Cajal en la cuerda floja

Jordi Soriano, físico de 42 años, recibió en el 2011 el premio al mejor joven investigador que cada año concede Atomium Culture, una entidad europea para la promoción de la ciencia. Tras doctorarse en la Universitat de Barcelona (UB), trabajó en Alemania e Israel, y a la vuelta trajo a España por primera vez un conjunto de técnicas que unen física y neurociencias para estudiar el cerebro, cuyos resultados se publicaron este año en la prestigiosa revistaNature Physics. Sin embargo, todo esto puede no ser suficiente para que su contrato Ramon y Cajal se convierta en una plaza indefinida en la UB.

Ese contrato es un posdoctorado de cinco años para investigadores altamente competitivos, que se diseñó para que, si superaban unas evaluaciones de alta calidad, se pudieran quedar con un contrato indefinido. En muchos casos, eso no ha ocurrido. Universidades y centros de investigación incumplieron el compromiso de acoger a muchoscajales al final del contrato.

En Catalunya, la esperanza para loscajalesse llama programa Serra-Hunter: 500 plazas universitarias que la Generalitat se ha comprometido a crear y financiar antes del 2020. Pero la primera convocatoria de estas plazas en la UB parece no haber ido según las previsiones. En una carta enviada al rector de la UB en junio, un grupo decajalescuyos contratos se acaban en el 2013 lamentan que las 22 plazas del Serra-Hunter que la UB creará no se asignarán según méritos científicos, sino según las necesidades docentes de los departamentos. Así, algunos de ellos no tienen ni siquiera la posibilidad de opositar a estas plazas, ya que en sus departamentos no se ofrece ninguna.

«Nosotros somos quienes hacemos subir a la UB en los rankings, y sin embargo se nos niega una de las pocas salidas disponibles»,observa Mariàngels Serrano, también física, que no ve claro su futuro pese a que acaba de ganar como investigadora una financiación de 450.000 euros por parte de una fundación de EEUU para dibujar mapas de sistemas complejos, y acaba de publicar enNature, el año pasado. Serrano trabajó en EEUU, Lausana (Suiza) y Mallorca, e incluso tuvo una experiencia como consultora financiera en Caixa Catalunya.

Manuel Viladevall, vicerrector de profesorado de la UB, envía un mensaje de tranquilidad,«De los 11 cajales que acaban el contrato este año, seis tienen opción de opositar a una plaza en su departamento; para los otros cinco intentaremos crear plazas de investigadores financiadas por fondos externos a la universidad, por ejemplo de mecenazgo», explica.

Menos horas de docencia

Según Viladevall, varios departamentos de la universidad tienen un exceso de profesores ordinarios. Y dado que estos tienen un descuento en sus horas de docencia en función de su actividad investigadora, en esos departamentos se produce un déficit de horas de docencia.«Estos departamentos no pueden absorber más profesorado ordinario. Además, son departamentos ya muy potentes en investigación», apunta.

El vicerrector lamenta también que tres de los investigadores Ramon y Cajal interesados aún no han pasado sus datos al Grec, el sistema de currículo y evaluación interno de la UB, y uno no se halla en la franja de mejor valoración.