ORGULLO 2019

"Me parecen bien los homosexuales, pero..."

El colectivo LGTBI rebate con argumentos los discursos de odio propagados por bulos o desinformación

Un asistente a las fiestas del Orgullo en Madrid se protege del sol, el miércoles.

Un asistente a las fiestas del Orgullo en Madrid se protege del sol, el miércoles. / periodico

Olga Pereda

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“Perfecto que celebren el día del Orgullo gay, pero ¿y el día de las personas heterosexuales?”. “Me parece genial que hayan conseguido más derechos, pero ¿qué más quieren?”. “El colegio es para educar, pero no para adoctrinar con ideologías de género”.

Tres frases. Tres ejemplos de discurso contra la población LGTBI (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales). La persona que las pronuncia empieza dejando claro respeta las opciones sexuales de cada uno. Pero va seguido de un “pero”. Según la FELGTB (Federación Estatal LGTB) se trata de discursos de odio. Y han decidido combatirlos con la mejor medicina: Argumentine, un “fármaco 100% eficaz contra el síndrome del pero”. Argumentine no son pastillas. Son “buenos argumentos” para luchar contra la homofobia camuflada. Muchos de estos argumentos se escucharán mañana en la gran manifestación que recorrerá -para desesperación de VOX- el centro de Madrid.

“Nos encontramos en un momento en el que la llegada de los discursos de odio a la esfera pública, unida a la desinformación de gran parte de la población acerca de la realidad de las personas LGTBI, está reabriendo debates históricamente superados sobre los derechos del colectivo”, explica Uge Sangil, presidenta de la FELGTB. En su opinión, existe una patología que amenaza a la población española: el síndrome del pero, “que está haciendo que algunas personas se planteen dudas con respecto a la necesidad de apostar por una sociedad igualitaria donde todas las personas tengan los mismos derechos”.

El colectivo LGTB no solo responsabiliza a determinados partidos políticos por  propagar discursos de odio con “peros” incluidos. También a muchas personas de la calle que, quizá sin ser plenamente conscientes de ello, se dejan llevar por “bulos o desinformación” y contribuyen a la difusión de estos mensajes.

La campaña -lanzada con varios meses de antelación a las celebraciones del Orgullo- hace hincapié en varios ejemplos del síndrome del pero.

Que no lo llamen matrimonio

Hace 14 años que España se convirtió en el cuarto país del mundo en reconocer el derecho de los homosexuales a unirse en matrimonio civil. En 2019, sin embargo, todavía se escucha esta frase: “Acepto que se emparejen, pero que no lo llamen matrimonio”. Ante este “discurso de odio”, el medicamento Argumentine creado por la FELGTB asegura que llamar de otra manera al matrimonio entre personas del mismo sexo implicaría hablar de una categoría diferente. “Si toda la ciudadanía es igual según la Constitución Española, debe ser tratada en igualdad y esta sólo se puede conseguir llamando de la misma manera a lo que es lo mismo”.

Que no adoctrinen en el cole

“El colegio es para educar, pero no para adoctrinar con ideologías de género”. Ante semejante comentario, la FELGTB recuerda que “no se trata de una ideología sino de educar en valores como la igualdad y el respeto”. Según sus datos, más de la mitad de la juventud LGTBI sufre acoso escolar debido a su orientación sexual o su identidad de género. De las personas acosadas, más de la mitad han pensado en el suicidio.

¿Qué más quieren?

“Me parece genial que hayan conseguido derechos, pero ¿qué más quieren?”, es otro ejemplo. El colectivo LGTB reconoce que sí, que se ha avanzando mucho en los últimos años, pero la igualdad real no existe. Al menos, de momento. Un informe de la Federación de 2017 constata 600 incidentes de odio contra personas LGTBI. Y otro dato: una amplia mayoría de personas transexuales (85%) no tiene empleo. Precisamente contra los transexuales va dirigido otro de los comentarios que se suele escuchar de boca de determinados políticos y también en la calle: “Entiendo que se cambien de sexo, pero no que lo tenga que pagar yo”. Las píldoras Argumentine rebaten esta premisa y recuerdan que no hablamos de un retoque estético sino una necesidad. “Es una decisión para la que se necesita mucho valor y que dada la falta de aceptación de la sociedad puede acarrear desde la pérdida del empleo hasta rupturas con familiares y amistades”.

¿Y el día de los heterosexuales?

En pleno debate político sobre la manifestación de mañana en Madrid, hay muchas personas que sueltan: “Perfecto que celebren el día del Orgullo gay, pero ¿y el de las personas heterosexuales?”. Las píldoras Argumentine responden dos cosas. Primera, que no es el Orgullo gay sino el Orgullo LGTBI. El Orgullo es más que una fiesta, es una reivindicación que tiene que ver con los derechos humanos. El objetivo es empoderar a las personas LGBTI para “reivindicar las libertades que se les niegan, así como el uso del espacio público”. “Tener visibilidad es fundamental porque lo que no se nombra, no existe”. La misma respuesta sirve para rebatir el último comentario homófono: “Entiendo que cada cual tenga su orientación sexual, pero que lo hagan en su casa”. Los derechos además de conquistarlos, hay que defenderlos, concluye la FELGTB. “Hasta 1990 la Organización Mundial de la Salud no eliminó a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. La transexualidad se eliminó en 2018”.