuelos están bien atendidos, pero lamentan que el trato a los cuidadores es "aberrante". "La palabra virus no se puede decir", exponen.

"Hace un mes que veíamos que había algo que se nos estaba yendo de las manos, pero nadie lo sabía relacionar con el coronavirus", detalla M.R.T, una auxiliar de enfermería de la residencia Consorts Guasch de Capellades, uno de los centros que más ha sufrido la pandemia del coronvirus. Ella, junto a "otras compañeras" y a varios abuelos, enfermó en los días previos al confinamiento de Igualada. "Nadie nos dijo que era por el virus y fuimos a trabajar, muchos aún lo estamos haciendo", expone.

Según su relato, en febrero ya había enfermos con fiebre en el geriático y el día 28 de aquel mes los trabajadores pidieron medidas preventivas contra la pandemia, viendo la situación en China pero "sin temer que el virus pudiera haber llegado al centro". "Hasta que el ayuntamiento informó de las primeras muertes por coronavirus, nosotros no sabíamos nada", relata esta empleada. Los trabajadores no descartan presentar una denuncia a la fiscalía: "Queremos saber desde cúando empezó el brote". Y es que intuyen que la enfermedad se fue propagando por el centro sin ningún tipo de control.

Con bolsas de la basura

Si bien los trabajadores están respetando todos los protocolos para tratar de no infectar a los abuelos, y "dando el mayor cuidado posible", la situación con los empleados no es recíproca. "Es aberrante", tacha esta trabajadora. Hace 10 días que cuentan con material de protección. Pero se agota. "Lo estamos lavando y reutilizando entre nosotros, como parece que no va a llegar más, nos están dando bolsas de plástico para protegernos", cuenta.

Y no solo eso, desde que empezaron a conocerse el elevado número de muertos en el centro, los trabajadores se tenían que lavar la ropa en su propia casa. Dan las gracias a CCOO, que "intervino" en el asunto y desde entonces la residencia les permitió lavar la ropa de trabajo en el geriátrico. Sin embargo, los temores entre los cuidadores se extienden cada vez más. "Tenemos mucho miedo de estar contagiando el virus a nuestras familias, tenemos abuelos, niños pequeños...", lamenta la auxiliar con la voz entrecortada. 

Sin embargo, lo que peor llevan los trabajadores, aparte del riesgo de contagio, es la angustia en la que viven los familiares "Hace dos semanas que no pueden entrar en la residencia, estamos tratando los abuelos lo mejor que podemos, pero nos solidarizamos con ellos, es un momento muy duro", explica claramente emocionada la trabajadora. Dentro del centro no se habla ni de coronavirus, ni de virus, ni de pandemia. "Son palabras que no se pueden usar", explica.

A fecha de hoy, según los trabajadores, no saben quién tiene el virus y quién no. Hay 20 empleados de baja en sus casas, 10 abuelos en aislamiento en una planta con síntomas evidentes, y dos más en la uci. A estos, "hace dos días" les hicieron la prueba del covid-19. Los restultados? "No los sabemos", responde.