ABUSOS SEXUALES EN LA IGLESIA

Audio: "Sus propios compañeros de Montserrat lo pasaban de largo", declara una víctima de abusos de Andreu Soler

J. R . Martínez, la tercera víctima que relata abusos de un religioso de Montserrat, recuerda que era "vox populi" que tenía "las manos muy largas"

Audio: el testimonio la tercera víctima de abusos en Montserrat

Audio: el testimonio la tercera víctima de abusos en Montserrat / EL PERIÓDICO

Guillem Sànchez

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J. R. Martínez, la tercera de las personas que ha manifestado haber sufrido abusos sexuales por parte del monje de Montserrat Andreu Soler, ha relatado de nuevo en un audio su testimonio para la la web de EL PERIÓDICO, 24 horas después de la entrevista en que reveló los hechos. Su testimonio se refiere a lo sucedido en 1971, cuando trabajaba en el monasterio, en un episodio en el que fue objeto de tocamientos, en un contexto similar al relatado por otras dos personas, Miguel Hurtado, que relató estos abusos sucedidos entre 1997 y 1998 a este diario y en el documental 'Examen de conciencia', emitido por Netflix y dirigido por Albert Solé, y Ricard Zamora, que ha explicado su caso en el diario 'Ara'. El portavoz de Montserrat ha declarado hoy que se trasladará la información disponible sobre estos dos últimos casos, de los que ha asegurado no haber tenido conocimiento previo, a la comisión de investigación que ha creado. 

Esta es la transcripción de las declaraciones: "Para un medio joven, adolescente, que alguien empiece a meterte mano pues te crea un sentimiento de indefensión. Y eso un poco fue lo que me ocurrió en aquella época en Montserrat. Un día, porque a partir de ahi ya no volví a visitar este lugar ni a tener ninguna relación con este monje benedictino.

Los trabajadores de Monsterrat teníamos un monje que era un poco  el coordinador de las relaciones más o menos religiosas o de amistad, que era el Germà Andreu. Entonces hacíamos unos ejercicios de meditación o de juntarnos y de estar juntos y conocernos y todo eso. De crear camaradería. E íbamos a una ermita donde allí comíamos, hablábamos y nos conocíamos y luego cada uno dormía... Había muy pocas camas y dormíamos lo mismo dos y dos, o tres y dos. Y a mí esa noche me tocó, o ya directamente el Germà Andreu me dijo que tenía que dormir con él en una camita que había. Y ya está. Lo que pasa es que empezó con tocamientos y todas esas cosas. Y eso fue todo. No fue un caso de violencia, sino de una manera digamos... [¿sigilosa?] sí, sigilosa. Yo por cómo era el Germà Andreu, por sus formas, por su estilo, y luego por los comentarios entre los jóvenes que cuando decían '¿has ido a la ermita?' y la gente se reía y decía "no, que ese es un..., que tiene las manos muy largas".

Era vox populi entre los jóvenes que era un poco así.  Lo que pasa es que en aquella época un monje tenía mucho poder y nadie reclamaba, y sus propios compañeros de Montserrat lo pasaban de largo, no le daban importancia o yo qué sé. Esa es mi impresión.

Yo quiero decir que estas declaraciones que estoy haciendo 40 años después las hago por mi compromiso con la convivencia y el respeto a las personas, sin caer en el espectáculo, sin caer en el daño a nadie, ni a instituciones ni a personas".