El enigma del pantano de Susqueda conmociona al Maresme
Guillem Sánchez
Redactor
Periodista de sucesos. Antes trabajé como redactor de sociedad en la Agència Catalana de Notícies (ACN).
Profesor asociado en la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna.
Libros Publicados: 'El Estafador' (Editorial Península) y 'Crónica del Caso Maristas' (Ediciones B).
Guillem Sànchez / Arenys de Munt
La desaparición de Marc (Arenys de Munt, 23 años) y Paula (Cabrils, 21 años) en el pantano de Susqueda cada vez acumula más interrogantes y despeja menos incógnitas. Marc es monitor de las 'Catecolònies' de Arenys de Munt, unas convivencias que se miman en la localidad y en las que participan casi todos los pequeños. Estudia Ingeniería Forestal y junto a sus padres y su hermana formaban la banda En Família cada 21 de junio para participar en las actuaciones que se montan en la población con motivo del Día Mundial de la Música. Paula, hija de una maestra de Cabrils y residente en una casa del barrio de La Gleva, está lo bastante unida a sus amigos como para que ahora ellos viajen cada día hasta el embalse para encontrarla. Son dos jóvenes "responsables" que estaban completamente arraigados en la vida de sus pueblos. Que hayan decidido esfumarse voluntariamente es cada vez una opción más inverosímil.
Seis días de silencio
La pareja explicó el pasado jueves que se iba de excursión al pantano de Susqueda para practicar con un kayak. Pero nadie ha vuelto a saber de ellos. Su Opel Zafira ha aparecido en el fondo del embalse y fue reflotado el martes. En su interior, durante la inspección ocular, los Mossos d'Esquadra encontraron una piedra que podría haberse utilizado para mantener presionado el acelerador del coche sin necesidad de ningún conductor. También recuperaron enseres y su documentación personal. Los investigadores hallaron una nota escrita a mano con reflexiones que tienen en cuenta para resolver por qué se han desvanecido. En ningún caso puede hablarse de nota de suicidio.
El lugar por el que cayó el vehículo hasta el embalse es tan escarpado que resulta difícil que la caída fuera accidental. El hecho de que ni dentro del coche, ni tampoco a su alrededor, haya aparecido ningún cuerpo, va también en contra de esta posibilidad. El rastreo de los buzos, a pesar de que la visibilidad con la que trabajan los submarinistas que siguen peinando el fondo donde fue hallado el Opel Zafira -a unos seis metros de profundidad- es muy mala, es exhaustivo. Ya deberían haber aparecido. Por estos motivos la hipótesis de que los jóvenes hubieran sufrido un accidente está casi descartada. Además, los hallazgos de la piedra dentro del coche y del kayac -pinchado y medio sumergido por el peso de piedras colocadas estratégicamente- refuerzan la posibilidad de que alguien tratara de hundirlos intencionadamente en las aguas del pantano.
Colaboración ciudadana
Los Mossos distribuyeron el martes por la tarde, tras estos descubrimientos, las fotografías de los dos jóvenes, tomadas al entrar en un cajero automático el viernes por la mañana. Durante estos días, la colaboración ciudadana, en forma de llamadas al 112, ha sido constante. Ninguna de estas informaciones, sin embargo, ha podido confirmarse. Desde ese viernes, están oficialmente desaparecidos. Y su rastro se desvanece en el pantano, el lugar al que ellos dijeron que se dirigían.
Descartado el origen accidental de la desaparición, casi por los mismos motivos, para los investigadores no tiene sentido hablar de un suicidio. Las familias se agarran ahora a la posibilidad más esperanzadora de todas: que se trate de una huida voluntaria.
Para los policías, sin embargo, esta opción tiene poco peso. Son dos personas que deberían conjurarse -y mantenerse firmes a pesar de la inquietud que ha sembrado su marcha- para no dar ninguna señal de vida durante este tiempo. Por eso, y aunque todavía no se ha hallado ninguna evidencia que lo respalde, que se trate de una desaparición criminal cobra fuerza con el paso de las horas. El problema es que, si ha sido un crimen, ¿cuál es el móvil?
Pueblos conmocionados
El alcalde de Arenys de Munt, Joan Rabasseda, ha pedido respeto por las familias, que han solicitado discreción a sus vecinos si hablan con la prensa, algo que todos parecen decididos a mantener. Sí ha explicado a este diario que el apoyo del consistorio a los padres "es constante" y ha deseado que el caso se resuelva de la "mejor manera posible" y "cuanto antes". Porque esta desaparición "ha conmocionado" a toda la localidad, especialmente "a los más jóvenes".
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